Duro de pelar

De toda la filmografía de Clint Eastwood, lo que menos me gustan son las películas de la segunda mitad de los 70, en las que intenta explotar su vía cómica, como la presente, su secuela ("La gran pelea"), la inverosímil "Ruta suicida", "Licencia para matar" o "Botín de 500.000 dólares".

El caso es que no sé en qué estaría pensando Clint. Después de haber rodado con Leone y con Siegel bastantes películas buenas, haciendo siempre de tío duro y serio, quiso probar este otro registro que yo creo que no le va.

Por suerte los 80 volvieron a llevarse este tipo de películas y Clint volvió a especializarse en los papeles de tío duro que le pegan más.

"Duro de pelar" tiene algunos momentos graciosos, sobre todo protagonizados por el mono, pero aparte de eso, poco más que destacar de ella.

Cuando la vi de pequeño, me pareció buena. Ahora, con ojos de adulto, simplemente entretenidilla.Y no es porque no me divierta volver a revisarla, sino por aspectos que una vez analizados, no terminan de encajar (ver spoiler). De hecho, creo que el 80% del éxito de "Duro de pelar" radica en el orangután Clyde - que está a la altura del propio Clint Eastwood - y en algún chascarrillo de Ma. Geoffrey Lewis también cumple, pero no Sondra Locke, la inseparable compañera cinematográfica y sentimental de Clint en los 70, pues está muy encasillada y su papel no acaba de cuajar, como explicaré en spoiler.
"Duro de pelar" es de esas pelis para matar el rato y reírte viendo a Eastwood arreando mamporros a todo el que lo provoca, pero sin pretensiones.
Mi nota: 6,5