Sombras de sospecha

¿Han visto sospecha, de Hitchcock?
¿Qué sucedería si supiesen que Cogote Grant es inocente?
¿Dónde estaría la gracia de la película?
¿En qué se convierten las pelis de Hitchcock si quitas los golpecillos de humor?
La respuesta a esta y otras preguntas, en "Sombras de sospecha"

Michael Anderson dirige una película de bastante calidad a pesar de tener entre manos un guion flojo. Opta por una realización con planos arriesgados y modernos al puro estilo del mago del suspense. El gran actor Gary Cooper está correcto, pero se nota que durante el rodaje estaba ya enfermo, muriendo antes del estreno del film. Intriga y supense para pasar un buen rato.

Thriller psicológico obsesivo sobre la sospecha de una esposa de la autoría de un asesinato por parte de su marido, tanto que tras seis años después de la comisión del delito se pone a investigar sobre el mismo, con una sensación claustrofóbica sobre prácticamente todo el metraje dirigido por Michael Anderson que mantiene la intriga hasta el último minuto basando la misma en ínfimos detalles que te arrastran a la sensación de culpabilidad del marido poniéndote en el lugar de la esposa.

Oscuro y claustrofóbico thriller magníficamente interpretado por Deborah Kerr que logra transmitir sus sospechas hacia su marido, un Gary Cooper excelso que firma su última película, muriendo poco después por un cáncer de próstata.

Notable, 7.

Cuando Gary filmó “Sombras de sospecha” estaba seriamente enfermo y sentía su muerte cada vez más cerca, esto provocaría que el rodaje de esta película fuese una tortura total para el actor. A pesar de todos estos pesares nuestro amigo Gary vuelve a salir victorioso de esta dura batalla y da la talla en este estupendo film de suspense que juega con el espectador y lo reta a averiguar quién es el asesino. Un hombre es asesinado, por ello se encarcela al supuesto culpable, teniendo como prueba el testimonio de George Radcliffe (Gary Cooper), pero surge un problemilla, su amantísima esposa (Martha, una convincente Deborah Kerr) anda con la mosca detrás de la oreja y empieza a sospechar que su marido podría ser el asesino, la monina antes mencionada, tal que un “Don erre que erre” de toda la vida, hurgará en la herida y no parará hasta descubrir la verdad... aunque sea a costa de su propia vida.

Entretenido thriller de suspense con un trepidante guion de Joseph Stefano, quien también escribió el guión de la exitosa Psicosis un año antes, adaptando una novela de Max Ehrlich y que tiene bastantes puntos en común con la “Sospecha” de Hitchcock, aunque, por supuesto, sin llegar a su maestría.

Un film correcto, aunque de factura un tanto antigua, se acompaña de una música remarcando escenas que se sobreentiende son trascendentes. En aquellos tiempos, algunos directores parecían considerar al espectador como un ente poco dotado de recursos intelectuales... Era la época.

Esta película fue la última que rodaría Gary Cooper, pues fallecería ese mismo año de cáncer, el 14 de mayo de 1961, una semana después de cumplir sesenta años.

Deborah Kerr, elegante y entregada a un papel desempeñado con eficacia aunque sin alma. Dirección muy trillada de michael Anderson.