Mi vida en ruinas

Realmente, es una desilusión de pelicula. Después de ver "Mi gran boda griega" con la que me reí bastante, me esperaba al menos, el mismo tipo de humor. Es mala. Es muy mala. Absurda, aburrida llegando en ocasiones a la vergÜenza ajena. No pierdas el tiempo en ver esta aberración del cine.

Muy linda y cálida comedia romántica basada en la vida de una guía turística amargada (Vardalos), que en su último tour coincide con un grupo de pasajeros que harán que ese último viaje sea inolvidable y que tal vez el mismo no sea el último. . .
La actuación de Vardalos es buena, logrando sacar siempre una sonrisa al igual que en "Mi gran casamiento griego" pero sin dudas la película se la roba Richard Dreyfuss con su inolvidable Hir.
Es una peli para ver una tarde dominguera de verano y pasar un buen rato.

Vardalos vive de pasadas rentas y ahora quiere seguir explotando su fundo griego sólo que el encanto y la sorpresa ya no las tiene consigo. Dreyfuss le acompaña con desgano y desenfado en una interpretación que hace a sabiendas que el producto en el cual participa es un autentico bodrio. Comedia de la Serie B, o mas bien, C.

Hoy pretendo escribir una crítica en cinco minutos, así que seré breve.

"Mi vida en ruinas" no es más que una comedieta romántica previsible, tópica a más no poder, desaprovechada y con personajes estereotipados. Pero aún así, consiguió entretenarme de una forma medianamente decente y blanca durante 90 minutos. Y a eso le podemos dar gracias a Nia Vardalos y a Richard Dreyfuss, que defienden bastante bien sus personajes.

La trama te la sabes de memoria, los personajes secundarios rozan lo exagerado y es inevitable sentir que con un guión más pulido y profundo el resultado mejor. Obviando esto, nos encontramos ante una película agradable de ver y, por momentos, entrañable y emocionante.

Para pasar el rato está bien, pero no busqueis algo trascendente.

Lo mejor: Nia Vardalos y algunos momentos que realmente sacan algunas carcajadas.
Lo peor: Tramas secundarios muy superficiales.

Hace unos años, una película sencilla, sin excesivas pretensiones, consiguió ganarse el favor del público, contando las visicitudes de un miembro femenino del colectivo griego por salir del férreo control familiar y desarrollar una actividad profesional propia así como escoger a la propia pareja, aunque esta no pertenezca a la etnia. Partiendo de premisas parecidas, se presenta este film ambientado directamente en Grecia y con la misma actriz como protagonista (que de hecho también es guionista del film).
Aquí interpreta a Georgia, una norteamericana enamorada de la cultura griega, quien después de ejercer como profesora, ahora se ve obligada a trabajar como guia turística. De hecho, el film nos viene a contar uno de sus "fantásticos" viajes, en los que lleva a un grupo más bien heterogéneo de turistas de las más diversas procedencias. El director Donald Petrie se limita a mantener prácticamente al mismo personaje de la anterior película, e interactuar con los diversos personajes que componen el grupo de turistas. Si en la composición de la protagonista apenas hay ningún trabajo, ya que Georgia repite exactamente el mismo personaje, en lo que se refiere a los turistas ya nos podemos imaginar que tampoco se lo ha trabajado demasiado, así tenemos a un canadiense gracioso, a unas españolas divorciadas y "faltas de cariño", unos franceses estirados, unos australianos tontos, y un norteamericano despistado. A este variopinto grupo hay que añadirle la "cuota autóctona", en forma de conductor del autocar. Todos ellos esbozados a grandes trazos.

Tampoco tenemos ocasión de ver tantas ruinas como parece, y los que esperen ver en este film un catálogo de viajes, saldrán profundamente decepcionados, ya que apenas nos muestran las piedras justas para que nos creamos que están en Grecia. Resulta de lo más curioso que nadie en el film parece estar contento con lo que tiene. Ni Georgia con su vida en general, ni los pasajeros con las suyas, y, lo que parece más curioso, tampoco con el viaje en general, demostrando un profundo aburrimiento de visitar las ruinas (si lo que querían era ir de compras e ir a la playa porque no eligieron un viaje a Punta Cana?). Pero en general, todo tiene un tratamiento excesivamente blando y complaciente, tirando por el lado más amable, por lo que al final, la previsibilidad del film, unida a lo poco graciosas e imaginativas visicitudes que sufren los protagonistas, den como resultado un film aburrido y poco interesante, puesto que no busca en ningún momento encajar las diferentes piezas que componen el film de forma diferente a lo que es tradicional.