No es que sea mejor que El Inmortal, es diferente, esta me la creo más mientras que la primera parece una versión españolizada de Narcos (ojo, que también me ha gustado). No se puede comparar tampoco con Malaka y sus actores autóctonos porque Malaka representaba los bajos fondos de la Málaga profunda con sus trapicheos de gitanos y senegaleses, aquí hablamos de Marbella donde hay más extranjero que español por metro cuadrado, sobre todo rusos, argelinos, ingleses... cualquiera que haya ido aunque sea de paseo una tarde se ha dado cuenta de ello.

Qué buenísimos son los marroquíes, qué religión tan tolerante donde la mujer debe demostrar su virginidad y prometer sumisión al hombre. La película ganaría si no rezumara tanto mensaje woke que francamente cansa y más si se trata de una película subvencionada con mis impuestos.

Buenas interpretaciones y buena actuación de Natalia Verbeke cuyo papel me recuerda a su vis más comida y dulce. También es cierto que no soy imparcial, es una actriz que siempre me ha gustado mucho.

El rollito MeToo no se que pega en la serie y el personaje de la rubia que lo moviliza tampoco aporta nada. El peso cae fundamentalmente en el personaje de Carlos Aceres y en algún secundario como la viuda y el yerno, el resto o prescindibles o desaprovechados.

Nadie, absolutamente nadie, puede creerse que haya un comisario con 40 años y menos una comisaria; ¿cuántas mujeres hay comisarias en España? No conozco las estadísticas reales pero no creo que sean muchas ni que tengan 40 años y que por ser mujer y joven sus subordinados la traten con ese desprecio manifiesto. Cuando ya empiezas a ver una película y no te crees los personajes, malo, malo. Por otro lado, no aclaran del todo quien es el padre de su hija (supuestamente otro policía muerto en combate) pero da la sensación de que es el periodista pasado de rosca que interpreta Coronado que por cierto no pega nada en la historia, debería estar más que jubilado por edad en vez de ser un periodista "aguerrido" de "redacción y aventura".