Vigilante

Seca y minimalista producción en torno a una justiciera con el mundo de la violencia intrafamiliar de fondo. Nuestra heroína se dedica a atender la llamada de mujeres y niños con problemas de violencia doméstica, igual que hacía el Equipo A con los extorsionadores, para arreglarlos de manera tajante y contundente.

Al principio luce apañada, gracias sobre todo a una Olivia Wilde muy metida en su papel, lejos del glamour de otros personajes que ha interpretado. Mientras se nos está describiendo su "labor" se deja ver, es llevadera y logramos empatizar tanto con la dura vida que lleva como con las motivaciones que subyacen de su "quehacer".

En cuanto aparece el marido la cosa se viene abajo. Pasamos a un juego del gato y el ratón más que absurdo, en el que cada escena es más idiota que la anterior. De esas en las que el protagonista siempre tiene a mano todo lo que necesita, ya sea un rollo de cinta o una furgoneta pick-up. Una vez nos han sacado de la película, ya todo da igual. Mala elección de sábado por la tarde.

Las películas de venganza siempre te cogen por la parte afectiva; más cuando se trata de un marido cabrón maltratador y asesino.
A destacar que siendo una peli de venganza donde la chica se prepara a conciencia para joderle la vida a los maltratadores no es una peli de escenas violentas a lo Charles Bronson; las elipsis se producen precisamente durante la pelea, así logra que nos centremos en las causas y en los efectos: el valor terapéutico de darle su merecido a estos machitos.
Con todo, la peli no cae en el feminismo-de género tan actual donde los hombres somos todos unos bestias salidos. No hay moralina, sí salvación-solución desde el ojo por ojo.
Casi no hablan. Pocos diálogos: A buen entendedor pocas palabras.