...lo que es intragable es la credibilidad de que alguien en buena situación y tan "listo" como el profesor de filosofía que aquí se muestra, sea en realidad tan tonto y tan calamidad, y finalmente se preste a hacer lo que hace y, además, en colaboración con varios, habiendo elaborado entre todos un sutil y complejísimo plan por fases. Podría tener sentido si fuera una de esas películas que se basan en hechos reales, pero no creo que se haya dado nunca un caso -aunque es bastante cierto el dicho ese de que "hay gente para todo"- de que alguien, para defender la abolición de la pena de muerte, se preste a suicidarse de forma tan brutal y horrible, por mucho que padezca una enfermedad mortal, y el otro se deje ejecutar, todo para que luego sus colaboradores ofrezcan las pruebas de su inocencia y "demostrar" así que la ley se puede equivocar.

No es sólo bárbaro sino también absurdo e ineficaz, pues lo único que demuestran es que la ley no se ha equivocado, sino que ha sido burlada por un plan retorcido en el que, además, los colaboradores que quedan vivos se van a enfrentar a cargos legales gravísimos, y todo casi para reafirmar a los que defienden la pena capital. Un absurdo total e inverosímil pues nadie puede ser tan cretino.

Es decir, el suspense de que consta la película se sigue bien, pero es una ley del guion, porque los guiones, como la música y todo, tienen leyes que hay que conocer, incluso para poderse saltar alguna con acierto, que un suspense tiene que quedar explicado al final de forma coherente, o el espectador o lector se sentirá decepcionado y cabreado. Por supuesto, el saber cómo se debería hacer no significa que yo, al hablar así, lo sepa hacer mejor, ni mucho menos, eso es lo difícil, pero aquí la explicación que se da al final, la revelación del estúpido plan, no hay quien se la crea.

Por otra parte, el protagonista es "listo" según el concepto que debe tener el guionista, pues en el fragmento de clase que sale, no cuenta a sus alumnos más que palabrería florida y vacía para, a continuación, mostrar una fiestecilla universitaria en la que, como sin duda todo el mundo sabe, el “eminencia” tiene que mostrar lo sencillo y campechano que también puede ser, soltando ingeniosas gracias y representando un show de improvisar rimas bobas y vulgares, etc.

Muy decepcionante aquí el director de las excelentes “El expreso de medianoche”, “Arde Mississippi” y otras buenas.

Bueno, toda la historia supongo que es pura ficción, porque nada dice, creo, de basada ni inspirada en hechos reales, y no debía ser nada fácil para los nazis encontrar una joya como la coprotagonista de esta película, una mujer guapa, entrenada a fondo en las técnicas militares y de espionaje, y que habla inglés y francés perfectos hasta el punto de poder pasar por nativa francesa, si bien es verdad que no dice nada de su verdadero origen, y podría ser francesa real, colaboracionista activa y de ideas nazis convencidas para suplantar a otra espía francesa de la Resistencia.

De todas formas, si la espía al servicio de los alemanes, ha renunciado de verdad a sus ideas nazis, y quiere vivir con su marido canadiense-británico y su hija, alguien muy inteligente como ella, ante la presión y las amenazas de sus antiguos jefes, no hubiera cedido para seguir espiando para ellos, traicionando a su marido, teniente coronel de la inteligencia británica; lo lógico es que se lo hubiera contado todo para enfrentarse juntos a ello, y los mandos británicos lo hubiesen entendido. Esto desde el punto de vista lógico, porque el camino que ella escoge, claramente sólo lleva a una imposible contradicción y al desastre, pero entonces la película hubiera tenido que derivar por otros derroteros.

Todo son clichés aquí: la esposa tontita, el marido ladino que simula amarla pero está pensando en asesinarla para quedarse con toda la pasta y vivir con su amante, naturalmente, la mejor amiga de la esposa, y, claro, no puede asesinarla así como así, antes tiene que hacer saber a la policía que había un loco maníaco acosándola, etc. Pero todos los detalles: la cinta magnetofónica en la niebla, el empujón hacia las ruedas del autobús... todo es burdo a más no poder, así como el siniestro viejo marido de la joven amiga, que no entra ni con calzador, o esa subtrama que se apunta del personaje de Roddy McDowall, que queda abortada y no pinta nada... Ridículo todo.