Las películas pueden clasificarse por géneros o por categorías. Antes de ver "Hondo" ya tenía claro que pertenece al género del Western, pero he tenido que verla para poder adscribirla, a título personal, a la categoría de "Bonita".
Hay bastantes películas que tratan historias parecidas: "pistolero" o similar conoce buena mujer... También, como en esta, sobre el choque de culturas entre blancos e "indios".
Pero pocas, muy pocas, consiguen bordear la sensiblería y lograr mantenerse en el terreno de lo sensible y lo auténtico. "Hondo" lo hace.
Pocas, muy pocas, consiguen dar una visión equilibrada de los "indios" y su relación con el "hombre blanco". "Hondo" lo hace.
John Farrow (director a reivindicar) con la ayuda de un buen guión, unos excelentes diálogos, un John Wayne haciendo de "John Wayne" y una inconmensurable Geraldine Page, nos ofrece una película "Bonita".

El Tandem Boetticher-Kennedy vuelve a ofrecernos otra lección de como hacer un gran Western con pocos medios, pocos actores y en apenas 75 minutos.
Es este un Western lacónico y minimalista, con una buena historia y unos personajes creibles y bien construidos. El ritmo de la película es pausado, pero no decae en ningún momento. El desarrollo de la historia consigue que nuestra implicación emocional vaya siempre en aumento. Y esa secuencia final...
Muy recomendable.

Si la historia que nos cuenta Polanski es interesante, el guión que la desarrolla es más que apreciable y, en todo caso, muy superior a la media.
Pero es la dirección la que marca realmente la diferencia y convierte este thriller, sin ninguna duda, en uno de los mejores vistos por este servidor en bastantes años.
La película se abre con una prometedora y magistral secuencia (ese Ferry... ese vehiculo abandonado que obstruye el paso...esa playa...ese cadaver...) y se cierra con otra secuencia aún más magistral (no daré pistas al tratarse del desenlace).
Por el camino, el Maestro Polanski nos ofrece una lección de dirección al alcance de muy poquitos.
De visión obligada.

A Scorsese le sobra oficio para tomar una historia que, aún siendo interesante, en otras manos podía haber acabado en "una del montón" y covertirla en una potente película que te mantiene pegado a la butaca de principio a fín.
Con un estilo totalmente clásico y muy, muy depurado, consigue crear una atmósfera realmente inquietante y que la historia avance con buen ritmo y excelentes interpretaciones.
El final me pareció muy logrado. Mucha gente lo interpreta como un final cerrado pero para mí es claramente abierto (a falta de un imprescindible segundo visionado) y tan inquietante como el resto de la película.

Pienso que la baja nota media que merece esta estupenda y caustica comedia en filmaffinity es consecuencia de nuestra incapacidad, no solo de detectar los fraudes "de masas" (como denuncia la película), sino de reconocernos como parte de esa "masa".
Andrew Niccol ya había demostrado su perspicacia y afilada capacidad para la crítica social como guionista en "El Show de Truman" y su buen oficio como director en "Gattaca" (dos importantes películas que nos hablan, como en Simone, de "grandes mentiras").
Con esta última demuestra que ni lo uno ni lo otro fueron casualidades.
El guion tiene varios quilates, la dirección es más que correcta y las interpretaciones, con Pacino al frente, son magníficas.
Me quedo con una frase que Niccol pone en boca de Pacino: "Es más facil engañar a cientos de miles de personas que a una sola".
Pocas veces una película ofrece tanta diversión y tanta mala leche.
De visión obligada.