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Críticas de Javi McClane
Críticas 1.287
Críticas ordenadas por utilidad
7
26 de octubre de 2019
40 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que supe de este proyecto (exclusivo de Netflix) tuve muchas ganas de echarle el guante, ya que me encanta Eddie Murphy (actor que vivió tiempos mejores) y me atraía tanto la propuesta como el resto del reparto.

La película ha gustado mucho a la crítica (y eso que en la misma hay un dardo envenenado hacia estos), atesorando en Rotten Tomatoes la nada despreciable puntuación de 97%, que la convierte casi en perfecta (según esos parámetros).

Ya puedo confirmar que no estamos ante ninguna obra maestra, pero sí ante un biopic entretenido, divertido, ameno y hecho con el corazón, al igual que productos tan hilarantes y reivindicables como Bowfinger (también con Murphy) o The Disaster Artist. 

En el film se nos cuenta la historia real de Rudy Ray Moore, cómico que comenzó a despuntar (caracterizado como el personaje Dolemite) en los escenarios gracias a sus monólogos (o inicios de rap) y que alcanzó la fama al arriesgarse e introducirse en el negocio del cine, con la película Dolemite.

Técnicamente la película no tiene ningún reproche, gracias a una dirección correcta (que luce más en las escenas de rodaje), pero donde radica la magia de la cinta es en el guion y en el reparto. Respecto al primero, se agradece que la propuesta no apueste por el drama (estoy harto de biopics así) y se decida por el humor y la hilaridad del conjunto.

Eso hace que la película sea más amena, también gracias a un ritmo que hace que no te aburras en sus casi dos horas de duración, aunque quizás a la película le cuesta arrancar un poco al principio y le sobran un par de minutos.

La película se podría dividir en dos partes, la de la primera mitad, con el ascenso de Moore en el mundo de los clubs, y la segunda (más interesante y lograda) con el rodaje de la película, que recuerda a las producciones mencionadas, y que es absolutamente desternillante y supone una carta abierta de amor y melancolía al Hollywood de antaño, poniendo énfasis en el género de la blaxploitation (que tanto ama Tarantino).

Una cosa no se le puede quitar a la película, y es tener corazón y muy buenas intenciones, dejando un sabor agradable al finalizar la historia, y parte de ese mérito es del señor Murphy.

El gran Eddie está fabuloso en su interpretación de Moore, y vuelve a dejar patente que es uno de los actores más infravalorados de la historia, ya que los años pasan y no dejan de despreciarlo y exiliarlo en el olvido, del que, afortunadamente, de vez en cuando es rescatado (como sucedió hace más de una década con la olvidada Dreamgirls).

No me sorprendería una nominación al Oscar, porque se la merece, pero este año está muy reñido y la producción es de Netflix (cosa que no gusta nada en Hollywood). Suya es la película, al ser el alma de la misma. Más papeles así para este maestro de la comedia.

En cuanto al resto del reparto, están todos y cada uno de ellos fabulosos, pero me gustaría destacar al también recuperado Wesley Snipes en un papel hilarante y sorprendente. Se puede decir exactamente lo mismo de él que de Murphy, ya que es una pena que un actor con esa carisma (y esa vis cómica) sea relegado a películas de videoclub.

Ambos actores merecen segundas (o terceras) oportunidades, ya que lo dan todo en esta producción y derrochan mucho más carisma y saber hacer que actores que actualmente se llenan los bolsillos sin mover un músculo de la cara. Ahí lo dejo.

En conclusión, estamos ante una propuesta desenfadada y muy recomendable, con un pletórico Eddie Murphy (y Snipes), y que es un canto de amor al cine. Se agradece cuando un biopic apuesta por contar una historia desde la comedia y la emoción, y no recurrir a lo de siempre. Una de las películas más simpáticas del año. Gracias, señor Murphy.

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Javi McClane
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5
4 de diciembre de 2020
54 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que David Fincher es uno de los cineastas más capaces e interesantes del panorama cinematográfico es poco menos que una obviedad, de la misma forma que lo es repasar su exitosa filmografía, entre las que se encuentran clásicos como Seven, El club de la lucha o, mi favorita, La red social (The Social Network). Es por ello que cualquier nuevo proyecto, ya sea como productor (en series como Mindhunter) o como director, suscita interés y grandes expectativas, y el caso de Mank no es una excepción.

Película en exclusiva de Netflix (recordar el contrato que une a la plataforma con Fincher), parte como gran favorita de cara a los próximos Oscars, en especial gracias a las entusiastas opiniones de los críticos profesionales, que la han calificado prácticamente como una obra maestra. La película es un biopic del guionista de Ciudadano Kane, siguiendo su tortuosa vida en el complicado juego de Hollywood, partiendo la historia de un guion del padre de Fincher, fallecido y al que su hijo David ha querido rendirle homenaje trasladando al celuloide su libreto.

La verdad es que le tenía ganas al proyecto, ya que Fincher no suele fallar, pero una vez vista, debo reconocer que me ha parecido un trabajo menor del cineasta, hasta el punto de que no la considero merecedora del Oscar a mejor película, como ya están anunciando varias voces. Quién sabe, quizás suceda lo de siempre, que se haga mucho ruido en su estreno y semanas después nadie se acuerde de ella (como ha sucedido con otras tantas películas), pero lo que es seguro es que se trata de una película diseñada para gustar a los académicos, a los críticos profesionales y a los que añoran el Hollywood clásico. Respecto al resto, no creo que esté entre sus predilectas de este extraño 2020.

Técnicamente poco se le puede reprochar al film, con un blanco y negro que tiene sentido, al contrario que tantas otras producciones, en las que se mete el recurso con calzador y sin ser necesario. Se nota que estamos ante un homenaje al Hollywood clásico, y Fincher nos transporta a la década de los años 30 de forma más que convincente, con un diseño de vestuario impecable y unos escenarios que jamás chirrían. Todo está cuidado al milímetro, en un trabajo más que loable. No obstante, no está entre las mejores obras de Fincher, siendo un trabajo más intimista y menos exigente.

Todos sabemos que, en un producto de estas características, lo que debe destacar es el guion y el reparto. De lo segundo nada que reprochar, ya que nos encontramos con un sensacional Gary Oldman en uno de sus mejores trabajos (que ya es decir), mereciendo todos los premios habidos y por haber. No me extrañaría que este año se volviese a llevar el gato al agua, y más en un año con tan poca competencia. Entre los secundarios tenemos a unos estupendos Lily Collins, Arliss Howard (siendo su entrada en escena una de las mejores escenas de la cinta), Amanda Seyfried o Charles Dance, aunque estos dos últimos quizás aparezcan menos de lo esperado.

Y luego está el guion, cortesía del fallecido padre de David Fincher, con diálogos para enmarcar y escenas muy poderosas, pero con una duración excesiva, escenas sueltas que navegan en un conjunto algo caótico (se quieren tocar muchos palos), y personajes que vienen y van sin aportar demasiado. Al final sólo importa el gran protagonista, un peculiar y deslenguado guionista al que se le rinde homenaje, no dejando muy bien parado a Orson Welles (con un actor con un gran parecido al popular cineasta) en el proceso.

Se agradecen las intenciones y que se haga una película que destaque la figura de una de las piezas claves de un clásico como Ciudadano Kane, pero hay momentos que no van a ninguna parte, otros que se quedan a medio gas y la sensación final de que estamos ante un producto que no es tan grandioso como nos han querido vender, incluso rozando la pretenciosidad de obras similares. Ojo, no estoy diciendo que sea tan soporífera como la sobrevalorada Roma (que curiosamente ya nadie nombra ni por error…), pero se le notan las costuras, quedándose en tierra de nadie. No emociona, no deja huella, no tiene garra… pecando de cierta frialdad esta carta de amor al cine.

En conclusión, estamos ante una película con un reparto fascinante (en especial un inmenso Oldman) y una dirección de Fincher más que loable (aunque lejos de sus mejores trabajos), pero que seguramente sólo logre cautivar a los verdaderos amantes del cine clásico, los fans de Ciudadano Kane o los críticos que añoren tiempos mejores. Mucho me temo que el resto quedará más que decepcionado, y es que estamos ante otra obra incapaz de conectar con el gran público. No sé cuántas van ya… Fincher es capaz de más, aunque no deja de tener valor el regalo póstumo que le ha hecho a su padre y, por lo tanto, a los guionistas, figuras imprescindibles que jamás reciben el reconocimiento que merecen. Sólo por eso, se deja ver, aunque no es de lo mejor del año, más bien de lo más decepcionante. Otro film sobrevalorado que nadie recordará en unos años… Ni siquiera los que ahora la aplauden con fervor. Eso sí que es un clásico.

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Javi McClane
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El pionero (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
España2019
6,6
4.636
7
14 de julio de 2019
49 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que no soy el único que se ha dado cuenta, pero vivimos en un auge de documentales en todo el mundo. Y no, no me refiero a los documentales de la 2, me refiero a documentales polémicos, donde se sacan los trapos sucios de un pasado que quizás es mejor olvidar pero que es necesario recordar.

HBO ha tomado buena nota de ello, y nos trae el promocionado documental de Jesús Gil y Gil, uno de los personajes más populares de este país, sobre todo en la década de los 90. Se trata de cuatro episodios, y he tenido la oportunidad de ver dos (es uno por semana), y se puede confirmar que estamos ante un documental entretenido, surrealista y recomendable.

Yo nací a finales de los ochenta,y recuerdo a este señor, en televisión, destacando siempre y llamando la atención, porque era un auténtico showman. Es improbable que sí tenías recuerdo de la década de los noventa no supieras quien era Jesús Gil, ya sea por los noticiarios o por programas de la época (como "El Informal").

Es historia de este país, nos guste o no. Pero quizás no se sabe todo, y de eso eso se encarga el elaborado documental, ya que nos explican, paso a paso, las luces y sombras de esta figura y de su entorno, ya sean sus fracasos (prisión, accidentes...) o sus éxitos (fútbol, alcaldía...). 

Se hace una buena mezcla de toda su vida, no saturando con ninguno de los temas, ya que son tres pilares, que son el fútbol, el urbanismo y la política, y nos muestra como Gil lo controlaba todo y nadie podía toserle en aquella época (hay momentos que parecen ciencia ficción).

Los episodios son de una hora de duración (aproximadamente) y no se hacen pesados, sobre todo porque, aunque la figura de su protagonista es de dudosa moralidad y ausencia total de ética, engancha, y mucho, porque es un ser ambicioso que no tiene miedo a decir lo que piensa, le pese a quien le pese, y personajes así no se encuentran a diario.

Se ve claramente el magnetismo que tenía este lobo de Marbella (es tal cual como la película de Scorsese, solo que sin drogas), y porque el título del documental de su vida es "El pionero". Parece un personaje sacado de una comedia o una parodia, porque costaba creérselo, con esa prepotencia y chulería digna de un hombre de las cavernas defendiendo lo suyo. Impagable.

Durante el documental, no solo nos muestran vídeos de aquella década con entrevistas y declaraciones de Gil, sino que también hay testimonios de personas cercanas, como su familia, sus amigos o la oposición que tuvo en la época. A algunos les cuesta defender lo indefendible, y a otros se les nota el rencor, pero suponen un añadido positivo al metraje.

Todo funciona en esta obra, ya que cumple su cometido de entretener, informando, que no es poco. Incluso uno se pregunta por qué han tardado tanto en sacar un documental de un personaje tan único e interesante.

En conclusión, si conocías a Jesús Gil (de la televisión, se entiende), quizás descubras nuevos detalles que aporten más leyenda al personaje, y si no lo conoces, es una oportunidad de oro para ver como funcionaban (y funcionan...) las cosas en este país. Y es que, Jesús Gil era único, pero sus acciones no. Spain is Different. Muy recomendable.

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Javi McClane
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4
15 de junio de 2019
41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un años (más o menos), por sorpresa, se anunció esta suerte de nueva entrega/spin-off de la popular saga de ciencia-ficción y humor, "Men in Black". Como ya os comenté en mi artículo sobre a trilogía original (aquí), la saga es tan irregular como entrañable, y sinceramente, creo que tuvo un cierre estupendo en la tercera entrega (que por cierto, me parece la mejor de todas).

Parece ser que a la productora le parecía buena idea cambiar a los protagonistas y proponer una nueva historia, esta vez por Europa y otros lugares del mundo. Pues bien, creo que eran los únicos que veían potencial en algo así, ya que la crítica la ha machacado sin piedad (incluso más que a la segunda parte, que ya es decir) y ya se ha confirmado como un rotundo fracaso, aunque seguramente podrá recuperar lo invertido, gracias a su reducido presupuesto de 110 millones... ahí si han sido listos, mira tú por donde.

La verdad, es que es una lástima que no se llegase a dar luz verde al crossover que juntaba a los protagonistas de "Infiltrados en clase  (21 y 22 Jump Street)" con los hombres de negro. Creo que esa idea si hubiese tenido sentido, por alocada y divertida, pero al final nos hemos tenido que conformar con un producto vacío y sin garra, porque eso es lo que es esta película... y mira que se veía venir.

La dirección de F. Gary Gray (Fast & Furious 8) es bastante floja, y no hay ninguna escena o momento que destaque, siendo, cualquiera de la trilogía original, muy superior. Y hablamos de películas de hace dos décadas... Tampoco el clímax está a la altura, y no hay nada que sorprenda, ya que, hasta los efectos especiales, son de hace años y se nota el recorte presupuestario (que de nuevo, me parece inteligente haber invertido poco en una idea así...). Y por cierto, casi todo lo destacable (por llamarlo de alguna forma), está en los trailers... si es que son...

El guion no tiene garra ni tiene gracia (aunque lo intenta), y sus dos protagonistas no están a la altura (ni de lejos) de los originales, así como los secundarios. La película te deja frío y con la sensación de haber visto algo sin originalidad y ya visionado. Y la trama... más predecible no puede ser, sinceramente.

Por cierto, que nadie espere al perro Frank, que veo que aparece en algunos posters. Hace un cameo. Lo aviso para que nadie se lleve las manos a la cabeza. No obstante, introducen un personaje secundario con algo de gracia y que aporta los únicos momentos divertidos de la cinta (dos, siendo generoso). Algo es algo.

En cuanto al reparto, Chris Hemsworth y Tessa Thompson hacen lo que pueden con los personajes que les han dado. El primero repite su papel en "Thor: Ragnarok", con algunos toques del remake de "Cazafantasmas", y es cierto que se le da bien la comedia, pero no es de sus mejores interpretaciones, y le falta algo.

En cuanto a Thompson, le han dado un papel serio y nada divertido, dando el equivocado mensaje (y visto en tantas películas) de que las mujeres no saben divertirse ni pueden ser gamberras. Es curioso, porque la película lanza un par de dardos feministas y se cuelga la medalla, cuando podrían haber perfilado mejor este personaje, en vez de hacerla tan estirada y sin gracia. Y es que para Hollywood, el feminismo es una moda, y lo van a explotar por quedar bien, como sucede con tantos proyectos (hola, Capitana Marvel). La actriz está mucho mejor en "Thor: Ragnarok", eso seguro.

En cuanto a los secundarios, Liam Neeson tiene cara de querer coger el cheque e irse cuanto antes, en una interpretación carente de carisma (algo impropio de él), Emma Thompson es casi un cameo y Rebecca Fergurson tampoco aporta demasiado.

Y es sangrante ver la carencia de un villano en casi todo el metraje. Es cierto que uno de los puntos débiles de la trilogía original eran los villanos, ya que no estaban a la altura, en ningún caso, pero es que aquí ni se molestan en presentar a alguien amenazante o divertido. 

En conclusión, como se preveía, estamos ante un producto innecesario y sin gracia, que se ve olvida tan rápido como se ve, y que no tiene razón de ser. Era mejor cerrar la trilogía, que no aventurarse en experimentos extraños que nadie pedía (y ya van unos cuantos este año...). Es obvio que estamos ante el final de los hombres de negro, y creo que ya tuvieron su tiempo, aunque no le haría ascos al mencionado crossover.

¿Es un bodrio? No, pero tampoco una buena película, y le falta mala baba, buenos momentos, una mejor pareja protagonista, unos mejores efectos especiales y humor (sobre todo esto último). Al final se ha confirmado lo que nos temíamos: otro producto que quería hacer mucho ruido, pero que habremos olvidado en unos meses. Adiós, MIB.

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Javi McClane
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3
19 de diciembre de 2020
59 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que se anunció La madre del blues (Ma Rainey’s Black Bottom) como el trabajo póstumo del recientemente fallecido Chadwick Boseman (Black Panther), mi interés en el proyecto aumentó de manera exponencial. Si a eso le añadimos la presencia de la siempre fascinante Viola Davis, el trato está más que hecho. Alabada por la crítica (99% en Rotten Tomatoes), estamos ante otro drama que ha sido aplaudido por motivos obvios, ya que no hay película de la misma índole que no haya sido reseñada con entusiasmo en este año, cuando la mayoría no lo merecen, como es el caso de la que nos ocupa.

Y es que una vez vista, cuesta asimilar las reseñas tan positivas, cuando estamos ante un film excesivo, caótico y ciertamente insufrible, en el que sólo funciona su estupendo reparto. Muchos hablan de Oscar, lo que sería bastante lamentable, y más teniendo en cuenta que han marginado sin compasión películas muy superiores a lo largo de los años, como Fences o el biopic de James Brown (que le dio la fama a Boseman), sin ir más lejos. Pero son otros tiempos, y estamos en la dictadura de lo políticamente correcto (por no decir del miedo), por lo que valorar negativamente una película de estas características debería estar penado por la ley. Pero bueno, como a mí me da igual todo y digo lo que me da la gana, aquí estoy para deciros el gran desastre que me ha parecido la nueva decepción de Netflix (llevan un año…).

La dirección no se podría destacar ni queriendo, ya que es de corte teatral e intimista, en prácticamente un mismo escenario. Por supuesto, ese hecho no impide que pueda realizarse una labor encomiable tras las cámaras, pero no es el caso, con un trabajo perezoso, rudimentario y conformista, relegando toda la responsabilidad a su inspirado elenco actoral. Y es que, no nos engañemos… Sin esos dos actores (y las terribles circunstancias recientes), nadie le habría hecho tanto caso a la cinta, siendo un fallido drama que todos habremos olvidado en breves, aunque algo me dice que, por motivos ajenos a la calidad del film (que es más bien poca), ésta sí se va a colar en la temporada de premios, siendo desde ya una tomadura de pelo. Pero ya lo hemos visto todo en los premios de Hollywood, así que sorpresas cero.

El guion es un cúmulo de verborrea incesante y supuestamente profunda (yo diría más bien vacía), que no da respiro al espectador y que hace interminables sus noventa minutos de duración. No hay emoción, alma o garra en todo su metraje, siendo un conjunto que quizás tenga su sentido como obra teatral, pero que como película no funciona, por mucho que saquen el talonario para cautivarnos con sus actores, como los mencionados Davis y Boseman, ambos con unos personajes insufribles (casi se llevan la palma como los peores del año), saliendo airosos de la difícil papeleta, gracias a su talento innato.

Y que no falte el supuesto alegato contra el racismo, cuando en la película no para de escucharse la crítica al “hombre blanco”. Otra moralina aleccionadora que adolece de lo que pretende denunciar, como en tantos otros filmes. Quizás sea el único que se da cuenta, pero dejan a los blancos como la peste. Si ese es el camino, que no me esperen. Por supuesto, todos a aplaudir como borregos (y sí, me refiero a los críticos “profesionales”) no vaya a ser que se produzca la Tercera Guerra Mundial… Nos está quedando un mundo precioso, oiga…

No es ningún misterio que Viola Davis es una de las mejores actrices del momento, y ella lo sabe, desplegando su fuerza en una de sus mejores interpretaciones, aunque su complicado personaje quizás no la ayude a llevarse otro premio a casa. Avisar que es más bien secundaria de su propia película, ya que comparte el protagonismo con su compañero de reparto, un Chadwick Boseman que ofrece una actuación sorprendente y fascinante (ojo a sus monólogos), pero que no creo que sea la mejor de su carrera (como ya están anunciando…), ya que ahí tenemos a su James Brown de la olvidada I Feel God (Get on Up), papel por el que, por cierto, ni siquiera le nominaron al Oscar. Eran otros tiempos…

Obviamente ahora sí lo harán, y seguramente le den el codiciado premio de forma póstuma, pero hay que pararse a pensar las cosas, ya que en otras circunstancias me temo que no lo habrían ni nominado. Soy de los primeros que se quedó en shock cuando anunciaron su inesperada muerte, siendo un mazazo terrible, pero tampoco considero justo forzar las cosas, aunque le tenía tanta estima al actor que, si se lo dan, tampoco me oiréis quejarme. Tampoco sería justo no mencionar al resto del elenco, ya que están todos estupendos, destacando a un genial Colman Domingo (visto en Fear the Walking Dead).

En conclusión, estamos ante otro caso de Mucho ruido y pocas nueces, siendo un decepcionante drama que todos habremos olvidado en breves, a pesar de las más que predecibles nominaciones (y algún premio le caerá seguro), cuando es un film al que no se le habría prestado ninguna atención de no ser por ese reparto y por los tiempos que corren. Otro ejemplo de la manipulación que estamos padeciendo y una prueba más de que el catálogo de Netflix cada vez es más lamentable. Qué pena que ésta sea la última película del gran Chadwick Boseman, pero agradezco su presencia en ella, ya que solamente por verle desplegar su gran talento una última vez, merece la pena tragarse este castigo, cortesía de la plataforma. De lo peor del año.

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Javi McClane
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