The Imitation Game es una buena película, interesante y bien contada; quizá demasiado enmarcada en la receta, pero no por ello deja de sorprender; Cumberbatch se impone con clase y logra dar algo suyo a una fórmula algo manida.

Sobre la mesa nos cae un planteamiento atractivo: descifrar una máquina de codificación alemana y así ganar la guerra. Uno de los elegidos para ello es Adam Turing (Benedict Cumberbatch) al que le basta una escena para hacernos saber qué tipo de persona es y es que se le cala al instante, por eso achaco de formularia a la película. El papel de genio, antisocial con balbuceo no es nada innovador. El resultado es una mezcla de Sheldon Cooper (The Big Bang Theory) y Raymond Babbit (Rain Man), un hombre inofensivo, retraído, absolutamente brillante, con enormes problemas para las convenciones sociales y la ironía, pero infalible al despertar la ternura y sonrisa del público.

El equipo que acompaña a Turin está bien montado, no está ahí simplemente para soportar las excentricidades del genio, aporta matices y enriquece la película. Knightley y Goode hacen de las matemáticas algo sexy.

La ambientación es todo un acierto, los imprescindibles sombreros sobre las chicas, los barrios enteros de ladrillo o el mismo metro de Londres lleno de refugiados nos sitúan en una época hecha para la gran pantalla.

-Lo peor de la película: no logra hacer que el público participe de la misión que da sentido a todo, el descifrado de Enigma. Su complejidad se nos escapa.
-Lo mejor de la película: la facilidad de Cumberbatch para dar en la tecla; para hacer sentir emociones tan diferentes como intensas.

Sería incomprensible indignarse tras ver el último episodio de El Hobbit, pues La batalla de los cinco ejércitos es el máximo exponente de la naturaleza de la saga: espectacularidad antes que profundidad. La película no decepciona, pero tampoco sorprende.

El guión falla, el estiramiento de la novela es a veces tan artificioso que solo consigue generar escenas vacías y bostezos en el público; el ritmo es asmático, hay momentos en los que la emoción te embriaga, estás inmerso en la pantalla y el tempo funciona muy bien, pero a la vez hay momentos que tropiezan, he echado de menos un clímax claro; algunos personajes, en especial Bilbo, son estupendos y están envueltos con esa magia que uno espera ver, mientras que otros están desaprovechados, como Gandalf o simplemente no tienen nada que aprovechar. Menos mal que algunos diálogos están en élfico, porque si no lo estuvieran, más de uno nos haría agachar la cabeza. Los villanos no son gran cosa, eso sí, son muy variados.

Un apartado que siempre he valorado con especial importancia en las sagas de la Tierra Media ha sido la música, aspecto que ha quedado descuidado en esta última entrega, y si bien la banda sonora es correcta, es solo eso, una banda sonora adecuada, nada más; la película es un regalo para la vista, sin duda, he disfrutado como un niño de las batallas, con coreografías asombrosas y peleas épicas. La puesta en escena de los diferentes ejércitos es abrumadora, así como los entornos y paisajes. El vestuario y maquillaje son maravillosos, como siempre, cada armadura, túnica, barba o peinado son una exquisitez y nos acercan al mundo de Tolkien como no lo hace ningún otro elemento de la película.

-Lo peor de la película: el ritmo no está bien llevado, hay personajes desaprovechados y otros son terribles. Puede llegar a resultar absurda para el público más exigente.

-Lo mejor de la película: algún momento de verdadera ternura hobbit o las batallas más espectaculares podrían ser lo mejor sin problemas, pero para aquellos que sentimos debilidad pero este mundo de fantasía, lo mejor de este viaje ha sido hacerlo.

El proyecto más ambicioso de Nolan y posiblemente del cine de los últimos años, es una compleja obra que desafía al espectador al mismo tiempo que lo coge de la mano y le guía a través de la galaxia como nunca antes se había visto.
El film consigue tragarte en su inmensidad espacial hasta el punto de tener que mirar las paredes del cine o reparar en el crujir de las palomitas para abandonar por un momento este viaje. Y no solo es visualmente absorbente, la música es acorde a la inmensidad de la película, con órganos profundos y vibrantes que te someten y te hacen guardar silencio. A Nolan no le intimida juguetear con complicadísimas teorías físicas y en ese jugueteo encuentra momentos tan grandiosos que aquellos que lo han intentado antes deberán quitarse el sombrero.
La interpretación de McConaughey ha estado a la altura, dentro de su natural grandilocuencia e infinitos aspavientos de manos, pero convincente, en ningún momento me pareció que estuviera desubicado en el papel de astronauta. Matthew goza de la compañía de una gran Anne Hathaway que, al contrario que McConaughey, sabe estar perfectamente comedida, pero que, al igual que él, hace un papel genial. La participación de Michael Caine no saca todo el jugo del actor, pero este no deja de estar correctísimo. El resto del elenco lo hace bien (la interpretación de la pequeña Murph me sorprendió mucho) y ayuda a que la historia fluya.
El inglés sale de la saga Batman con elegancia y da un paso más (pese a quien le pese) hacia la cumbre de los directores más aclamados. Nolan ha hecho algo enorme, algo que sobrevivirá sin problemas a los avances técnicos y tardará mucho (si es que lo hace) en quedar obsoleto.
-Lo peor de la película: las abundantes clases de física de Nolan pueden llegar a atiborrar lo que hará que a alguno se les hagan demasiado largas las casi tres horas de metraje.
-Lo mejor de la película: son varios los elementos que por sí solos podrían ser lo mejor en otras películas como la profundidad de la historia, la filosofía que envuelve todo, o la dirección en sí, pero el apartado visual es tan exquisito, tan perfectamente elaborado, tan envolvente y cuidado, que para mí, es lo mejor del film.

Planteamiento sencillo: dos policías, por supuesto enfrentados ideológicamente, han de resolver un caso, que por supuesto nadie quiere, en un pueblo, por supuesto rural. ¿Quiere esto decir que la película no sorprenda? Por supuesto que no.
Ya desde la primera escena tienes la sensación de estar ante algo especial, algo que no se ve a menudo. Rodríguez ha encontrado un escenario espectacular y ha sabido sacarle mucho partido. Las panorámicas de las marismas son asombrosas, haciéndote creer que llegas a un lugar remoto y salvaje.
Arévalo y Gutiérrez forman una buena pareja, no están demasiado encasillados en "poli bueno" y "poli malo", los dos son tipos duros convincentes y los dos se hacen notar en el film. El resto de secundarios está correctísimo, aportando a la película justo lo que necesita en cada momento.
La dirección es magnífica. Logra crear más tensión con un par de coches en la carretera que algunos directores que disponen de una ciudad entera para hacerla pedazos. Los diálogos son interesantes e inteligentes y están bien incorporados, así como están bien incorporados los elementos rurales y típicamente españoles, enriqueciendo la atmósfera.
Rodríguez no ha querido jugar con los mayores y pretender que hacía una película de mayores. Ya es mayor y el resultado es un film bien español que incorpora lo mejor del género detectivesco.
-Lo peor de la película: aunque la tensión es constante, es algo previsible.
-Lo mejor de la película: los actores, los diálogos, la historia, el apartado visual (simplemente genial) etc. funcionan muy bien en conjunto y te sumergen en la pantalla.

Pocas veces he salido de un cine con tantas ganas de vivir, pero no solo de vivir el presente, como se suele entender esta expresión, sino con ganas de literalmente vivir; volver a vivir mi infancia, mi adolescencia y lo que me reste de vida y hacerlo siendo el mejor yo posible. ¿Quiere esto decir que sea una edulcorada y ligerita comedia? Ni mucho menos. Esta cinta trata sobre la vida, en concreto, sobre la de un chico y en general, sobre la de todos y cada uno de nosotros y contempla todas sus facetas: la alegre, la desengañada, la de la lucha, la dramática...
El viaje a través de la vida de Mason es una sucesión de momentos cotidianos, raro será que no te identifiques con varios de ellos, que entraña grandes cantidades de magia y ternura. Arquette y Hawke contribuyen a esa grandeza de lo cotidiano con una pareja de padres que gusta a la pantalla, cada uno a su estilo. Sus respectivas evoluciones son tan fantásticas como la del mismo protagonista.
Desde una discusión familiar, un cumpleaños o una conversación sobre Los Beatles, cada escena está bien cuidada con diálogos inteligentes y buenas actuaciones. No tiene un momento aburrido a pesar de que el tempo de la película es bien moderado. Este film es un saca-sonrisas no solo en "estos tiempos que corren", te hará sonreír siempre.
-Lo peor de la película: maldita la hora en que creé esta sección en mis críticas. No hay nada en la cinta que pueda llamar malo, como mucho veremos algún personaje muy manido en otros dramas, pero que bajo ningún concepto estropea la película o debe impedir que te lances a verla.
-Lo mejor de la película: el crecimiento (literalmente hablando) de los personajes. El planteamiento que propone la película es tan atractivo como eficaz. Es maravilloso ver como los personajes con los que te encariñas van creciendo. Todo esto unido a la a dosis intravenosa de ganas de vivir que te da la peli, hacen de ella lo mejor del 2014.