No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas

Es verdad que la protagonista es muy histriónica (parece Eva Hache después de haberse tomado 5 cafés), y que eso puede resultarle pesado a muchas personas, pero la trama, en general, es bastante común. La adornan con muchas florituras, pero es una comedia romántica de manual. Precisamente son esas florituras las que le dan un tono de color a una película, resultando entretenida y alegre.

Lo que no cuela es ponernos a Verónica Echegui de chica fea y patosa con gafotas, porque en las escenas que sale en ropa interior se ve que está tremenda, y cuando aparece sin la gafas de Urkel queda claro que es bonita. Resulta convincente en su papel.

Quien debe hacérselo mirar es Jordi Sánchez, porque el único papel que hace en toda su filmografía es el mismo, el de Antonio Recio.

Harto de la gente que se mete con el cine español sin conocerlo, sin conocer lo que cuesta hacer una película, sin saber el esfuerzo mental y sobre todo económico (la mayoría de las veces perdiendo dinero) de productores (la mayoría de las veces el propio director) para intentar sacar adelante un proyecto. Gente que se piensa que los actores y directores están forrados. Un director quiere hacer una película, se tiene que hacer autónomo para darse de alta como productora, contrata a actores, muchas veces no puede pagarles, pero les paga la seguridad social, ¡zas! espera sentado por la subvención o has perdido 500.000 € (aunque te la den, habrás perdido dinero). Bien por vosotros, seguir yendo a ver cine americano, luego sois los primeros que os quejareis de que en España no hay dinero, que no hay trabajo, que no hay buen cine.
En fin, una buena película. Gracias María Ripoll.