Heridas abiertas (Sharp Objects) (Miniserie de TV)

Una serie en la que no ocurre nada. Te venden un argumento que nada tiene que ver con la serie, y te endosan dos asesinatos con unos sospechosos inverosímiles, a los que culpan con 0 pruebas para tenerte 7 episodios frustrado pensando cuán imbéciles son las autoridades y pueblerinos de Wide Camp. Una protagonista insulsa, sin carácter, borracha y drogadicta incapaz de manejar sus emociones a la que te pasas viendo 8 episodios escuchando música de dudosa calidad en su coche mientras sufre unos flashbacks que no hay por donde cogerlos. De regalo, durante toda la serie lo único que te apetece es estrangular a la hermana, que vaya adolescencia nos hace sufrir, y de mandar a la madre a la mierda, ya que Amy Adams, por una extraña razón que nadie entiende, no es capaz de hacerlo por sí misma.

P.D.: salen unos cerdos muy monos.
P.D: escrito por Paloma M.

Miniserie de 8 episodios de una hora producida por HBO que adapta la novela "Sharp Objects" de Gillian Flynn (Perdida), que dirige con un particular lenguaje visual Jean Marc Vallée que ya el año pasado nos sorprendió mucho con otra miniserie de gran calidad como fue "Big Little Lies". Un realizador que cuenta también con largometrajes muy interesantes en su haber como "C.R.A.Z.Y." "La Reina Victoria" o Dallas Buyer Club".

Amy Adams interpreta a Camille Preaker una reportera con graves trastornos desde su infancia, que huyó lejos de su madre al perder a su hermana en extrañas circunstancias. Pero en la ciudad natal de Camille Wind Gap, población de 2.000 habitantes aparece muerta una niña y otra ha desaparecido por lo que el editor del periódico donde trabaja la envía a investigar. La agonía de sus recuerdos vuelven a aflorar...

Una historia muy densa e intrigante, con unos personajes muy bien construidos en un ambiente totalmente enrarecido en la que destacan sus tres protagonistas femeninas. Por encima de todas está Amy Adams, nominada al Oscar en cinco ocasiones y que también figura como productora. La polifacética Patricia Carlson y la chica australiana Eliza Scanlen que interpreta a la hermanastra y que le auguro un futuro prometedor ya que hace un papel sobresaliente.
"Objetos afilados"(Heridas abiertas) puede ser una serie cautivadora o puede ser que no pases del primer capítulo porque no entres en esta historia tan sumamente retorcida y compleja. Yo la visto del tirón y sin llegar a entusiasmarme la considero una gran serie.
Destino Arrakis

Esto es una adaptación de una novela de Gillian Flynn (supongo que fiel), para la que necesitaban algo más de un par de horas para hacerla bien.
Así que nada de muchas temporadas, solo 8 episodios con historia cerrada, tomándose el tiempo justo y necesario para contarla.
Jean-Marc Vallée demuestra desde el principio que él va a su aire. Con intensos silencios y flashbacks con la genial Sophia Lillis, nos dibuja un personaje complejo y algo políticamente incorrecto encarnado por la aún más genial Amy Adams.
De vuelta a su pueblo natal para investigar periodísticamente una desaparición, la protagonista se reencuentra con su peculiar madre, y los fantasmas del pasado vuelven a surgir.
Uno no sabe qué es lo mejor, si la resolución del misterio o los rollos personales de la protagonista, y es que Adams se sale por completo en su interpretación.
Cargada de adicciones y traumas que poco a poco vamos descubriendo, es una mujer triste, solitaria, fuerte por fuera y débil por dentro. Es un papel dramático intenso, sin atisbo de alegría, que Adams sabe transmitir de manera excepcional.
La serie es tranquila, sin ritmo frenético, cocinada a fuego lento. Aun así, considero que no es tan aburrida como podría haber sido. Como solo son ocho entregas y Amy actúa tan bien, es fácil de llevar aunque sea bastante lenta.
Pero a pesar de sus virtudes, no es una serie que pueda gustar a todo tipo de público. No es precisamente la alegría de la huerta. Todo es muy serio y oscuro, sin nada de humor y cargado de tristeza. Parece una balada country.
Además, muchos secundarios pueden resultar odiosos, algo pensado para que no tengamos claro quién puede ser el malo (o el más malo) de este pueblo donde no me gustaría vivir en absoluto.
Mi valoración final es que, aunque creo que la serie es buena, en realidad las críticas que está habiendo me parecen un poco exageradas.
Me gusta, pero sinceramente no la veo para tanto.

Esta serie vale la pena. La trama está muy bien elaborada y cada capítulo mantiene la intriga al final del mismo para que no quieras dejar de saber qué pasa en el siguiente. Si acaso la única pega es que adolece de cierta velocidad (aunque en los dos últimos capítulos pega un acelerón que te deja picueto) aunque lo pausada que es a veces, tampoco te quita las ganas de seguir viéndola porque sabe cómo hacer para que mantengas el interés en todo momento. Te sumerge de maravilla en la atmósfera que quieren recrear y los intérpretes están a un altísimo nivel. Eliza Scanlen es brutal. Amy Adams y la que hace de madre también se salen.
En un tiempo en el que hay que hacer buena criba para no perder tiempo ingente con series mediocres y anodinas, esta sí que merece que se le dedique tiempo.

Extremadamente intrigante y desgarradora, te deja helada.

Vemos la historia en clave feminista desde la perspectiva de Camille, una atípica periodista de Missouri con un traumático pasado marcado por experiencias brutales que le ha dejado secuelas psicológicas. Animada por su jefe, se ve obligada a regresar a su pueblo natal con el fin de escribir un reportaje acerca de los recientes asesinatos de dos niñas desde una perspectiva personal, sabiendo de antemano que allí tendrá que rememorar horribles acontecimientos y reencontrarse con personas malintencionadas.

La propuesta de por sí es tan intrigante que la espera entre capítulo y capítulo resulta casi inaguantable. Amy Adams, por cierto, merecería un Oscar por su actuación; es absolutamente brillante en cada escena. Por otro lado, un defecto claro para mí es el ritmo, porque, lo que dura ocho capítulos, bien podría quedar resuelto en seis. Aún así, el tiempo pausado le confiere todavía más atracción. Los personajes son tipos con algunas actitudes que encontramos en nuestro día a día, que nos recuerdan a gente que conocemos, con sus manías, sus peculiaridades, sus cosas. Resulta muy tétrico contemplar el realismo de la difícil relación madre-hijas que se plantea, o las motivaciones que van llevando a los personajes a actuar de forma malintencionada según sus propios intereses. Entonces, el juego propuesto es complicado: nadie quiere ser el culpable, ¿o tal vez sí?

Atentos a la zona spoiler: