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España España · almeria
Críticas de TOM REGAN
Críticas 5.230
Críticas ordenadas por utilidad
6
16 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
16/16(15/01/22) Con motivo del reciente fallecimiento de Sidney Poitier (20 de febrero de 1927- 6 de enero de 2022), me he visto este film que le supuso el Oscar a la Mejor Actuación de 1963, convirtiéndose en el primer actor afroamericano en con seguirlo en esta categoría (y el segundo afroamericano en ganar, después de que Hattie McDaniel ganara el premio a la Mejor Actriz de Reparto por Lo que el viento se llevó; Poitier ya fue nominado sin alcanzarlo en 1958 por “The Defiant Ones”), único hasta que Denzel Washington ganó por Training Day (2001), 38 años después. Fue pasado por alto dos veces en 1968 con “Guess Who's Coming to Dinner” (1967) y “In the Heat of the Night” (1967). Washington ganó el premio al Mejor Actor la misma noche que Poitier recibió un Oscar Honorífico "por sus extraordinarias interpretaciones y presencia única en la pantalla y por representar a la industria con dignidad, estilo e inteligencia".

Esta que me ocupa es una cinta buenista, complaciente y acomodaticia, una obra hecha para a gradar y no molestar, un metraje meramente espiritual, donde todo discurre hacia adelante, sin apenas conflictos, sin apenas desarrollo de los personajes, todo en un sentido paternalista donde se nota que ha envejecido no bien. Este fue un proyecto personal de Ralph Nelson, que como productor empeñó su vivienda para poder financiar la película, además de dirigir el guión de James Poe (“La gata sobre el tejado de zinc” o “Danzad, danzad, malditos”), que adapta la novela de 1962 de William Edmund Barrett, siendo protagonizada además de por Poitier, Lilia Skala, Stanley Adams y Dan Frazer. El título proviene de Mateo 6:27-33, porción del Sermón del Monte, y su escritura paralela de Lucas 12:27-31. Cuenta la historia de un trabajador itinerante que en pleno desierto de Arizona (USA) se encuentra con un grupo de monjas de Alemania Oriental (congregación que vive de modo frugal, subsistiendo con lo que ellas mismas crían), que creen que Dios le ha enviado para construirles una nueva capilla. Siendo un film que parece hecho para seminarios o catequesis, hablando sobre la fuerza de la fe en medio de un marco de relaciones interraciales (un negro con una comunidad de monjas alemanas, que tienen de párroco a un irlandés, y donde los parroquianos son de origen mexicano), que incompresiblemente no genera tensión dramática alguna (hay un nimio amago cuando un capataz llama ‘chico’ en modo despectivo al protagonista y este le corresponde con el m ismo calificativo y ahí termina todo). El conflicto (por llamarlo de algún modo) es el enfrentamiento entre el protagonista Homer (Poitier) y la madre superiora de la pequeña congregación Maria (la vienesa Lilia Scalia), donde la fe inquebrantable de ella (incluso para no creer en la voluntad de la gente por encima de los designios divinos) frente al pragmatismo de él (gusta de disfrutar de los pequeños placeres de la vida), y de (como es de esperar) cobrar por un trabajo (lo otro es esclavitud), pero este duelo se va resolviendo de forma trivial sin acritud alguna (más allá de un arranque de orgullo de él que le hace marcharse y luego vuelve, por otro lado, previsible esta vuelta), todo ello para derivar en un final esperado y dónde no cabe sorpresa alguna, como un soplo de aire fresco que pasa y se olvida. Todo esto surtido de secundarios que transpiran ese mismo mencionado buenismo, solidarios, simpáticos, uno espera un golpe dramático por algún lado que me haga emocionar, pero esto es misión en balde.

Tiene sus alicientes en la muy natural actuación de Poitier encarnando a uno de esos clichés que en USA se han dado en llamar ‘Negros Mágicos’ (de ahí su nombre de sabio Homero, y su apellido común Smith, el que más se da en USA), cargados de optimismo, de una amplia sonrisa, de un gran espíritu altruista, dispuestos a ayudar a los blancos, ejemplo puede el Will Smith de “La Leyenda de Vagger Vance” (pero hay muchos más en cine y literatura), teniendo en cuenta además, que Homer aparece de la nada, no sabremos nada de él de su pasado, o de sus sueños de futuro, por lo que puede ser lo referido. Un encantador tipo del que emana bondad y nobleza y esto lo da el actor con espontaneidad aparente. Otra cosa es que le dieran el Oscar por su rol, pues hay quien piensa que los miembros de la Academia ese año hicieron gala de discriminación positiva, pues hay que entender el contexto de cuando se votó, en plena efervescencia del Movimiento de los derechos Civiles, con los discursos de Martin Luther King resonando en los oídos de los estadounidenses, con la Marcha en Washington, el atentado con bomba a una Iglesia en Birmingham (Alabama), pues con todo esto caldo de cultivo puede que los votos estuvieran condicionados a contentar a la minoría afroamericana, en detrimento de otras potentes actuaciones de resonados actores en Rex Harrison dando vida a Julio Cesar en “Cleopatra”, Richard Harris por “El ingenuo salvaje”, Albert Finney por “Tom Jones” y Paul Newman por “Hud”.

También destaca una formidable Lilia Skala como la rígida Madre Supriora Maria Marta, transmite ser esa maestra de escuela que va con la regla para dar en la mano a la mínima, arrolladora en sus enfrentamientos con Homer, desbordando carisma y carácter, inamovible en su fe, pero capaz de tener un atisbo de agradecimiento; La película tiene momentos reconfortantes como cuando Homer da la primera clase de inglés a la germanas, el desayuno de un huevo que se zampa, la divertida charla primera de Homer con el barman Juan (notable Stanley Adams), Juan intentado ayudar a Homer en la capilla y este resistiéndose, la charla en que Juan alecciona al empresario Ashman (Ralph Nelson sin acreditar) sobre el ‘seguro’ por si hay otra vida tras la muerte, las discusiones entre Homer y Maria, y por supuesto ese último canto ‘Aymen!’;... (sigo en spoiler)
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TOM REGAN
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8
8 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
04/04(04/01/22) Notable dramedia italiana dirigida por Luigi Comencini, que tras el éxito de “Todos a casa” un año después vuelve a retomar una historia con paralelismos con esta, como es un protagonista ejemplo de un perdedor, en este caso cambiamos a Alberto Sordi por otro gran actor como Nino Manfredi, enmarcado en un medio hostil, en este caso cambiamos la Guerra por una prisión, donde también se ve embarcado en una huida hacia adelante por una Italia mísera, ello con una ácida mezcla de humor negro y crítica social en el modo de reflejar las penurias de la clase baja. Guión del propio director junto a Agenore Incrocci (“Rufufú”), Furio Scarpelli (“La terraza”) y Mario Monicelli (“La Gran Guerra”), cuyos diálogos fueron escritos por Incrocci y Scarpelli. El protagonista es Giacinto Rossi, un pobre hombre (gran Nino Manfredi) que relata en off las vicisitudes dentro de la prisión en una carta (en un papel que se quitó al quitarse la suela del zapato) dirigida al abogado, en la epístola cuenta su papel de enfermero en el centro penitenciario, al que llegó tras fingir un delito (queriendo desesperado obtener dinero para su esposa y dos hijitos), allí conoce a tres internos Tagliabue (gran actuación como brutote del suizo Mario Adorf), Papaleo (notable Gian Maria Volonté como un tipo culto obsesionado por el honor por el que mató a la amante de su compañera Olga, y espera huir para matarla a ella también[dice que la hubiera matado a ella también si la escopeta hubiera sido de dos cañones]) y el viejo Ratón (buen Raymond Bussières como anciano ladrón), y paulatinamente metido en más y más líos, hasta involucrarse sin querer (le quedaban 10 meses de condena) en una fuga con el trío, generando en su desarrollo situaciones entre divertidas y patéticas en el reflejo de un mundo cargado de podredumbre moral, ello con mucha imaginación en sus giros, provocando empatía los personajes por la humanidad que transpiran en sus virtudes y muchas debilidades, recordándome mucho al estilo berlanguiano, donde la dureza se da la mano de la ternura, tratando tremas como la desesperación, la vida en la cárcel, la marginación social, la fuerza del azar, los celos, la traición, y sobre todo un canto a la amistad en las peores de las circunstancias. La tristeza, las pequeñas alegrías, la desesperanza, la ilusión en un mañana mejor, la dura realidad, todo ello en una miscelánea que llega a conmover en su crudeza. El título hace referencia (como bien dice el protagonista) al adagio chino sobre 'montar el tigre': ‘Es peligroso montar un tigre, pero peor aún bajarse, porque te comerá’.

Comencini estructura la película en dos partes. Por un lado tenemos la primera en presidio (ubicada en el interior del Fuerte Sangallo, en Via del Forte 1 en Civita Castellana-Viterbo), mostrando la vida en la cárcel de modo ordinario, con tomas que combina la opresión y claustrofobia ambiental, con otras singulares, como esa toma que se repite desde alto fijarse en ese original patio dividido cual juego de tres en raya que hace más profunda la opresión interior, llena de paredes por todas partes, esto gracias a la cinematografía en glorioso b/n de Aldo Scavarda (“La aventura”), con mucho contraste de grises. Ello para involucrarnos en este micro mundo de desheredados de la tierra en busca de su lugar en el mundo. Para luego ir envolviendo al desgraciado protagonista en un marasmo de infortunios por su posición de enfermero, donde las risas se darán por lo patético de cómo se va cavando su propia ‘fosa’ Giacinto, cayendo en la telaraña enmarañada del plan de fuga del trío; Para en la segunda parte llegar al exterior huyendo por Italia, pero dando la sensación que son los fugitivos más presos que en la penitenciaria, perseguidos por la policía, pasando hambre, penurias, enfermedades, frio, calor, muriendo en ridículas circunstancias, siguen siendo unos marginados afuera, unos desarrapados que solo huyen hacia la nada. Todo ello llega un clímax adusto cuando Giacinto va a pedir ayuda a su esposa (spoiler), para desembocar en un final esperado, pero muy bien trenzado para que el espectador quede punzado por lo ‘perra’ que es la vida, los sacrificios que hacemos y terminan convirtiéndonos en ‘ratas’ miserables.

Llama la atención el coctel un tanto que se le va de las manos a Comencini entre comedia y truculento drama, como cuando Tagliulbe intenta violar a una mujer, y luego afirma que hubiera matado al hijito de esta (según él, luego puede ser guardia), y también la muerte de cierto personaje cayendo desde lo alto de un techo que se ha abierto, esto quizás es demasiado para el tono de la cinta.
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TOM REGAN
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7
5 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
435/20(24/12/21) Buena y resultona comedia dirigida por el artesano Howard Hawks, que tiene entre sus alicientes que el guión es del aclamado binomio Billy Wilder y Charles Brackett (firmaron guiones de un total de 13 películas, entre las que destacan “Ninotchka” de 1939, “Días sin huella” de 1945 y “El crepúsculo de los dioses” de 1950), basándose en la historia de Wilder y Thomas Monroe “De la A a la Z” (escrito antes de que Billy dejara Europa), una revisión suigeneris del clásico cuento de “Blancanieves y los 7 enanitos” (incluso, para más inri, vemos al protagonista Potts frente a una marquesina de teatro anunciando la adaptación de Disney de esa historia), donde los pequeñitos pasan aquí a ser 7 adorables ancianos (seis solterones y uno rubio), encarnados por varios secundarios de lujo como Henry Travers (el mítico ágel sin alas Clarence de “Qué bello es vivir”), Richard Haydn (“Rebelión a bordo”), o S. Z. Sakall y Leonid Kinskey (míticos camareros del ‘Rick’s Café’ de “Casablanca”), sabios en diferentes materias que trabajan para escribir una enciclopedia, y el ‘Príncipe Azul’ (Gary Cooper) es el ingenuo joven del grupo, ‘Blancanieves’ (Barbara Stanwyck) es una cabaretera que huye de la policía, y ‘Maléfica’ (Dana Andrews inane, junto a su siempre de bueno hacia arriba Dan Duryea) es un cruento mafioso que quiere casarse con la ‘Princesa’ para que esta no pueda declarar en su contra. Hay un octavo enanito, el ‘gruñón’, en forma de ama de llaves que no agrada entre una gallinita joven en este corral. Una historia con efluvios teatrales por como apenas hay exteriores, casi todo acontece en la mansión de los ‘sabios’

Es en el choque de clases (la que se da entre estos cultos intelectuales y la verdadera vida en la calle) y la lucha de sexos (sin llegar, como he leído, al screw-ball, pues aquí la mujer se ‘come’ al hombre en su inocencia) que tiene el film su sustancia, produciéndose diálogos divertidos y situaciones graciosas que te dejan una mueca de sonrisa bastante tiempo. Tiene la película también a una espléndida y radiante Barbara Stanwyck (Se beneficia del excelente vestuario de Edith Head de la 8 veces ganadora del Oscar y 28 veces nominada), arrolladora en su carisma y fuerza vital de femme fatale que desborda la pantalla con su luz, revolucionando a estos hombres (hasta hacerles bailar conga), pidiéndoles pícaramente que le suban la cremallera del vestido, teniendo entrañables momentos como cuando declara su amor enumerando los defectos de su amado. Ello en un papel femenino propio de los gustos de Hawks, que mostraba a mujeres autosuficientes, con iniciativa, fuertes de carácter y no floreros al albor del hombre, bombas de relojería que desestabilizan un ambiente varonil, en esto era un adelantado el director. Junto a ella un comedido, tierno larguirucho, aunque soso Gary Cooper, con una deliciosa declaración a oscuras de amor a su amada (aunque sin saberlo), los dos con una estupenda química fruto de sus personalidades polarizadas, como ese momento ‘ñam, ñam’ (el modo de enseñar a besar ella a él), ambos ya habían estrenado este mismo 1941 la película de Frank Capra, “Juan Nadie”, y lo volverían a hacer por tercera y última vez en 1953, con el western “Soplo salvaje” de Hugo Fregonese. Estamos ante un relato que rezuma encanto a la par de candidez, algo envejecido, pero con momentos que la hacen degustable, donde el realizador (además de lo referido del enfoque moderno de la mujer) se adentra en un grupo masculino, loa su camaradería, su compañerismo, su unión ante las adversidades, humaniza a estos tipos en sus virtudes y falencias, se ríe con ellos y no de ellos, y a la vez realza la individualidad frente al Mal. Ello en un desarrollo donde nunca parece la sensiblería o el maniqueísmo fácil, donde incluso la personalidad de Sugarpuss se mantiene firme en su modo de ser, desembocando todo en un final previsible, aunque bien trabajado en su tono de humor blanco, manejando bien el complicado tema de la traición.

Tuvo cuatro nominaciones al Oscar, a la gran actuación protagonista de Barbara Stanwick (perdió ante Joan Fontaine por “Sospecha”); Mejor Historia Original (perdió ante “El difunto protesta”); Mejor partitura (perdió ante “El hombre que perdió su alma”); y Mejor Sonido (perdió ante “Lady Hamilton”). En 1948, Hawks recicló la trama de la película para una cinta musical, “A Song Is Born”, esta vez protagonizada por Danny Kaye y Virginia Mayo. En 2016, la película fue considerada "cultural, histórica o estéticamente significativa" por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y seleccionada para su conservación en su Registro Nacional de Películas. La película se estrenó cinco días antes del ataque a Pearl Harbor.

La presentación de estos singulares enanitos profesores en diferentes materias junto a su particular ‘Príncipe’, resulta ágil, con esa jocosa reunión con la mecenas del proyecto de enciclopedia, donde los ‘enanitos’ son conscientes del ‘influjo’ que el joven del grupo crea en la mecenas y lo utilizan ‘vilmente’. La historia sufre su catarsis cuando el prof. Potts se da cuenta de que no han indagado en el lenguaje de la calle, y entonces hay un excelente montaje con Potts con vendedores de periódicos, en el metro, en el bus, hasta que visita un cabaret y se nos presenta Katherine "Sugarpuss" O'Shea (Barbara Stanwyck) cantando y moviéndose ‘lujuriosamente’ "Boogey Drumm" junto a una orquesta (Gene Krupa y su orquesta), tras lo que hay un momento ingenioso con el afamado batería Gene Krupa (afamado e influyente músico estadounidense de jazz y un gran baterista de big band, conocido y reconocido por su enérgico y brillante estilo de tocar. Considerado como el baterista más influyente y popular del siglo XX. Fue el primer baterista solista de la historia) tocando el mismo tema pero utilizando de baquetas unas cerillas y de batería una cajetilla de fósforos.
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TOM REGAN
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7
28 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
409/02(02/12/21) Desgarrador drama psicológico dirigido por el aclamado director sueco Ingmar Bergman, en lo que fue su primera producción fuera de su país, concretamente hecha para la cadena de televisión ZDF en la Alemania Occidental (donde rodó con esta, tres películas) durante su exilio por problemas con el fisco (se le acusó de evasión de impuestos, para después exonerarlo por involuntariedad. Este trauma le afectó tanto al creador de “El Séptimo Sello” que lo llevó al psiquiátrico). Ambientada en Munich, la historia es una ácida radiografía de la desintegración de la relación entre Katarina y Peter Egermann, basada en la infeliz pareja del mismo nombre que aparece brevemente en la miniserie de Bergman de 1973 “Scenes from a Marriage”, en una reinvención de los personajes, la infelicidad de Peter y Katarina culminan en el asesinato y posterior violación de una prostituta por parte de Peter, esto visto en la primera escena, para después en diferentes flash-backs ir componiendo el puzle de cómo se llegó a este acto deleznable. Estos estructurados en episodios presentados con intertítulos que comienzan 14 días antes, y así van saltando hacia hasta el asesinato, siendo en cada segmento analizado desde un personaje diferente que lo conoció, esto lleva a que el conjunto es desequilibrado (el episodio de la carta no convencía del todo a Bergman), pero en sus picos resulta turbador, teneidno una ambientación opresiva y asfixiante en sus escenarios donde no recuerdo la luz solar, todo decorados iluminados artificiosamente.

Peter Egermann (notable Robert Atzorn) asesina a la joven prostituta Katharina ‘Ka’ Krafft (aterrada Rita Russek), conocida como Ka, y viola su cadáver. La historia anterior se resume en flashbacks y protocolos de interrogatorio con familiares y amigos: Peter tiene éxito profesional, está establecido y está casado con una mujer igualmente exitosa (buena Christine Buchegger) que, como la víctima del asesinato, lleva el nombre de Katarina. El matrimonio está marcado por una profunda relación de amor-odio. Peter se cierra cada vez más y se confiesa a su psiquiatra fantasías de asesinato giran en torno a su esposa. Un amigo mutuo de la pareja pone a Peter en contacto con la prostituta Ka, a quien mata la primera vez que se encuentran.

Bergman una vez se adentra en uno de sus mantras, como es la deconstrucción de la institución del matrimonio (esa que tanto conocía él, pues estuvo casado con seis mujeres) para ello toma como protagonista a un ser en caída libre, infeliz, insatisfecho, donde los continuos enfrentamientos maritales provocan en él un desvarío mental. La crisis de pareja llevada al extremo donde la rutina lo hastía todo (para Peter), el sexo (su represión), la ansiedad, las peleas, la depresión, la incomunicación, los juegos de poder, las humillaciones, el (sugerido) complejo de Edipo, la hipocresía, las amistades, los impulsos homicidas, el aburrimiento, el adulterio, todo termina por viciar eso en lo que hubo amor, degenerando en un clima áspero, sombrío, donde la violencia es latente.

La película comienza y termina en color y cambia a blanco y negro en la sección central. La ZDF insistió en que la secuencia de apertura tenía que ser en color, de lo contrario los televidentes asumirían que sus dispositivos estaban defectuosos. Los papeles fueron elegidos exclusivamente por actores de teatro del Residenztheater de Munich que tenían poca experiencia cinematográfica. Para el más tarde popular actor de televisión alemán Robert Atzorn este fue su primer trabajo cinematográfico.

Arranca en color, en una habitación radiante de rojo (pasión o sangre), vemos a una mujer aterrada que corre a esconderse tras una cama, vemos al que es el protagonista entrar lentamente en el cuarto, la cámara enfoca en primer plano largo a la mujer, hasta que unas manos (las de Peter) agarran a la mujer para estrangularla, y tras ello en un acto patológico la sodomiza (expresando con ello su represión sexual).

Tras ello saltaremos en el tiempo atrás y adelante para conocer al asesino y sus circunstancias. Como que tiene una madre actriz (Lola Muethel), ultra protectora, con la que Peter mantiene una enfermiza relación; Tiene una esposa exitosa en la moda que es muy dominante, que recrimina a Peter su malsana relación con su madre; Peter ve a un psiquiatra, Mogens Jensen (buen Martin Benrath), donde cuenta sus sueños asesinos para con su esposa (a la que ve cortándole la garganta): El psiquiatra se destapa pérfido en cómo trata a la esposa de Peter (o es la mente convulsa que ve a todo el mundo como enemigo?); Un investigador interroga al melancólico Tim (espléndido Walter Schmidinger), un amigo y socio (homosexual) de Katarina, que tenía pulsiones sexuales por Peter, y creía Peter era un gay reprimido, y de ahí su violencia desatada. Desgarrador el monólogo frente al espejo; La madre de Peter habla en primer plano (algo muy del director sueco, como los frontales, hablando un personaje en segundo plano), deconstruyendo a su retoño desde su punto de vista particular; Egerman dictando una carta a su secretaria; Y por supuesto la esposa, una mujer fría.

Una película donde se habla sin tabúes de temas adultos sobre pulsiones suicidas, masturbaciones, orgasmos, sodomizaciones, necrofilia, matrimonios abiertos.
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TOM REGAN
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Nómadas del viento
Documental
Francia2001
7,5
4.674
Documental
8
28 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
426/19(23/12/21) Espléndido documental francés que nos hace querer sacar nuestras imaginarias alas y volar, planear por los cielos. Lo he visto con motivo del 20 aniversario de su estreno (12/12/2001), del que solo había visto clips, pero cuando lo he completado me he encontrado con una maravilla sensacional, una obra de un virtuosismo absoluto, un hito fascinante por todas las técnicas que han tenido que crear para hacer posibles muchos de sus planos inverosímiles en que la cámara se cuela entre columnas de aves en vuelo, su modo de seguirlas, Homérico. Dirigido por Jacques Cluzaud, Michel Debats y Jacques Perrin, quien fue también uno de los escritores y narradores, mostrando los inmensos viajes que realizan habitualmente las aves durante sus migraciones, también guionizan Stéphane Durand, y Francis Roux, con una narración en off escasa, solo para dar pequeños detalles migratorios, sin más narrativa que el poder de sus poderosas imágenes. Se rodó durante tres años (entre julio de 1998 y terminó en la primavera de 2001) en todos los continentes y los océanos. Surcamos con todo tipo de aves diferentes climas y paisajes, siguiendo migraciones de miles de km a lo largo de todo el planeta (El caso más extremo es el Charrán Ártico que vuela 20.000 kilómetros de polo a polo hasta completar su migración), creando postales de una beldad sibarita. Los realizadores expusieron más de 590 millas de película para crear una pieza de 89 minutos, en un caso, dos meses de filmación en un lugar se editaron a menos de un minuto en la película final. La hermosa y evocadora banda sonora fue creada por el parisino Bruno Coulais, grabada por el grupo vocal búlgaro Bulgarka Junior Quartet en búlgaro, asimismo está el tema ‘To Be By Your Side’ del aussie Nick Cave, y dos del inglés Robert Wyatt, ‘Masters of the Field’ y ‘Hors Champ’. Los efectos vocales incluyen secuencias en las que el jadeo se superpone al batir de las alas para dar el efecto de que el espectador es un pájaro. Doce pilotos, y más de quinientas personas hicieron falta para poder completar la cinta. Hubo distintos equipos a lo largo de todos los continentes del planeta. Visitamos Nueva Zelanda, India, Japón, Nepal, Filipinas, Vietnam, Islandia, España, Francia, Alemania, Holanda, Italia, Polonia, Suiza, Rusia, Groenlandia, Korea del Sur, Islandia, Mali, Tanzania, Senegal, Libia, Canadá, USA, Argentina, Chile, Perú, la Amazonia en América del Sur y por último también la Antártida. Se filman entre otras a las siguientes especies: grullas, ánsares, alcatraces, albatros, pelícanos, petirrojos, gansos, águilas y a los heroicos pingüinos emperador.

La obra es una experiencia sensorial, una oda al poder hipnótico de la naturaleza, a su embrujo ante el milagro de volar, con composiciones visuales embriagadoras, donde las aves en formaciones milimétricas en uve surcan paisajes tan bellos como París (con la Torre Eiffel de fondo), la campiña francesa, Nueva York (turbador ver el fondo con las Torres Gemelas que cuan do se estrenó este documental ya no estaban), parajes gélidos, el Monument Valley, los desiertos africanos, acantilados de vértigo, mares encrespados, costas rocosas, tomas impresionantes de aves en plan kamikaze sumergiéndose en el mar en busca de comida, los pingüinos en formación militar desfilando por la Antártida, cortejos de seducción abriendo plumajes, las carreras espectaculares de aves (Somormujos de Clark) sobre la superficie del mar, vemos al símbolo USA como es el águila calva sobrevolar las montañas americanas, hay halcones cazando en los inhóspitos desiertos, ello con un sentido entre pictórico y poético singular que te cala.

También somos testigos de lo que queda en los márgenes, la crudeza del ciclo vital como es esa escalofriante secuencia en que vemos a un charrán con un ala rota arrastrarse por la playa intentando huir de cangrejos enormes, hasta que estos lo acorralan en marabunta y lo hacen desaparecer entre una masa informe, que se lo comen; esos pingüinos defendiendo a sus crías de los buitres; También asistimos a los estragos que el hombre infringe en este ciclo de las aves, como esas aves siendo disparadas por unos cazadores; una marrea negra engullendo desgarradoramente a un ave; otras corren el peligro de ser atropelladas; otras son presas del lodo; otras son enjauladas (ello visto en el Amazonas, mediante un cuasi-sketh en que vemos enjaulados a perezosos, mientras un loro (o similar) es capaz de abrir su jaula y escapar; Pero también somos testigos de que no todo está perdido entre los humanos, vemos a una anciana alimentar a un grupo de grullas en medio del campo, y de la que luego inician vuelo y ella se despide, dejando una idealizada estampa al amanecer; asimismo comienza el documental con un niño soltando una red a un ganso que le impide moverse, ello en un bucólico estanque francés, y de hecho termina circularmente cuando el niño regresa (se supone un año después) para ver de nuevo al mismo ganso en grupo, y sabemos que es él por tener todavía un poco de la red en sus pata.
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TOM REGAN
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