He votado esta película como mala porque aunque se haya quedado en el intento de hacer muchas cosas ha cometido todos los errores posibles y sobre todo uno muy grave en el cine, que es el de la vulgaridad y el mal gusto. Sinceramente, me divierten más las pelis pornográficas que a veces todos vemos si viene al caso, pero cuando espero ver cine me decepciona mucho encontrarme con un engendro de este tipo. Peor que Torrente III, mucho menos graciosa y con un desperdicio de actores intolerable, que llega a doler como en el caso de la protagonista Mónica Cervera, o de la fantástica Najwa, a la que admiro como actriz y cantante y que ojalá no se hubiera metido en esta peli.
Los cineastas modernos que quieran trabajar el esperpento que se apliquen religiosamente a estudiar al maestro Almodovar y si no aprenden bien la lección mejor que hagan culebrones.
No perdais el tiempo en verla sino queréis pasar un mal rato.

Mi enhorabuena a Fernando Colomo por su saber hacer en esta emotiva comedia. La ambientación es estupenda, la banda sonora muy buena, los actores encajan bien y el tema tan tópico estos días sobre la convivencia entre culturas queda aquí bien dibujado con notas agridulces que sin salir del tono amable y divertido de la película tampoco caen en la vulgaridad propia de otros filmes actuales. Si te gustó Bajarse al Moro, también disfrutarás con estos personajes, ya que andan en la misma línea.
Mi adhesión total para este tipo de cine, que nos regala con frescura un dibujo nada dramático pero bastante inteligente sobre nuestra sociedad española del siglo XXI.
La recomiendo y ando buscando la banda sonora que me ha encantado y creo que a todos los aficionados a la música étnica o folk.

Esta película es un regalo para los sentidos y los sentimientos, al igual que la otra que he visto de su directora (La Historia del Camello que llora). Con una magistral fotografía y una preciosista técnica documental nos transporta a las duras tierras de los mongoles donde nos sumergimos de lleno en sus emociones cotidianas y aprendemos lecciones que están fuera de cualquier tiempo y de cualquier lugar. Para disfrute de todos aquellos que busquen un cine bello y emotivo sin aspavientos.

Recomiendo intensamente esta película, así como la otra que he visto de su directora (el Perro Mongol), por ser de una belleza magistral. Para todos aquellos que están hartos de efectos especiales y superproducciones americanas. Afortunadamente hay directores que nos obsequian estas sencillas joyas para recreación de nuestros sentidos y educación de nuestros sentimientos. Las dos películas son tipo documental pero están tan bien logradas que mantienen perfectamente el interés a pesar del suave discurrir de las preciosas imágenes.

Esta película me decepcionó bastante ya que fuí a verla a una gran sala con espectativas de encontrar una buena recreación de la España de la época. Sin embargo la oscuridad de la fotografía durante todo el metraje, que aunque digan sirva para apoyar la idea de decadencia, me parece excesiva ya que cuando vamos al cine esperamos belleza aunque sea en las imágenes más sórdidas. Los personajes son muy flojos a pesar de la calidad de los actores, pues no llegas a conocer bien a nadie y no entiendes sus motivaciones, sobre todo el protagonista que acaba igual que empezó: un completo desconocido. Tiene solo algún pequeño momento emotivo, como la escena en el hospital, pero acaba por hacerse aburrida y nunca se sabe cuando ha muerto el héroe. Al final se pasan y me da casi risa por la similitud con los discursitos alentadores de las películas bélicas americanas.
Me dió mucha pena el desperdicio de personajes y actores como el caso de Echanove en Quevedo del que se podría haber obtenido mucho más. Enfín que hay pelis españolas de mucho menos presupuesto y con mucho más corazón y arte.
Se puede ver por curiosidad si eres cinéfilo pero te deja indiferente.