Imposible seguir todas las pistas. El guión se recrea en mil minihistorias, que mi intelecto era incapaz de cotejar pasada media hora. ¿Le dan final a todas? ¿Algunas son solamente distracciones de la acción real? En todo caso, estás tan entretenido que lo anterior resulta lo de menos.

He visto la película con amigos y por la opinión de estos, la de las críticas que he leído, y la mía propia, que al final es la que más me importa, puedo afirmar que hay consenso con respecto a que la primera mitad de la película (quizás dos tercios) son un pesado lastre para el conjunto de la misma.

Y es que, tras un primer acto eterno, la película, por fin, tiene ritmo, tiene sorpresas, tiene giros interesantes.

La historia trascurre en una noche y el día que la sucede. Al día le doy un diez. Funciona tan bien que hace que salgas del cine satisfecho, y que te olvides de que al principio te has aburrido un poco.

No se me hubiera ocurrido verla si no me la ponen en el tren. Y no la hubiera aguantado despierto si en el asiento de al lado no hubiera habido niños gritones. Gracias a ellos tuve que verla hasta el final. Y lo que parecía una película topiquísima me sorprendió. El final es mucho más patético de lo que suelen ser las pelis de profesores idealistas que apartan del mal camino a chicos socialmente desfavorecidos. Que ya es decir.

La idea es original: 24 capítulos de una hora a tiempo real es muy interesante, pero los personajes no me interesan lo más mínimo. No me creo las trampas para girar la trama y casi me apetece que muera el protagonista todo el tiempo.

Es un clon de la producción de la BBC de igual título, pero no tiene nada que envidiar a ésta. Los guiones han seguido manteniendo el tipo, la realización es idéntica y Steve Carell es igual de genial mirando a cámara que Gervais. Cuesta recordar qué capítulos son de una y otra serie.