Una niña india se despierta en su tipi... ¡lleva pinturas de guerra! Pero las pinturas de los indios eran ceremoniales, ni siquiera se pintaban para cazar si no era una ocasión especial, en general sólo para la guerra. Y la niña duerme pintada y todo, se levanta con la melena suelta y perfectamente peinada y a comenzar el dia. Mal empezamos.

Ves tipis y vestimenta típica de las naciones indias de la pradera (centro y sur de los EUA), más adelante te confirman que se supone que son comanches, ¡pero el paisaje es propio del Canadá! De hecho las localizaciones son de la provincia de Alberta (oeste del Canadá). Los cazadores de pieles franceses están menos fuera de lugar, pero no cazaban bisontes, no era eso lo que abundaba en la zona del actual Quebec.

Te presentan el Predator y lo primero que llama la atención es su tamaño variable. Por la medida de sus pies y la facilidad como maneja un oso adulto, debe tener como 3 metros de altura y 200 kilos de puro músculo.
Va semidesnudo, pero las balas no parecen afectarle y no para de hacer aparecer de la nada toda clase de enormes gatges de metal.

Usa una mira làser para apuntar, como el primer Predator, pero en vez de un cañón de impulsos de energia (más creible y coherente con el modo de apuntar) lo usa para marcar el objetivo para los inagotables misiles de bolsillo que no paren de salirle de no sé dónde.

Mata y destripa de un golpe a todo tipo de grandullones fornidos, pero una chiquita de metro y medio lo machaca sin despeinarse (literalmente) en una lucha cuerpo a cuerpo.

Quien haya aprendido alguna vez algo de historia y de física, que lo olvide o que evite ver esta falta de respeto a la inteligencia y a la memoria.