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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Críticas de bucefalo
Críticas 559
Críticas ordenadas por utilidad
9
12 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Papa que duda de sí mismo, aunque lo más impactante: esa misma vacilación le lleva, por momentos, a pensar que Dios es sólo un fetiche humano para aplacar nuestros miedos, es decir, un gran invento, un Dios de papel, inexistente, sólo una idea. Nada más y nada menos que un Papa ateo. Esto es sólo un abreboca del “Papa Joven” de Paolo Sorrentino, una serie superior, excelsa en recursos, con el sello del director de “Un lugar donde quedarse” (2011); “La Gran Belleza” (2013) y “La Juventud” (2015).

En realidad, la principal virtud de éste seriado conceptual sobre Dios, la Iglesia romana, la condición humana y todas sus contradicciones reside en la gran actuación de Jude Law. Secundado por un reparto de alto nivel donde destacan Diane Keaton, Silvio Orlando y Javier Cámara.

“El Papa Joven” tiene una narrativa a dos planos: la primera gira en torno al papado como un entramado monárquico en donde la lucha de egos, influencias y poderes se hace de una forma tan despiadada que no le diferencia en nada con la política pagana. Luego está, el drama personal de un Papa cincuentón, algo inusual, que está roto por dentro ante una orfandad parental nunca superada.

Para Pio XIII, en realidad Sorrentino, estos temas son los que le inquietan y transcurren con sobriedad y elegancia a lo largo de la serie. Juan Pablo II, el Papa viajero que hizo de la Iglesia una franquicia muy lucrativa por sus muchos viajes por el mundo termina siendo una figura denostada por su exceso de exhibicionismo y por plantear un culto de masas como si se tratara de un show mediático. Este Papa Joven tiene una doble tarea en el Vaticano: volver a recuperar una religiosidad mucho más genuina alrededor del misterio e imponer su liderazgo entre unos Cardenales que le tratan con recelo y le quieren como marioneta. Las estrategias que utiliza para lo primero son teológicamente atrevidas, aunque se trate de un defensor a ultranza de dogmas hoy tan discutidos como el celibato, la homosexualidad y el aborto. Los medios: hurgar en los secretos de los otros y utilizarlos con la mayor ventaja y sin apenas escrúpulos. Sorrentino nos presenta una variante de “El Padrino” (1972) de Francis Ford Coppola en el escenario del Vaticano con la Capilla Sixtina de fondo. Poder y negocios entrelazados.

Aunque este Papa que fuma, es atlético, atractivo e irreverente vive su propio tormento interior. La orfandad y soledad le corroen. Es una rémora psicológica que humaniza aún más a éste Papa a veces con un auto confianza de león y a veces con unos miedos de ratón. Dios está en nuestros afectos. Y sí estos afectos nos han abandonado: Dios no está.

Toda ésta dialéctica interior y externa alrededor de Pio XIII (Jude Law) es llevada por Sorrentino capitulo por capitulo sin que el interés del espectador decaiga en ningún momento. Diez capítulos con una tensión y crescendo, haciendo de la heterodoxia su principal planteamiento, sólo que al final cede, haciendo las debidas concesiones a una feligresía acostumbrada a una fe de circo.
bucefalo
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5
17 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tim Burton, ya me tiene harto. Desde que hizo ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS (2010) y CHARLIE Y LA FABRICA DE CHOCOLATE (2005) me tiene decepcionado. En la misma línea de estilo se encuentra ésta: EL HOGAR DE MISS PEREGRINE PARA NIÑOS PECULIARES (2016). Una estética “infantil” con rasgos tenebrosos sin el impacto o un escalón por encima de EDUARDO MANOSTIJERAS (1990) su película más emblemática. Burton se repite así mismo, una y otra vez, sin aportar nuevas directrices a un cine, su cine, ya muy encasillado y predecible.
bucefalo
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8
6 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
LOREAK, una película vasca, no me ha dejado indiferente. Su propuesta es inusual, básicamente intimista, un retrato de la melancolía y tristeza; una historia para deprimidos insumisos, para matrimonios desgraciados y para soledades derrotadas. Tres mujeres componen ésta historia fúnebre, porque es la muerte la gran protagonista de ésta película seca, hermosa en su fotografía, aunque insípida y desangelada. Aunque cuidado, sus creadores elaboraron un epigrama sobre la ambigüedad de los afectos y la telaraña indómita de unos sentimientos autos reprimidos; de unos desencantos vitales mostrados con la parsimonia de una tortura sin posibilidades de liberación. La mente, nuestra psicología misteriosa, al servicio de una pasión cuyas fluctuaciones se orientan más al abismo que al sobresalto optimista. Vidas en jaulas; relaciones encrespadas y no sanamente correspondidas; y los recuerdos como un laberinto sin escapatoria. LOREAK, es heterodoxa en su propuesta, y hace de las flores un aliento para el renacimiento de una galantearía en reposo y un regalo/homenaje al fantasma en que nos convertimos cuando nos arrebatan la existencia. LOREAK es también el universo femenino con sus diagramas incomprensibles, con sus angustias a cuesta, mostrando la existencia en su cara más gris y rutinaria, lo cual termina dando miedo porque en su espejo nos miramos, y es inevitable, la inmediata sospecha de una familiaridad que hiere, y que como adultos nos creemos vacunados contra ella. Esa “insoportable levedad del ser”, esa rutina doméstica, urbana, laboral, familiar y amorosa de cotidianidades poco estimulantes, desde la derrota vital, hacen de LOREAK una película cuyos protagonistas principales son la decepción y el infortunio.
bucefalo
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6
28 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL HOMBRE QUE CONOCIA EL INFINITO, empieza bien y acaba debiltánsose hacia el final. La historia está inspirada en el matemático hindú: Srinivasa Aiyangar Ramanujan, un genio sin estudios formales que fue capaz de penetrar en el “pensamiento de Dios”, es decir, el mundo de las matemáticas puras y su aspiración a medir la realidad, calcular su materia y descifrar los misterios del cálculo abstracto de los números. Y también, los resabios colonialistas, tan caros a una humanidad constante en el desencuentro. Es bien sabido que la India fue una factoría del Imperio Británico, y que algunos indios visitaban la “Metrópoli” en la condición de súbditos disminuidos. En el caso de Ramanujan, interpretado por Dev Patel, su caracterización nos pareció mansa y contradictoria, sin el carácter y la audacia que pudo imprimirle para captar la atención adecuada de los espectadores, es más, el duelo actoral contra Jeremy Irons, se decanta sin el menor dejo de dudas a favor de éste último.
bucefalo
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6
9 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL MAESTRO DEL DINERO de Jodie Foster y con las “estrellas”: George Clooney y Julia Roberts se queda en el aparato de partidas. Es una película que empieza bien, para más luego, diluirse, y dejar al espectador hundido en una intriga prometedora que sólo fue un espejismo. De igual forma, las actuaciones de Clooney y Roberts rayan en lo convencional. La “crítica” bursátil es válida dentro de una sociedad como la estadounidense que mide el valor de las personas de acuerdo al éxito económico. La opinión de la esposa del secuestrador, al enterarse de la mala inversión que éste hizo, es la toma de postura oficial de un sistema de vida basado en el éxito monetario. Pero hasta ahí. EL MAESTRO DEL DINERO es una película sin mordiente, quizás, una tibia alusión al magnate Trump como populista peligroso, como showman al estilo de nuestro nefasto Hugo Chávez Frías. El dinero, invento del Diablo, vuelve con su protagonismo mundano y con su estafa triunfal, a recordarnos que los humanos valemos muy poco.
bucefalo
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