Orgullo y prejuicio

El encanto natural y chispeante brisa actoral de Keira Knightley en el rol de Elisabeth Bennet es el corazón de "Orgullo y prejuicio" (2005), una lograda recreación de época, romántica en su estilo y que guarda un lugar en el corazón cinéfilo de millones de chicas.

De toques femeninos innegables, para considerar en el debido contexto de otro tiempo y costumbres (siglo XVIII), cada tanto el cine o la televisión se aventuran con esta historia simple, pero si es bien llevada, adorable y aunque no todos los roles son bien explotados en esta versión, aprueba sin dudarlo mucho.

El tono pausado se mezcla con un sello inglés innegable y para ser una cinta de más de dos horas, logra sortearlas bastante bien. No resulta en lo absoluto traumático embarcarse en las desventuras de las hermanas Bennet, generar empatía o distancia con ciertos personajes, esto precisamente frente a prejuicios en su mayoría de los espectadores hombres.

Pese a todas estas loas, cabe señalar que la adaptación no llenará el gusto de todos los públicos, de hecho, si es fielmente o no una recreación de la obra literaria original es subjetivo, y el boca a boca lo pone en tela de juicio, pero dado el buen ritmo de la cinta se le perdona.

"Orgullo y prejuicio" tiene su onda propia, no a tono de todo el mundo, pero tiene gracia, cuento y simpleza para hacer que dos horas -ojalá en la compañía correcta- pasen de forma ligera e impensada. He ahí el "orgullo" para sus realizadores. El "Prejuicio" va porque para los hombres puede resultar más difícil aventurarse este tipo de cintas de romance, pero créanme, es mero prejuicio.

Recomendación:
Buena. Una adaptación lograda y querible de Jane Austin, recordable aunque no llenará todos los gustos. Femenina por excelencia.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com

Todo está dicho: dirección, adaptación y guion sobresalientes, con una interpretación de Keira Knightley memorable, aún a pesar de ese colmillito en su maxilar izquierdo que no le permite sonreír plenamente.

Pero lo que verdaderamente me impresionó fue esa omnipresente fotografía, esos encuadres, ese colorido, esa composición, me preguntaba si no estaría por allí oculto Kubrick con sus lentes maravillosas filmando Barry Lyndon.

Excelente ejercicio cinematográfico que cautiva desde el principio porque enseguida muestra sus armas y se abre al espectador como una propuesta sincera y sin equívocos.
La ambientación es magnífica, el ritmo destaca por su naturalidad y las escenas se suceden como circunstancias cotidianas exentas de artificio pero construidas con rigurosa precisión y enrome sentido del detalle.
La complejidad se torna reto que el guión (D. Moggach) resuelva siempre con maestría para que J. Wright encuentre más sencilla la labor de dirección.
Además los diálogos definen cada situación con justedad y riqueza en un brillante contexto en que la delicada fotografía y la elocuente banda sonora se alían para hacer honor a la novela de J. Austen y acrecentar su valor en la pantalla.

Para los Estados Unidos, Inglaterra representa de forma estereotípica el viejo continente. La cultura clásica, la sofisticación, la clase y la educación más refinada. Y por su producción cinematográfica y a nivel de series, parece que han abrazado con gusto esta visión.

Brillante adaptación con un nivel actoral y de estilo muy alto. Funciona en todas sus escenas, mantiene un ritmo pausado, y no cae en sentimentalismos baratos que serian tan fáciles con esta obra. Además añade un toque de humor respecto a anteriores adaptaciones que desengrasa muy bien ciertos momentos.

No sorprende, porque es clasicista hasta el extremo, en el fondo, y en la forma, pero da gusto tomarse el té de las cinco con este telón de fondo.

El siglo XVIII no era la panacea de la igualdad de sexos, los hombres controlaban la sociedad por completo quedando las mujeres en un muy segundo plano en el que reducida su acción única y exclusivamente a las labores del hogar, la principal preocupación de ellas y de sus padres, era el encontrar un pretendiente, alguien que las sacara con garantías de su terruño paterno y que las proporcionara sustento en el futuro.

Joe Wright cuida con auténtico mimo el desarrollo de esta preciosa película en la que a falta de un guion intenso y de auténtico interés, el propio envoltorio de la misma, interpretación, escenificación, decorados y fotografía nos ofrece un auténtico deleite para la vista y los sentidos.

Excelente la actuación de Keira Knightley dando vida a una joven dama de época ansiosa de vivir y de encontrar un amor imperecedero, rodeada de un buen elenco de actores y de una campiña británica repleta de luz y de vida.