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La dama en el agua

Fantástico Cleveland Heep (Paul Giamatti), el encargado de un bloque de apartamentos, descubre una tarde a una ninfa (Bryce Dallas Howard) en la piscina de la urbanización. La criatura está inmersa en un viaje que podría devolver la esperanza a nuestro mundo, pero para completarlo necesitará la ayuda de Cleveland y de todos los vecinos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 334
Críticas ordenadas por utilidad
17 de septiembre de 2006
25 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
He puntuado esta película con un tres, por la idea general del film... que es muy bueno, basada en el rol de complementar plataformas, localizar personalidades con determinadas funciones (curandero, gremio, guardián, etc.) para un objetivo final. Felicito a Night por dicha ingeniosidad; no obstante se ha equivocado en un elemento fundamental: el contexto. ¿Qué tiene que ver? Esa idea en un contexto mucho más místico hubiera sido original.. por ejemplo y habiendo hecho caso al título podría haber tratado exclusivamente de la joven del agua o aún mejor, en plural, jovenes de las aguas (y quiero recalcar, que jóvenes aquí se refiere tanto a femenino como a masculino) y ¿que es lo que hace Night? Nos pone a una chica que sale de una alcantarilla en una urbanización, una china que no sabe hablar para que cuente la historia de la leyenda a un protagonista tartamudo (que cae muy bajo cuando acaba con el bigote lleno de leche y tirado en el sofa), el cual a su vez hace de "Emilio" en una comunidad de vecinos que recuerda a la serie de "Aquí no hay quien viva". Yo le diría al director que un poquito de por favor..

Sigo quitando puntos. El título no es representativo del film, todos esperabamos una "joven del agua" que estuviera más en el agua; la película se hace lenta, aburrida y muy soporífera con unos comentarios que a veces te dejan KO (pero no digais que lo he dicho yo) y cada personaje que te deja anonadado, como este que solo ejercita la mitad de su cuerpo (spoiler --> y pensar que este tio es el guardián).
Otros elementos que restan puntos son la batalla final entre el lobo y los monos de los árboles.. intentando plasmar una leyenda que a esas alturas de la película ya no tiene efecto en el espectador; una joven acuática que solo se limita a decir "no puedo hablar del mundo azul" pero que luego acaba revelando toda la información con gestos de cualquier índole, que se pasa de lista revelando el futuro y lo más triste de todo es que el transfondo de la pelicula pierda sus minutos en "a ver si consigo llegar a la piscina antes de que me coja el lobo.."

En definitiva, un tres por el borrador del guión, porque la película en sí misma es muy floja, a pesar de que los 5 primeros minutos y los 5 últimos son los mejores del film.
Tenza2
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9 de febrero de 2008
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Prácticamente sublime drama casi onírico, una incursión por la esencia de los más profundos sueños de la humanidad y un regreso a la credulidad de la infancia.
Todos esos elementos reúne esta extraña y mágica película de Shyamalan. Y de nuevo la publicidad ha vuelto a meter la pata en el modo en que ha promocionado esta cinta. Una obra como ésta no puede calificarse con la etiqueta de "terror" (en su acepción tradicional), y los espectadores que la vean simplemente con los ojos de quienes acuden a verla esperando hallar tal "terror" de buen seguro saldrán decepcionados. A menos que se olviden de etiquetas y se limiten sencillamente a abrir su mente y su corazón y disfrutar de esta pequeña maravilla.
Shyamalan nos transmite el mensaje de que los adultos "hemos olvidado escuchar". Que hemos perdido la fe. Que hemos dejado de creer. ¿Qué ha sido de las ilusiones de la infancia? ¿De aquella facilidad con la que aceptábamos y creíamos, como un acto de fe espontánea, en todo lo sobrenatural e inexplicable? Creíamos en el polvo de estrellas. Creíamos en las hadas. Creíamos en los Reyes Magos, en el Ratoncito Pérez. Creíamos que la magia no era sólo ilusionismo, sino magia de verdad. ¿Qué hace que perdamos esa divina inocencia, esa apertura mental, esa clarividencia que jamás volvemos a poseer?
Necesitamos vivir un cuento real. Que la cotidianeidad, el transcurso monótono y sin aparente propósito de nuestros días adquiera un sentido.
Todos servimos para algo. Todos somos importantes.
Avanzamos por la vida, a menudo sin rumbo fijo, sin saber muy bien por qué estamos aquí ni hacia dónde nos dirigimos. Nos creemos poca cosa y en lo más íntimo de nuestro ser aspiramos a algo grande. Tal vez eso a lo que aspiramos no tenga que consistir en ser héroes, ni grandes líderes, ni personalidades preeminentes. El rasgo que más me ha conmovido de este imaginativo drama es que es un canto a la vida ordinaria. No necesitamos descubrir América ni ser personas de renombre para llevar a cabo actos trascendentales. Actos que pueden consistir en hacer feliz a alguien con una sonrisa. En ayudar a otra persona a solucionar un problema. En ofrecer nuestra mano cuando alguien la necesita...
Story, la ninfa de las aguas, ha venido a nuestro mundo, arriesgando su propia vida, para demostrar a esas personas que todos llevamos dentro algo extraordinario. Que no debemos perder la credulidad. Que estamos unidos por unos lazos de energía que tal vez pueda llamarse amor, o reconocimiento mutuo, o la gran fuerza de muchas mentes que trabajan juntas por un mismo objetivo.
Story viene para ayudarnos a desenterrar lo mejor que llevamos dentro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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27 de enero de 2010
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos por partes, creo, que ni tanto ni tan poco; ni es malísima ni una obra maestra, pero está más cerca de lo segundo. Para los que les gustan fantasías épicas, como el "Señor de los Anillos", desde luego, no es su “peli”.

Aunque, un servidor está entre los que les gustan tanto las grandes producciones, bien realizadas, además de buenos guiones amalgamados con cinta adhesiva o efectos caseros, al estilo de "La Ciencia del Sueño" (una bella rareza recomendable).

Estamos ante un tipo de cinta con un registro diferente, si uno no se sintoniza, si no sabe leer entre líneas, si no sabe escuchar no pueda sacar nada en claro de este cuento, que es deliberadamente naif e inocente en la ejecución. Lo cual, no es un error porque es la pretensión.

A través de una parábola Shyamalan nos descubre como en personajes en principio poco destacables, personajes peculiares incluso, se pueden hallar a los salvadores de la humanidad. A mi modo de ver, lo que subyace como mensaje, es que son las personas corrientes, en realidad importantes, las que cambiarán el mundo y no los burócratas, los políticos. Es una crítica contra el poder, un tanto pueril; y al igual que un libro, es el espectador el que debe hacer creíble un mundo fantasioso, a diferencia de grandes producciones en las que todo nos lo dan mascado.

No hay grandes efectos especiales. Por que los protagonistas son las personas normales (nada de superhéroes), incluso las que están al margen de lo que se considera éxito. Un médico que trabaja haciendo el mantenimiento de un edificio, jubilados, etc.*

Lo que no se puede es mirar una poesía con gafas de 3D, porque evidentemente si esperas grandes brillos y efectos saldrás desilusionado.

Quizá, si se considera un fallo, el comienzo es algo lento y en algún momento pierde el ritmo pero es, en general, instructiva y bella, sobre todo la banda sonora de James Newton Howard.

Saludos
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Máximo Pablo
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28 de agosto de 2006
36 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo falla con el “efecto” Shyamalan. A la espera que una reinventada Cahiers du cinèma, un naciente Truffaut o una nueva Nouvelle Vague le reivindique, este señor huele a bluff por los cuatros costados. Eso sí, su puesta en escena y dirección me parecen incomparables y magníficas. Si alguien le escribiese lo guiones o cambiase de estilo le ayudaría bastante.

Ya me había aburrido sobremanera con “El protegido” y me habían entrado ganas de tirarle al famoso hoyo totalmente amaniatado con la mediocre y patética “El bosque”; aunque reconozco en la tan tramposa como sorprendente “El sexto sentido” dotes de genialidad y me quedé bastante fascinado con la versión minimalista y trascendente de “La guerra de los mundos” en “Señales”.

Ahora Shyamalan quiere ser un cuenta cuentos y de paso chupar más cámara de lo habitual (espero impaciente esa merecida nominación a los Razzies). La historia elegida podría ser peor pero resulta imperdonable la desfachatez de este señor desde los penosos títulos de crédito con homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente incluido.

“La joven del agua” se convierte en un sinsentido desde la aparición de la famosa ninfa con cara que indica un alto consumo de drogas. ¿Será uno de los secretos del “mundo azul”? ¿Será que la enchufada por papi, la hijísima del lamentable Ron Howard, guarda un extra de costo en su cueva secreta? Dicen que es un cuento improvisado que se reinventa a sí mismo. Lo afirmo y lo dudo. Lo que si podemos garantizar que guarra sí que es la ninfa: ensuciar la piscina con sus secreciones y pelos púbicos e incitar a la pederastia yendo constantemente desnuda. Aparte de ser una urraca ladrona y encima tener la poca vergüenza de ir de salvadora de la humanidad.

Giamatti también hace lo que puede: hacer el idiota en un sofá en una pretendida escena cómica de estupidez sonrojante o lloriquear como una niña. ¡Qué no, Paul, qué no! Si no te nominaron para el Oscar con “Entre copas” ni lo intentes y menos con un guión tan chapucero y empalagosamente ñoño.

Shyamalan también quiere ir de trascendente y místico. En dotar a la “Joven del agua” de un aire de comedia con momentos absurdos y lamentables. Aparte de sacar un poquito de allí y acá de “1, 2, 3... Splash”, “Cocoon”, “Nuestros maravillosos aliados”, “El pacto de los lobos”, “E.T.” ente muchas otras, tiene las narices de colocar a una panda de tarados freaks de diferentes razas para simbolizar al mundo y que encima los espectadores se crean que toda esa sarta de gilipolleces sacadas de un guión de “Embrujadas” son una fábula con moraleja de manual de un euro de autoayuda.

Ahora Shyamalan, artista, voy a leerte yo tú futuro (o ya pasado): no vas a llegar a los cien millones de recaudación en el box office y se te va acabar el final cut. Tu portento visual irá al contenedor de basura más cercano vía productor de Hollywood
Maldito Bastardo
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31 de agosto de 2006
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La indiscutible capacidad de M. Night Shyamalan para crear atmósferas intrigantes, sugerentes y perturbadoras brilla por su ausencia y no consigue salvar del naufragio más estrepitoso al proyecto más pretencioso e irritante del director hindú.

A aquellos que valoran de manera notable esta cinta y que se repiten insistentemente en sus argumentos para replicar a los que según ellos no sabemos "escuchar" les diré que me gusta el cine, me gusta el cine realista capaz de diseccionar las emociones humanas de la manera más sutil y me gusta el cine de fantasía, aquél capaz de transportarnos más allá y abrir nuestras mentes a mundos, situaciones y personajes extraordinarios, y que, sobretodo, valoro enormemente el trabajo de aquellos directores que saben combinar realismo y fantasía de manera coherente, que no verosímil. Por poner dos ejemplos, considero notable la aproximación a un mundo de fantasía por medio de la locura que nos brinda Terry Gilliam en "El Rey Pescador", o bien, por medio de la imaginación más desbordante de un padre moribundo en "Big Fish" de Tim Burton. Estos dos filmes tienen aquello de lo que carece esta última propuesta del director que nos ocupa: coherencia, insisto, que no verosimilitud.
Un universo debe estar regido, sea real o imaginario, por unas reglas que le den consistencia, y la conexión que pueda existir entre ambos mundos debe respetar dichas reglas y gozar de dicha consistencia. Es eso lo que da credibilidad a la historia y permite atrapar al espectador. Por poner otro ejemplo, la trilogía de "El Señor de los Anillos" es una obra monumental y apasionante de la fantasía contemporánea, pero su capacidad de conmover al lector o espectador radica en la identificación de éste con unos personajes que por desenvolverse en un mundo mágico pero coherente sentimos más cercanos, un mundo completísimo y cerrado en sí mismo, es decir, que J.R.R. Tolkien no se saca ases de la manga para desarrollar las situaciones y no deja cabos sueltos.
"Lady in the Water" es un cuento de hadas que establece la conexión entre dos mundos, el real y un universo de fantasía, y es precisamente ahí donde fracasa indiscutiblemente y pierde toda credibilidad y capacidad de fascinación para el espectador. La forma en la que va dando forma al "Mundo Azul" es poco fluida y poco satisfactoria y los personajes que habitan en él carecen de encanto. No es menos discutible el comportamiento de los inquilinos que habitan el bloque de apartamentos y que actúan con una venda en los ojos.
Esta reflexión no convencerá (ni es su cometido) a los que ven en esta cinta un trabajo a considerar pero quizá ellos sepan escuchar y yo no, quizá ellos tengan la certeza de que en los quioscos del "Mundo Azul" venden cajas de cereales para aquellas ninfas que comparten la afición de los humanos por los sudokus, quizá ellos sepan escuchar y agruparse ciegamente alrededor de un líder sectario capaz de contarles la más fantástica de todas las historias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
zebraman
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