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Polisse

Drama Crónica de la rutina diaria de la unidad infantil del Departamento de Policía de París: abusos a menores, conflictos familiares, niños carteristas, violaciones, sexo precoz... Fred, un policía rebelde, se enamora de Melissa, una fotógrafa nombrada por el gobierno para colaborar con este cuerpo policial. Ella se encuentra dividida entre Fred, y el violento mundo en el que vive diariamente, y Lino, su rico e infiel esposo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
2 de marzo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Polisse cuenta el día a día de la Unidad de Protección de Menores de la policía de París, la vida de sus agentes, los casos que llenan sus oficinas y sus misiones en los barrios más marginales del corazón de Francia. Una historia verosímil (no creo que se pueda aplicar la etiqueta de 'verdadero' en el arte), y por ello me sacude, me emociona, me hace reir y llorar, me entretiene a pesar de su largo metraje, me mantiene espectante, logra que me importen sus personajes y consigue que su discutible final reverbere en mi memoria días después de verla.

Polisse es una cinta casi redonda. El mérito está en la fotografía, influida por el estilo y sobre todo la ética de la Nouvelle Vague, el Dogma 95 o el estilo de los films de los Dardenne o títulos como Hoy empieza todo. Si alguien les dice que Polisse es un documental deben saber que no es verdad: existe un montaje y una disposición de la historia para nada objetiva, aunque la trama se nutra de casos reales vividos por el verdadero cuerpo policial parisino. Lo peor de Polisse, y en parte demostración de que Maïwenn explora más que innova, está en su uso de la música (la película no exigía banda sonora) y su final nada sutil y bastante efectista.

Polisse nos acerca los entresijos de una profesión que sabemos que existe pero que ni la televisión ni los trabajos periodísticos escritos o audiovisuales han retratado con certeza. Cinematográficamente es una historia perfectamente ensamblada, capaz de insertar comedia desengrasante cuando la historia lo requiere, un thriller casero nada desdeñable, e impactando cual navajazo directo a la boca del estómago cuando la dureza del momento lo precisa. Pocos repartos brillan tanto, en cantidad y en calidad. Y sobre todo, Polisse nos demuestra que es importante reflexionar hacia dónde va nuestra Europa multicultural con desigualdades sociales, a quiénes delegamos la responsabilidad de poner orden en medio de tanto caos; si es posible vivir a espaldas de lo que ocurre a nuestro alrededor, o si es posible no llevarse el trabajo a casa cuando el oficio acaba siendo un estilo de vida, y esa vida un viaje hacia la autodestrucción.

Polisse nos dice que probablemente las únicas personas capaces de mantener en equilibrio a toda una ciudad corren el riesgo de ser marginados sociales cuando deberían recibir tratamiento de héroes. Hay crítica pero mucho cariño en Polisse. Hay política. Hay la exposición de un tema local que acaba siendo metonimia de un problema global. Tiene el ímpetu de la artista en pleno estado de investigación y de creación, a veces víctima de su entusiasmo, y en los mejores momentos con la lucidez y la responsabilidad que precisa el tema elegido. Y ni qué decir que estamos ante una reflexión de la vida, del cine, de la vida en el cine, e incluso una demostración de cómo el buen cine puede cambiarnos la vida. Polisse es desde ya una obra importante y necesaria: descúbranla.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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23 de febrero de 2012
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los grandes festivales cinematográficos (por ejemplo, Cannes, donde se presentó la película que ahora nos concierne) tienen en la redefinición del gusto agridulce uno de sus principales rasgos distintivos. Hablamos de los llamados ''(Grandes) Premios del Jurado'', aquellos en los que Quentin Tarantino pondría el encabezado ''buen intento''. Para entendernos, son los que nacen de la indecisión por parte de los miembros del máximo organismo ''judicial'' a la hora de decidir cuál ha sido la mejor película del certamen. Es una repartición de méritos que si bien cumple su función de reconocimiento, también hace lo propio con respecto a la eliminación inmediata de cualquier posibilidad para conquistar el máximo galardón de la cita en cuestión, llámese Palma, León, Oso o Concha de Oro.

Algo así como un regalo envenenado que le dice al autor (cuyo objetivo debe ser siempre conquistar la cima más alta) que tiene permiso para establecer su campamento base en una altitud nada desdeñable... pero que deje la conquista de la cumbre para otra ocasión. ''Tu película nos ha gustado... pero no lo suficiente'' debería ser la inscripción que se leyera en cada uno de estos galardones. ¿Es malo tener alguno de éstos en la vitrina? En absoluto... aunque sean un hiriente recuerdo de que teniendo la oportunidad, no se llegó a la línea de meta. No pareció importarle lo más mínimo a Maïwenn Le Besco, que recibió el Premio del Jurado de la 64ª edición de Cannes como si hubiera recibido el reconocimiento a la Mejor Película en los Oscar, o en los César (en los que por cierto, encabeza la lista de nominados, optando ni más ni menos que a trece estatuillas).

Una reacción más que comprensible por parte de la directora/guionista/actriz, al decidir conformarse con ser el segundo plato... cuando ni siquiera debería haber entrado en el menú. Valga como presentación del segundo largometraje de Maïwenn Le Besco (o "Maïwenn" a secas, como le gusta que la llamen... cosas de los artistas). Al final de la presentación en sociedad de 'Polisse' en el incomparable marco de La Croisette, abundaron los aplausos en el patio de butacas, aunque en esta ocasión éstos estaban del todo injustificados. La propuesta gira en torno a la Unidad de Protección de los Menores de la Policía. Un falso documental (ligeramente en la línea marcada por la ópera prima de la propia Maïwenn, el irregular pero a ratos interesante ejercicio metafílmico 'El baile de las actrices') que sigue las andaduras de unos agentes de la ley que se desviven para que nada ni nadie destruya la inocencia de los menores de edad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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24 de febrero de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Difícil película que se maneja entre el cine más puramente sociocultural francés del presente más presente de la sociedad en la que vivimos. La primera parte excepcional, pero luego vemos la posible trampa o lo que por debajo mueve a la directora, y es que mezclar a capricho las tramas sentimentales de los policías (de algunos). Se pierde la atención, la película sufre un gran parón en esa escena de la fiesta celebración en el bar a mitad de película. Y sí, claro, son policías y humanos y se tiene que reflejar que son personas. Pero lo que era una película centrada empieza justo aquí a irse por las ramas, querer abarcar demasiado y dejar el tema principal de lado. Entonces fue cuando me dejé de creer a algunos personajes y situaciones. Y al final, me levanté de la butaca dividido, pues estas idas y venidas en la trama, me tenían desconcertado. Así, frentes que abre (y deja muy bien abiertos al pensamiento lanzando preguntas por boca de los personajes/testimonios, como ese niño cuestionando que por que su pedófilo profesor si está enfermo no lo llevan a un hospital en vez de a la cárcel, o una adolescente asegurando que la juventud ya no es la misma y que con catorce años ya se folla) se queda a un lado y se turba con las historias y amoriles de los policias.

Lo mejor: Los primeros cincuenta minutos, es como tirarse de un tobogán en plancha.
Mención especial a un excelente y entregado reparto.

Lo peor: El guión se va por las ramas. Si se hubiera centrado en seguir la línea de la primera hora, tendríamos una película de 10 y que durase 90 minutos (no más de dos horas). Aunque bueno, una película de 10, francesa y sobre la juventud actual ya la tenemos hecha, se llama "La Clase" y es una obra maestra.
Mención especial al soso e intencionado carácter de la fotógrafa (Mäiwenn).
El malvado Carabel
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6 de marzo de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maïwenn nos deleita con un pseudo documental que se inmiscuye enla vida cotidiana de un grupo policial eu se encarga de los casos de pedofilia y todo lo relacionado con los menores.
Podríamos pensar, al principio, en una copia de L627, por ejemplo pero Polisse nos muestra otras cosas diferente, ni mejor, ni peor, pero los personajes y actores se muestran como si fueran amateurs, como si estuvieran viviendo realmente lo que cuenta la película.
Las escenas rutinarias del día a día presenciando las crueldades de esta sociedad que nos ha tocado vivir son rodadas de forma precisa, muy cercanas a los personajes. Para ello la propia directora se involucra en el proyecto con un personaje, interpretado por ella misma, que se dedica a fotografiar ese día a día. Pero nunca veremos sus fotos porque ya estamos viendo lo que nos mostrarían.
Película con algunas escenas antológicas, como el baile en la discoteca o la discusión de Karin Viard con su compañera, su gran peso viene dado por unos actores en estado de gracia. Incluso la presencia casi testimonial de Sandrine Kimberlain en un caso que detectan los polis, es una maravilla narrativa.
El final, aunque un poco grandilocuente, no es sino la plasmación de un crescendo que nos llega al corazón y a la cabeza, pensando que este mundo tiene difícil solución.
ROMAN
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30 de diciembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En toda película policial tenemos a un protagonista con una vida privada complicada. Si repasáramos la historia del cine y nos dieran un euro por cada divorcio que tiene cada inspector a sus espaldas seguramente seríamos ricos. No obstante, pocas veces va más allá de un típico y ligero vistazo y se centra más en el caso o casos principal a resolver. En la cinta que nos ocupa tenemos el día a día seguido con lupa (y con una fotógrafa que se les une durante un periodo de tiempo) de la brigada que se encarga de la protección del menor en París, centrándose principalmente en casos de pedofília pero pasando por cualquier tipo de explotación sufrida por los más indefensos de nuestra sociedad.

Al contrario de lo habitual, vemos como avanza la brigada en las relaciones entre ellos y en sus vidas privadas y no tenemos un caso especial, importante o central sino que estos van y vienen y son de lo más diverso. Mafias de carteristas, madres drogradictas, violaciones, niños mentirosos, tocando practicamente todos los palos posibles y pasando desde algunos muy duros hasta otros que pueden resultar hasta cómicos. ¿Cómo mantener el equilibrio entre esto y sus vidas privadas? Muchas veces ambos caminos se entrelazan e incluso se confunden o chocan hasta hacer imposible uno de ambos.

Con un reparto de lujo y con muchas de las caras más reconocidas del cine francés actual, Maïwenn Le Besco nos narra unos sucesos que ante todo son creíbles y no solo por las noticias que nos bombardean a diario en las noticias sino por toda la naturalidad que rezuma la cinta tanto en sus personajes como en su relato. Un recomendable drama que saca la mejor y la peor cara de ese ser llamado humano.

Nota: 7

En twitter: @er_calderilla
Turbolover1984
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