Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de Servadac
<< 1 7 8 9 10 72 >>
Críticas 359
Críticas ordenadas por utilidad
8
6 de junio de 2007
155 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Íncipit

Un barco que se hunde – objetos en el mar (de lo particular a un amplio panorama) – el bote salvavidas – Constance Porter (Tallulah Bankhead), divina de la muerte.

Impecable. No se puede presentar mejor la situación ni al personaje principal.

La influencia que ha ejercido la secuencia del catálogo de objetos en el agua es inconmensurable, desde el sueño del stalker tarkovskiano (cine de culto por antonomasia) hasta el titánico naufragio de James Cameron (paradigma del cine comercial).
===

2) Planos medios y primeros planos

“Me parecía que si se analizaba una película psicológica corriente, se podía advertir que, visualmente, el ochenta por ciento del metraje estaba consagrado a primeros planos o planos medios. Era una cosa no deliberada, probablemente instintiva en la mayor parte de los directores, era una necesidad de aproximarse, una especie de anticipación de lo que iba a ser la técnica de la televisión.”
===

3) La cámara del mago

“Nunca dejé salir la cámara del bote, nunca mostré el bote visto desde el exterior y además no había ni una nota de música, fui muy riguroso.”

La música la pone el personaje de color, al más puro estilo dogma (pero sin pedantería, claro).

Creo recordar que sólo se ve una vez el bote desde el mar abierto, minúsculo en la oscuridad. ¿Un pequeño descuido en la sala de montaje?

Poco importa, el resultado no deja de ser extraordinario.
===

4) Las capas de la cebolla

La reportera Constance Porter va perdiendo sus capas materiales: una carrera en la media, la cámara, el abrigo de visón, la máquina de escribir, el peinado, la pulsera de brillantes…

Su desnudez (no física) final es una maravilla. Sir Alfred nos muestra el corazón de la cebolla.

“Evidentemente, el conjunto estaba dominado por el personaje de Tallulah Bankhead.”
===

5) La anécdota

¿Cómo dar cabida al tradicional cameo de Sir Alfred en una cinta que transcurre íntegramente a bordo de un pequeño bote salvavidas?

En el anuncio de una droga para adelgazar inserto en un periódico que hojea Gus Smith (William Bendix).

“En aquel momento seguía un régimen muy severo, avanzando penosamente hacia mi objetivo que era perder cincuenta kilos para descender de ciento cincuenta a cien. Así, decidí inmortalizar mi adelgazamiento, y conseguir al propio tiempo mi papelito, posando para los fotógrafos «antes» y «después» de la cura de adelgazamiento.”

“Es mi papel favorito y debo confesar que pasé largos y penosos momentos para resolver el problema.”
===

[No se vayan todavía, aún hay más en el spoiler]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
8 de enero de 2009
157 de 175 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zhivago es médico y poeta. Sus manos son el instrumento sanador. Con ellas cura cuerpos, restaña las heridas materiales producidas en el hombre por el hombre. Con ellas, cuando escribe, procura dar alivio a las heridas sin costura del espíritu, acaso más profundas. ¿Quién duda de que la cicatriz de Striélnikov sea más interna que exterior?

Más allá de las imágenes excepcionales, fascinantes, grandiosas, sobrecogedoras y perfectas; más allá de la precisa metáfora de la balalaica, desbordante de colores vivos entre paisajes grises; más allá del mecanismo visual hermosamente matemático; más allá de la exactitud milimétrica en el diseño del vestuario, en el trazado de los personajes, en la puesta en escena, en el uso de la luz, en los encuadres, en la composición de cada plano. Más allá de la maestría narrativa, de la belleza de Christie y de Sharif. Más allá, digo, de los aspectos técnicos de la película, Doctor Zhivago es el retrato milagroso del alma de un poeta.

Yuri Zhivago busca sin descanso una ventana, una abertura, un pasadizo, que le permita escapar de la cárcel más inmensa que pueda concebirse. Una cárcel tan grande como el mundo. A Yuri le basta con un mínimo cuadrado que le deje ver el cielo, con su hijo, en un vagón repleto de personas; le basta con un cerco de luz en un cristal cubierto por la escarcha. Le basta con el sol, el aire, la luna o las estrellas.

Pero en la cinta no encontramos sólo campanitas del lugar y atardeceres. La narración es inmisericorde con sus habitantes. Komarovski (un espléndido Rod Steiger) hubiera situado con cinismo socarrón el agujero de escape para Yuri entre las piernas de Larisa.

Nunca sabemos si las separaciones serán irrevocables: los individuos no son quienes hacen la Historia; la Historia les pasa por encima.

“Si encienden las estrellas / es porque alguien las necesita, ¿verdad? / alguien desea que estén, / alguien llama perlas a aquellos salivazos”, nos dice Mayakovski, el gran poeta de la Revolución.

David Lean convierte el salivazo que es la vida de sus personajes en perlas para los sentidos. Nos enseña, sin palabras, los versos de Zhivago.
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
6 de enero de 2012
147 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Le Havre’ aborda el espinoso tema de la inmigración y, sin embargo, es un cuento de hadas colorido.

Kaurismäki mide sus palabras: no habla de inmigrantes ilegales sino de refugiados. Los actores, hieráticos, pronuncian su literatura inverosímil, tan creíble.

Aquí no hay realismo sucio ni fotografía granulada.

El humor, en clave absurda y visual, es delicioso –la estampa de Monet con la piña resulta inolvidable.

- Siento la muerte de tu marido.
- No te preocupes, era fatalista.

Para expresar la más terrible enfermedad, un gesto leve es suficiente. Sin tremendismo ni retórica –la retórica queda para el parlamento del protagonista: Marcel Marx, un Don Quijote limpiabotas.

El lobo feroz es la maquinaria sin rostro del Sistema –el prefecto de policía es una voz en un despacho.

‘Le Havre’ ilustra dos valores esenciales: uno individual; el otro, colectivo. El primero de ellos es la dignidad. La solidaridad es el segundo.

Kaurismäki desea que la solidaridad obre el milagro. Y convierte en cine su deseo.

En tierra humilde y solidaria, florece un plano Ozu: con un almendro en el jardín concluye la película.

===

El mundo estilizado de 'Le Havre' está cuajado de momentos especiales: la colección callada de primeros planos de los inmigrantes descubiertos en el contenedor; el primer encuentro (y último) de Idrissa y Arletty; la reconciliación con luces blancas de Mimie y Little Bob…

Parafraseando a André Breton: Un plano y todo está perdido; un plano y todo se ha salvado.
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
4 de enero de 2010
149 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para narrar la trayectoria que va del punto A hasta el punto B, la convención formal señala que es preciso mostrar uno o dos puntos intermedios.

David Lynch, en sus mejores cintas, suprime los enlaces. Nos muestra el punto A y el punto B, desordenados y desnudos. Nace así su imagen pura, heredera de Hitchcock. Fascina y desconcierta. Los analistas de historias reciben un rompecabezas cuya resolución procura un placer tibio. Los sensuales, reciben el don de la ebriedad, placer en vena ilimitado. Los hay, naturalmente, que declinan entrar en ese juego; bostezan y se salen de la cinta.

Para narrar la trayectoria que va del punto A hasta el punto B, Béla Tarr nos muestra todo el intervalo. El camino es irreducible a sus momentos decisivos. No puede resumirse. Cada paso, aislado, es irrelevante. E imprescindible para conocer la suma total del recorrido.

David Lynch nos ofrece el resultado de la suma, apuesta por la intensidad. Béla Tarr nos dice que la suma es una serie inacabable de momentos repetidos. Apuesta por el círculo fatal.

Lynch retrata noblemente nuestra angustia. Tarr ofrece cabalmente la desolación.

Aunque, de momento, disfruto más con el primero, ambos extremos me complacen.

===

Sátántangó es el mar en el que desemboca la corriente algo menor de ‘La condena’. Es el retrato de la espera indefinida. Una espera tan antigua como el hombre, tan bíblica como el diluvio universal. Tan triste y tan anciana como el mundo.

Tarr se pregunta en esta cinta: ¿Cuál es la línea que separa el cielo de la tierra, lo oscuro de la luz? ¿Qué diferencia al hombre de la bestia?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
18 de octubre de 2008
165 de 198 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gustó la primera vez, pero las gentes de buen juicio (gracias, Guille) me animaron a repetir y, sí, la cinta es algo más que un western del montón. Es, ante todo, un precipicio de moral resbaladiza.

William Munny quisiera haber cambiado. Quisiera verse libre de sí mismo y, para ello, se aísla en una granja muy modesta situada en medio de ninguna parte. Sin nadie a mano a quien matar.

El ángel de la muerte está oxidado (es excesiva la manera en que se subraya su decrepitud: caídas del caballo, escasa puntería, torpeza exagerada en el manejo de los cerdos), pero basta dar con el fusible adecuado para que la máquina se ponga de nuevo a funcionar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 7 8 9 10 72 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Yami no Bansôsha (Serie de TV)
    2015
    Takahiro Miki
    arrow