Versión cruel y oscura del cuento "El flautista de Hammelin". Empieza siendo una comedia y termina en una matanza. Está bien contada, tiene imágenes muy meritorias y es de esas películas difíciles de olvidar por cómo retratan la deshumanización de nuestros comportamientos en aras de una presunta supervivencia.

Salvaje, durísima, no apta para estómagos sensibles. Iñárritu rueda su mejor película, uno de esos títulos con aroma a clásico que será recordado y revisitado numerosas veces. Sus interpretaciones, una fotografía bestial y un guión muy sólido, que no aburre y que mantiene un pulso firme, son su mayor baza. Empieza como Mallick, y en su interior hay ramalazos de Pollack y de Cimino.
Ojo con Iñárritu. Está a un nivel espectacular.

Lo primero: ¿por qué la banda sonora tiene ese parecido tan de plagio con la música de Psicosis, versión Bernard Hermann? Salvo por algún acorde frenético al final, son idénticas.
Por lo demás, Re-animator tiene sentido del humor negro; buenas escenas (la del gato, por ejemplo) y un guión que ahora mismo no se verá ni aún reanimando ese cadáver terminal que es el cine de terror contemporáneo.
Buenas ideas plasmadas en pantalla para un filme que obtuvo una justa recompensa en Sitges y que será recordado, aparte de por sus buenos efectos especiales, por ser una muy libre e imaginativa adaptación del cuento de Lovecraft.
Interesantísimo splatter.

Obra maestra incontestable del género de gnomos. Te encantará si te gustan las pupus, buscas el lumen y quieres algo calentito con una puka. Espléndido guión gnomil; los actores lo dan todo (ojo al desnudo integral del divertido protagonista); las escenas de lucha con la marioneta son envidiables (chúpate esa, Jim Henson), aunque poco claras: salvo por el rostro amable de Robert D'Zar, a veces resulta confuso distinguir a los intérpretes de la marioneta. El protagonista, cuya voz en castellano pone Abe Simpson, está secundado por un poli canalla que cuenta los mejores chistes sobre gnomos y una simpática chica que debería de haber acabado su carrera aquí mismo.
Los audaces giros arguementales, y los ingeniosos diálogos, no consiguen ocultar la calidad subterránea de este filme cuyo libreto parece cosa de gnomos.
Los gnomos de la casa se lo pasarán pupu.
SPOILER: Demasiado larga al cuarto de hora...

Luc Besson convierte los cómics de Jacques Tardi (porque su filme coge elementos de las cuatro primeras historias de Adèle Blanc-Sec) en una farsa que roza lo ridículo. Donde el dibujante mete un humor de no ser tomado en serio, Besson rueda escenas denigrantes, sin gracia, sin chispa. Donde en Tardi hay predilección por lo groteco, entendido en la concepción que del término da la Historia del Arte como motivo para representar abominaciones o monstrusidades, Besson pervierte la expresión hasta reducirla a la más absoluta vergüenza ajena. Donde en los cómics hay una mujer de carácter e ímpetu aquí hay una caricatura de cara bonita.
Un producto pseudo-infantil (en el peor término de la expresión) más influido por Arthur y los Minimoys (2006) que por el surrealismo alocado de todo un maestro del cómic. De haber sido de otra manera, quizás habría resultado interesante...