Según comienzas a ver la película no distingues demasiado bien si es una de Guy Ritchie o no, por que el ritmo es similar, los recursos visuales son similares, la narración es similar, y piensas, una copia casposa a la española de alguien que adora a Ritchie. Pero con el paso del rato la cinta adquiere mayor profundidad. Entra en temas bastante duros, y los aborda con una crudeza y realismo pasmoso. Los personajes son personas, ni buenas ni malas, solo se ven abligados a vivir su vida, e intentan como todos conseguir objetivos en la misma, y para ello hay que hacer cosas que no les gustan. Incluso el malo malísismo tiene un motivo para ser como es.

Por esto quiza la pelicula alcanza mayor profundidad que Santch o Rock'and'Rolla, porque no se conforma con los juegos de manos narrativos, no solo se centra en la prestidigitación y el ilusionismo al contar la historia. Nos enseña crudeza, y por desgracia cotidianeidad en las calles, y no calles de ciudades lejanas, que quiza muchos no hayamos visitado, sino el las propias calles de nuestro pais.

Mi vitación se debe además en que en mas de una ocasion he rebajado notas por que las pelis lleven la bandera española, por eso en este caso creo que es necesario aumentarla por el mismo motivo.

Que si, que no, que caiga un chaparrón....
Esto ya lo he visto antes, es decir, ya he soñado con ello en otras ocasiones. Los anteriores protagonistas de mis sueños se llamaban Tarantino, Ritchie, Rodríguez etc, etc... Todos tienen algo en comun con Nolan, una forma propia de hacer cine, y contar historias. Además de que todos cuentan las historias que les motivan. Consecuencias; que primero sorprenden, después gustan, y pueden acabar cansando, es en cierto modo comprensible.
Pero también tienen otra cosa en común, y es que hacen ciene generalmente muy por encima de la media de lo que se hace ahora, y eso es de agradecer. Si, es cierto Nolan me gusta, al igual que todos los anteriormente citados, y por ello aprecio su trabajo aunque se base en repetir fórmulas. Supongo que aquí es donde surge el debate, legítimo por otra parte. Por tanto en todos estos casos y en especial el de Nolan que es que nos atañe se puede sacar una conclusión, y es que te pueden gustar o no; pero siempre cumplen las espectativas (las cuales se crean fundamentadas en algo, talento visual, narrtivo, rítmico y demás lances del cine) y nunca defraudan.
Así que podemos seguir discutiendo todo lo que querais, pero lo que realmente importa en una peli es que tenga calidad, y esta la tiene, y que entre dentro de tus propias afinidades cinematográficas.
A mi me ha encantado.

Cuando una película alcanza este nivel de genialidad deja de ser un simple filme y se convierte en una experiencia para todo aquel que la contempla. Y la prueba mas clara es darse una vueltecita por las críticas, y observar que son cortas y concisas, dado que la mejor forma de describírsela a alguien es decir: "Tu vela y luego me cuentas".

Realidad sin duda, es decir todos y cada unos de los personajes que aparecen en la serie responden a la mas absoluta realidad, no chirrían en la trama y el guión les otorga un lugar totalmente coherente en la historia. Hata el propio Dexter roza la coherencia absoluta. Es un psicópata; cierto, pero él sabe y hace lo imposible por canalizar esa energía, se considera a sí mismo vacío de emociones, sin darse cuenta de que en realidad siente como cualquier otro.

Y muy importante es que los planes no salen siempre al pie de la letra, las cosas se tuercen, pero lejos de abandonar Dexter aguando como una escultura de hilo que brinda al sol de verano.

En una época en la que la series están mas de moda que nunca, en mi opinión ésta sobresale por encima de las demás por la solidez del guión, por la coherencia en la trama y lo polihédrica existencia de los personajes.

Érase una vez una historia de vampiros en la que cuanta menos sangre salía más escalofriante resultaba.

Érase una vez un relato de terror en el que cuanto más luminosas y blancas eran las imágenes más sombría era la historia.

Érase una vez un cuento de amor en el que cuanto más jóvenes eran sus protagonistas más madurez presentaba su idilio.

Érase una vez unos actores que cuanta menos experiencia poseían más talento desplegaban.

Érase una vez una película en la que la falta de diálogos era más sugerente que las largas parrafadas.

Érase una vez una niña tan terrorífica que no podías dejar de quererla.

Érase una vez un final tan secillo como sorprendente y emotivo.

Érase una vez al fin y al cabo un filme tan sencillo que desmontaba todas las quejas de "los grandes señores del cine español" por la falta de presupuesto. y es que para hacer una buena película solo hace falta TALENTO.