En la línea de Campanella, una historia fácil, sin complicaciones pero con mucho trasfondo, que permite entender en este caso los últimos años de Argentina en un simple barrio que lucha porque el encanto de tiempos pasados vuelva pero el barrio se encamina hacía un futuro incierto pero prometedor. Lo mejor es Eduardo Blanco dejando a un segundo plano a un Darín que también lo hace muy bien. Entrañable la actuación de López Vázquez. El momento después de los créditos merece la pena verlo. Cine argentino de calidad.

Sencillez y cercanía son las armas de esta película, sin florituras, el sueño de un futuro mejor que la mayoría de veces es falso. La actriz protagonista está bastante bien y hace más cruda la película. Un viaje diferente a Estados Unidos.

La historia en sí está bien, algo diferente a lo ya visto y con un Federico Luppi destacado como siempre, también para destacar algunos momentos o las actuaciones de Marisa Paredes y de Noriega, se desarrolla todo con pocas dificultades, convertiéndolo así en una historia de niños y de miedo casi inexistente, sólo un fantasma con algo pendiente por hacer es la base del guión independientemente de los años en que se ambienta la historia que en este caso es en los últimos momentos de la Guerra Civil.

Puede parecer al principio un poco aburrida y con una historia poco entretenida pero va ganando con los minutos aunque no mucho. Willis hace de héroe aunque no muy espectacular. Va subiendo el ritmo a lo largo de las calles. Entretenida si no sabes que película ver.

Una de las películas independientes más alabadas por sus méritos indiscutibles, aunque sólo hace seis años de su estreno, sus dilataciones de pupila son ya clásicas. Una banda sonora de lo mejorcito de las últimas décadas que consigue meterte más en la película y en las distintas luchas por sus sueños. El reparto está muy bien empezando por Ellen Burstyn, Leto pero también Connelly, Wayans o los demás. La historia aunque no es nueva, si lo es la forma de contarla, percibiendo más de cerca las sensaciones de los personajes y haciéndote más partícipe de sus paranoias. Una película muy buena, imprescindible para amantes del cine, no te deja indiferente, incluso te quedas con ganas de verla muchas más veces, cosa que es muy difícil de conseguir. Es una de esas películas que las coges cariño.