Sin duda una de las películas que estarán en los primeros puestos de las mejores de 2016. Plantea la narración desde la mirada de una niña desde que le dan las vacaciones de verano. Destaca por su inteligencia y comprensión del mundo que le espera: represión, sumisión, esclavitud, explotación. Irá viendo como el patriarcado de su pueblo turco no consiente ningún atisbo de libertad para las jóvenes y se encargará de reprimir la frescura, vitalidad, energía, confianza de cinco hermanas. Cada una adopta una actitud ante la represión, la más pequeña representa a la valiente heroína que hará lo posible por salir de cárcel a la que condena a todas las mujeres el machismo más beligerante. La peli empieza por una exaltación de la libertad y de las ganas de vivir del momento cuando te dan las vacaciones de verano a transitar por un cine casi carcelario donde la asfixia se siente en cada minuto de metraje en algunos momentos se acerca al cine de terror. Sin embargo, la directora turca Deniz Gamze Ergüven, que hace un debut magistral, sabe de qué está hablando y eso hace que sea una película también de denuncia de la conculcación de derechos que sufren las mujeres en pueblos donde la religión ultra domina la moral, las costumbres y crea leyes de dominación sexual tan arraigadas que casi resulta imposible escapar. Por eso, es mucho más que La casa de Bernarda Alba o que Las vírgenes suicidas de Coppola. Se eleva como un grito frente a la opresión de género que se acerca a la crítica feminista. Que sea la directora turca hace que el eco resuene con fuerza y cobre una verosimilitud inmensa. Grande, muy grande el desasosiego que puede crear, la necesidad de este tipo de relatos y la valentía de la directora que ha tenido unas críticas salvajes en su país. También es verdad que la directora vive en Francia y la ha realizado en un contexto de producción europeo. En la Turquía de Erdogan y del llamado islamismo moderado ha sentado como un jarro de agua fría sin embargo para el feminismo ha sido un torbellino de aire fresco que manda un mensaje de libertad a todo el que quiera oír. Con todo lo que he contado, queda lo mejor, el toque de comedia despunta en varios momentos de la película y hace que se disfrute mucho más.

Para educador@s, decir que es altamente recomendable no sólo porque la maestra, la escuela juega un papel impresionante y dota de esperanza a un panorama muy negro sino también porque es cine de adolescentes donde cada una de ellas encara el problema de una manera distinta. Muy interesante para estudiar multiculturalidad y adquirir valores de respeto y tolerancia.

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Creo que es la primera película en que aparece un grupo de mujeres jóvenes en plenos años 70 realizando acciones feministas. Desde boicotear conferencias antiabortistas lanzando sujetadores, tocar el culo de los varones por la calle para que sientan qué es el acoso en sus propias carnes o rescatar a un chico gay de una clínica donde le dan terapia de choque para reconvertirlo en heterosexual. Todo esto en un ambiente de sororidad militante que se acerca mucho a lo que nos han contado señoras que hoy están por los 60 y 65 años y que lo vivieron. Señoras que en torno al año 75 andaban por la veintena. Tenemos las fuentes orales, también se ha escrito para la historia pero yo no había visto ninguna peli donde fueran protagonistas. Todo esto con la lucha paralela de los varones por ideales políticos revolucionarios herederos de mayo del 68 que consideraban que el feminismo no tocaba, no era la prioridad.
De todas esas mujeres han quedado muy pocas imágenes y pocas veces se ha utilizado para la ficción. La directora francesa Catherine Corsini, ha ambientado con estos mimbres una historia de amor entre dos jóvenes una de 23 años y otra de 35. Se conocen en el París de 1971 en plena ebullición feminista y sin ningún tipo de problema viven su relación hasta que una de ellas tiene que volver a trabajar en la granja de sus padres y allí surgen los conflictos. Habla de las elecciones en la vida, de la libertad personal, del amor entre mujeres en los años 70, del mundo rural.

Estío, La belle saison, el título en Francia, es una peli muy fresca, liberadora, que cuenta una historia que no aparece nunca en el cine. No es extraño que nos venga del cine francés que nos regaló Violette, Seraphine, La vida de Adèle, Tomboy, Girlhood, Water Lilies. Muchas historias pueden ser contadas. Ya estamos esperando en el contexto del cine español, una peli que protagonicen las mujeres de la transición, que tuvieron un papel clave liberador pero que están infrarepresentadas en las pantallas. Una peli que seguiría la estela de Clara Campoamor, Concepción Arenal de Laura Mañá pero que se actualizaría con personajes que los estudios de mujeres de las universidades llevan visibilizando durante más de 25 años pero que no consiguen llegar al gran público.
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Juana Macías dirige su segundo largometraje con un gran acierto. Se mueve en un tono de comedia donde introduce la crítica y el drama y consigue salir muy airosa. El resultado una película muy cercana a las personas que maduran y van cambiando de vida con la edad, que buscan crear una familia, que se comprometen en pareja. Muy reconocibles los problemas y conflictos que viven.

Paco León domina el momento de risas pero como descubrimiento diremos que se mueve como pez en el agua en el drama, junto a Alexandra Jiménez tiene química y nos creemos sus deseos y anhelos. Los tópicos sobre los solteros que buscan chicas mucho más jóvenes que ellos, que sólo buscan sexo, que huyen del compromiso, que copan profesiones de éxito como la de creativos, que reproducen estereotipos masculinos bien conocidos, sirven para poner el contrapunto y basar en ello las risas. Por otro lado, es curioso como a la vez se habla de maternidad, retraso cada vez más de la misma, paternidad, lactancia, crianza, derechos laborales de las mujeres con hijos lactantes, responsabilidad de los cuidados de los hijos en horario laboral, conciliación, madres solteras, autoapoyo entre embarazadas, embarazos de donantes anónimos poniendo un punto crítico y manteniendo la comedia hasta el final. No son muy visibles estos temas en el cine y el tono con que los trata muy de agradecer.

Si se quiere ir al cine a reír es una buenísima opción. En la reseña de la primera peli de Juana Macías, Planes para mañana, terminaba diciendo que había que seguirle la pista. Efectivamente, nos ha regalado una buena comedia, eso sí, tendremos que sobrellevar la publicidad variopinta que seguramente ha sufragado la producción pero se hace soportable. Es el precio de una peli comercial, esperemos que haga caja y pueda hacer pronto la tercera.

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Una atmósfera muy relajada, un paraje idílico, unos lagos poco habitados pero tensión en la propuesta que nos hace Zoltan Paul. El conflicto aparece por el control de la pesca en el lago pero otro más profundo está creciendo como una ola en la relación que mantiene la protagonista.

La película empieza con una tensión latente entre la pareja pero vemos que va in crescendo a lo largo de la película. En algunos momentos parece que acabará en drama pero aviso que no será el típico final de pelis de lesbianas en que muere una de ellas o acaban en la cárcel o marginadas. Damos la bienvenida a otra película que rompe con ese cliché tan manido. El drama se desarrolla por senderos muy abiertos y nada predecibles.

Capta muy bien la relación de dos parejas de lesbianas y su visión de la vida en pareja. No profundiza en el contenidos, se preocupa más por captar la pulsión del momento. En este aspecto es donde se puede felicitar al director, por vivir el momento puntual de una relación amorosa intensamente pero sin "ruido" emocional.

En definitiva, una sorpresa interesante.

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Una comedia con punto de drama familiar y social que se centra en una familia musulmana de origen indio de Sudáfrica. El protagonista, Cassin, hace monólogos en el que el tema principal es ser musulmán y los aspectos hilarantes que conlleva para él y para el público que se ríe en cada actuación. Tomarse este tema con humor contribuye a las buenas relaciones entre culturas. La trama lleva consigo la oposición a este tratamiento amable de ser musulmán. El padre, muy conservador y seguidor estricto del Islam, será el contrapunto a la mirada abierta de su hijo.

El conflicto entre la práctica de un Islam riguroso frente a una práctica más abierta e integradora está servido. El punto amable y respetuoso de la peli hará que el padre, que se queda solo ante toda su familia y amigos, reaccione y prevalezca el respeto, tolerancia y amor por su hijo. Increíble, sí pero el tono está más cercano al cine de Bollywood y el drama y el conflicto se diluyen. Nos gusta, tal vez por el deseo que tenemos de ver y sentir voces tolerantes y respetuosas dentro de la comunidad musulmana. Los medios de comunicación no están precisamente por esta labor y esta peli viene a romper estereotipos. Eso sí, los estereotipos de género no los rompe. Es la típica peli centrada en varones. Relaciones padre-hijo, sólo se tratan las relaciones con las mujeres cuando atañen a las relaciones del hijo. Por cierto, Cassin es respetuoso con su madre, hermana, amigas pero sin romper los esquemas. Él puede alejarse de casa del padre sin embargo la esposa e hija del padre tendrán que permanecer bajo su poder, si quieren algo deberá ser a través de un varón, el hijo o hermano que hace el papel de mediador ante el padre.

Muy recomendable para trabajar en institutos el tema de las diferencias culturales y la tolerancia religiosa. Estos formatos son bienvenidos en momentos que los mensajes alarmistas y extremos son los que proliferan incluso en los productos culturales.
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