Aprovechando el imparable filón comercial a nivel internacional de sus películas en la última década, Almodóvar nos la da con queso perpetrando otra de sus exageradas historias de pasiones y amores al límite, que no es sino un culebrón hospitalario disfrazado de "obra de arte", un ejercicio pretencioso y casi onanista protagonizado por bellas durmientes y enfermeros violadores que encuentra su punto álgido en una historieta en blanco y negro del todo ridícula. Nada que ver con la deliciosa "Volver".

Sobrevalorada, pero ciertamente encantadora película del protegido de Spielberg, Robert Zemeckis, que repasa la historia más actual de los Estados Unidos, a nivel histórico, cultural y popular, desde el punto de vista del sin par Forrest Gump.
Indudablemente peca de ser demasiado larga, pero la magnífica puesta en escena de Zemeckis, la entrañable interpretación de Tom Hanks (sin olvidar a un memorable Gary Sinise como el teniente Dan) y el ingenio del guión que equilibra con bastante acierto comedia y drama (con algunos altibajos en los que cae a lo lacrimógeno) garantizando un sano y divertido entretenimiento, componen una cinta atractiva que, con sus pros y sus contras, se ha convertido en un icono del cine popular de los noventa.

No logro entender que Cronenberg lograra el beneplácito y el consenso entre la crítica mundial con esta cinta, algo que no le ocurría desde hace años, pues las opiniones siempre estaban enfrentadas. Se trata de un efectista y previsible thriller psicológico que narra la ascensión a la categoría de héroe popular de un tendero que consigue malograr un atraco, para tras ello mostrar el descenso del mismo al descubrir su familia su turbio pasado mafioso.
Bastante entretenida, interpretada con brillantez por los actores y resuelta con oficio, pero decididamente menor, lo cual hace recordarme que es un producto de encargo.
Me quedo sin dudarlo ni un segundo con el Cronenberg de "Inseparables", "La mosca" o "Spider".