Un pasado imborrable

Aunque la intención es buena y se había merecido un mejor tratamiento, esto no pasa de ser un trabajo de corte rutinario y sin nervio. Naufraga por falta de convicción empezando por la elección del actor principal y de su antagonista japonés, inadecuados y ambos fuera de lugar aquí. Vamos a ver: la película te sitúa desde el principio en 1980 y se refiere a hechos en flash back de la IIGM, a hechos ocurridos cuando los protagonistas tenían unos 22 años. En 1980 tienen que tener algo más de sesenta, por jóvenes que fueran entonces. Sin embargo, al protagonista, que fue brutalmente torturado rompiéndole los dos brazos y casi las piernas, etc., le vemos no sólo sin la menor secuela física, sino con silueta de joven en perfecta forma y un pelo abundante también de joven y sin una sola cana. El japonés, al menos, sale con algunas canillas. También es demasiado rápida y extraña la relación entre el tal personaje y el de Nicole Kidman, reducido aquí a otro cliché plano que ni es papel ni es nada. Igualmente, el personaje de Stellan Skarsgard sale aparentando la edad adecuada, eso sí, pero también lozano y sin secuelas físicas para alguien que se supone que pasó calamidades que le marcaron de por vida, y sale en 1980 hecho un señor muy saludable, que viste bien y tiene buenos amigos entre los veteranos, y va de repente y se suicida para espolear al otro a que vaya a vengarse. El guionista y el director tienen poca idea del ritmo y la preparación que requiere cada cosa, y lo solucionan con brochazos repentinos.

Lo dicho, esta historia había requerido credibilidad, convicción y nervio, elementos de los que por completo carece, aparte de que toda la puesta en escena y la dirección son igualmente irrelevantes y sosos.

Basada en hechos reales, lo que más me impacto fue la dignidad del protagonista japonés, el torturador, dándose cuenta y pidiendo perdón por los abusos y el dolor cometidos en la construcción del ferrocarril de la muerte. En comparación con España donde continuamos enzarzados por la tragedia sufrida con motivo del golpe de estado, la guerra civil y la posterior dictadura de Franco. Dolor y tragedia tan de actualidad en estas fechas debido a la exhumación de Franco. Una película recomendable de ver para la reflexión sobre la condición humana. Por lo demás, una película sencilla y directa sin grandes artificios, con unas excelentes interpretaciones. La fotografía preciosa.