Un documental que trate sobre las armas, sobre su peligrosidad cuando los civiles pueden acceder a ellas muy fácilmente y sobre el alto índice de asesinatos en un país que sucede esto, es tarea complicada. Michael Moore, en éste documental realiza una buena labor informativa, presenta datos y estadísticas interesantes, realiza entrevistas y se plantea preguntas tanto a sí mismo, como a los entrevistados, además de documentar sobre ciertos acontecimientos como la matanza de Columbine y lo que se desarrolló a su alrededor a posteriori. Lo malo, de este documental, es que creo que algunas entrevistas las enfoca desde un punto equivocado y a personas equivocadas, y presenta muy pocas soluciones al problema, y muy pocas respuestas, ya que yo pienso que en un país capitalista, poco pueden decir quien lleva un negocio de armas, todo el mundo sabe que a esa persona solo le interesa vender y prosperar. Yo pienso que sería más útil haber entrevistado a gente que de verdad las utilizo para hacer daño, o a gente que hubiese estudiado el tema y escrito sobre el mismo, los cuales, seguramente hubiesen aportado datos interesantísimos y reveladores. Aun así, el documental es interesante y entretenido, puro trabajo de calle.

Es todo lo contrario que le pasa a esta película, ya que gana fuerza con el tiempo. Film con una gran fuerza narrativa, los actores están todos cojonudos, y el guión es muy sólido. La frase del título de mi crítica, frase de la película, lo dice todo, Carlito no se podía reformar, solo quería huir de lo que sería su muerte si seguía con eso, porque él seguía siendo igual que antes, porque lo seguiría siendo, pero como se iba debilitando, sabía que pronto llegaría su hora si seguía en ese mundo. Creo que esa es la idea de la película, ¿cómo se puede reformar alguien que cree que todos en su posición haríamos lo mismo? ¿y hasta qué punto se puede elegir el camino de uno mismo? Buenísima película que te hace plantear muchas cuestiones sobre el destino de cada uno y si se puede escapar de este. El mejor trabajo de Brian de Palma.

Película sobre el alcoholismo difícil de ver y de seguir, que trata sobre un hombre que después de estar en tratamiento tiene miedo de volver a la vida real, y visita a todos sus conocidos y amigos antes de irse definitivamente de la clínica. Es confusa, porque, ¿con que pretexto hace esas visitas?, supongo que será para saber si vale la pena vivir en el mundo que lo impulso a beber, o para saber si podría aguantar la presión y no volver a recaer, o saber si sus amigos lo apoyarían o lo aguantarían lo suficiente. Lo fácil es rendirse antes de luchar, tanto con el alcohol como con las personas. De la Nouvelle vague, es una forma de hacer cine que no me entusiasma, no la comprendo, y es por mi ignorancia cinéfila por la que le pongo esta nota.
Lo mejor del film es el acompañamiento de piano con la música del grandísimo y genial Satie, escenas que lo decían todo con unas notas de piano.

Es una buena película, con buenas interpretaciones de Robert De Niro y de Cuba Gooding Jr, pero el punto más flaco de la peli, es que presenta a Carl Brashear como una persona demasiado correcta, se comportaba como un santo para tantas injusticias que le sobrevenían, tanto por discriminación racial, como por razones de mala suerte. En cambio, Robert De Niro interpreta a un personaje más creíble, pero no por su drama familiar, sino porque el traiciona lo que cree correcto o justo por conservar su puesto y posición. Hay un contraste muy grande entre la bondad del protagonista y la maldad de sus compañeros de entrenamiento, que los muestran sin pizca de conciencia ni de honor. Por lo demás, está basada en una historia real, y eso llena de esperanza, ver que un hombre que lo tenía todo en contra, pudo cumplir su sueño, a base de esfuerzo y sacrificio. Interesante relato de superación personal.

Al borde de un ataque, así es como se queda el protagonista de esta obra que apenas puede respirar al ver que es incapaz de desnudarse para irse a dormir. Es muy cómico y gracioso aun hoy en día y eso tiene mucho mérito.