Argento vuelve a engrandecer el cine con esta peculiar historia de crímenes y psiques de lo más retorcidas, logrando un film realmente espectacular, que puede que en sus primeros compases no sea lo magnetizante que requeriría una cinta de estas características, pero a medida que transcurren los minutos, va cobrando interés de un modo inhóspito, desembocando en un final que dejaría atónito a cualquiera.
En esta cinta, nos volvemos a encontrar con los sorprendentes planos patentes en la obra de este director que, además, ayudan en parte a lograr esas atmósferas de lo más asfixiantes y turbadoras, contribuyendo así a generar una tensión de lo más desquiciante, que atrapa al espectador hasta el final y, aunque quizá la trama parezca que se desenvuelva entre demasiadas trampas, el director consigue conectar todos y cada uno de los puntos de su obra, ofreciendo una lección de maestria y buen hacer.

Fantástico debut del realizador Guillermo del Toro, donde este se centra sobretodo en la relación personal de sus protagonistas principales, Fernando Gris y Aurora Gris, logrando momentos realmente emotivos y brillantes. Así pues, el director mejicano, nos embarca en esta obra, una historia oscura pero enternecedora, donde trabaja con gran temple todos sus aspectos, desde el meticuloso montaje, hasta la genial banda sonora, dejando que sus personajes confeccionen un entramado realmente fascinante alrededor de cada momento y secuencia que inunda este film, y consigan conmover al espectador.
Cabría destacar también las actuaciones, con Federico Luppi demostrando grandes dotes y un Ron Perlman que consigue embriagar la cinta de carácter, que confieren la intensidad adecuada a cada tramo, obteniendo momentos de lo más sobrecogedores y sorpresivos. Del Toro, además, consigue llevar a cabo un proyecto de lo más completo, sosteniendo al público en auténtica tensión cuando este lo requiere y, dejando escapar la imaginación del respetable en otros momentos, donde la interpretación de uno mismo también es importante.

Encomiable obra de Luc Besson, donde con su genial fotografía (excelentes planos llenan esta cinta) y esos sublimes acompañamientos musicales a los que nos tiene acostumbrados, nos introduce en una historia que, en un principio pueda no parecer demasiado original, pero otorga unos distintos y, a la vez, magníficos matices al género en que es tratada.
En sus compases iniciales, es posible que peque de ser un pelín lenta y quizá resulte algo monótona, pero a partir de ahí, Besson empieza a mostrarnos realmente su potencial como cineasta, ofreciéndonos a unos personajes que, ante todo, poseen una humanización extraña de ver en este tipo de proyectos, y haciéndonos disfrutar con una trama que va a más a medida que avanza el film y que aguanta el embiste típico de estos productos con muy buenas secuencias, a pesar de no ser una película propiamente de acción, pero en la que se trata en todo momento de modo excepcional el material con el que se trabaja, logrando así un ensayo de lo más interesante y apreciable.
Ah, y atención a la aparición de Jean Reno ejerciendo de profesional, que más tarde volvería a seguir las ordenes del director en la maestra 'Leon'.

Aprovechando el tirón que ya arrastraba el cómico actor Eddie Murphy desde que rodó cintas como Superdetective en Hollywood y el de otro de los grandes, Robert de Niro, se nos presenta ésta vulgar cinta que, aun y otorgándonos situaciones divertidas y pintorescas, ve como su trama va decayendo en su desarrollo, transformándose en otro insulso híbrido de acción y comedia policiaca que fracasa donde otras no lo hicieron, a pesar de contener una trama algo más imaginativa de lo que suele ser habitual, pero que termina totalmente desaprovechada sin que ninguno de estos dos actores puedan hacer nada para levantarla o darle otro aire al film y, esque cuando sobre una cinta recaen guiones como éste, ni dos viejas glorias de Hollywood bastan para darle empuje.

Más náufrago que Robert Zemeckis no hay en ésta película, donde éste le insufla vida a su protagonista con un ritmo narrativo demasiado atropellado, pero que entretiene y deja incluso que pensar en ocasiones, mostrándonos a un personaje totalmente desconcertado ante la situación que se le presenta, pero que sabe resolver con buena maestría algunos de sus problemas más palpables, y es en esas secuencias, donde realmente el espectador puede disfrutar de la esencia del film, sintiendo incluso complicidad con su protagonista en diversos momentos. Pero es finalmente, cuando la cinta cae en la previsibilidad y la ñoñería típica de éstos productos, en el momento que deja de tener interés y pasa a ser otro de tantos títulos desaprovechados para menor o mayor lucro de los productores que detrás de ésto se encuentran.