Eso de tenerlo todo y estar vacío suele tener consecuencias menos graves que las del argumento de este bodrio digno de Amenabar, o cualquier otro asiduo a los trucos baratos. Veo por aquí mucho identificado a juzgar por las valoraciones que me han hecho desperdiciar noventa minutos.

A destacar la cohesión del reparto y la capacidad dramática del protagonista, una figura a seguir en cuanto complete un par de cursos de dicción.

Hitchcock suele ser el referente de estos malabaristas aficionados, pero no da el mismo resultado hacerlo con dagas ardientes que con berenjenas.

Si como la novia de Rocco os lo tragáis todo pues hay cosas peores ahí fuera.

Mucho camino atrás escuché Supertramp mientras un piano volaba, al doctor Fleischman empezaba a gustarle Alaska. Esta noche al acabar el episodio 7 he sentido lo mismo. El guión y el ambiente creado son soberbios, y me cuesta nada olvidar que poco me gustó la idea de que el mejicano fuera la cabeza más visible.
Que bueno que pese a todo, hoy se sigan haciendo estas cosas, y que uno aún pueda permitirse el lujo de saborearlas.

Lees las críticas, ves al Meloni como cabecera de reparto y dices, ya está otro patético intento de desencasillarse de uno que no sabe apreciar la suerte que ya ha tenido.
¡Pe-ro-No!
Resulta que el señor Meloni borda su papel, los diálogos, pese a lo que diga el sectario ese del SFChronicle, son muy buenos y la función de pasar un buen rato la cumple holgadamente.
Teniendo en cuenta la cantidad de gente con talento por ahí desaprovechada y lo bien que encaja Mr. Law & Order en su rol, te da la sensación de que para el resto podrían haberse esforzado un poco más. De conseguirlo el resultado hubiera sido antológico, pero de ningún modo puede reprocharse ni un pelo de improvisación ni ligereza.
Increíble lo poco que tienen que ver los devenires y trascendencias de las creaciones con su calidad, será que Mr. Meloni es de La Asociación del Rifle o algún otro hecho imperdonable por el macartismo 2.0