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España España · Santa Coloma de Gramenet
Críticas de Chacal
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Críticas 143
Críticas ordenadas por utilidad
6
6 de agosto de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debido al gran éxito de Them! La humanidad en peligro (1954) los espectadores pudieron ver como insectos gigantes de toda clase se paseaban como pedro por su casa aterrorizando a la población y destruyendo alguna ciudad emblemática como Nueva York. En el film que nos ocupa, como ya dice claramente el titulo la amenaza es una tarántula gigante y está dirigida nada más y nada menos que por Jack Arnold, director de clásicos como El increíble hombre menguante (1957) o La mujer y el monstruo (1954)

La historia sigue los patrones clásicos de la ciencia ficción, un científico descubre el método para hacer crecer a animales como ratones o conejos (sorprendentes efectos especiales) y así solucionar los problemas alimenticios del mundo. No sabemos qué pinta ahí una tarántula pero el caso es que el arácnido escapa al desierto en donde se dedica a sembrar el pánico, primero comiéndose a los animales que pilla y luego destrozando casas y matando a personas. Son evidentes las similitudes con Them! respecto a la ambientación en el desierto ya que hay situaciones e incluso planos que recuerdan a este film, pero la ambientación resulta igual de acertada con esos parajes tan áridos y solitarios.

Los efectos especiales están muy conseguidos, a mi parecer superiores que las hormigas gigantes de Them! ya que aquí la tarántula del film era de verdad y la controlaban por medio de corrientes de aire expulsadas a través de tubos que hacian que la araña se moviera hacia donde quisieran. A pesar de que es imposible que las patas de una araña de ese tamaño puedan aguantar su propio peso los efectos especiales son la estrella del film.
Por desgracia no nos encontramos con un film tan redondo. La historia no fluye como debiera y hay momentos que se hace lenta a pesar de durar poco mas de 70 minutos y no ayudan los actores cuyos personajes no resultan demasiado interesantes y se ciñen a los estereotipos del genero (el héroe, la dama en apuros, el científico loco).
Tarántula es otra muestra del cine de ciencia ficción de la época, curiosa y entretenida aunque no brillante pero hará pasar un buen rato.
Chacal
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6
20 de febrero de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Godzilla americano de Roland Emmerich no funcionó mal en taquilla pero provocó tal ira entre los aficionados del saurio radiactivo, que la Toho en menos de un año, ya tenía una nueva entrega japonesa de Godzilla en los cines. Godzilla 2000 Millenium (1999) inicia la que es la Serie Millenium (1999-2004), una serie de entregas que en un inicio se planeó como una trilogía de temática rompedora y que llevaría al personaje por terrenos e historias novedosas nunca antes transitadas.
Finalmente, no fueron 3, sino 6 films, y más que novedosos, en general fueron bastante conservadores y repetitivos. La cinta que nos ocupa supone un nuevo reinicio a la saga y como pasó con Godzilla (1984), se vuelve a tomar como única referencia a Japón bajo el terror del monstruo (1954), obviando las otras 21 entregas. Takao Okawara (quien cerró la etapa anterior con la notable Godzilla vs Destoroyah), dirige de nuevo el enésimo retorno del saurio radiactivo. El resultado, pese a ser el regreso del Godzilla que todos conocemos, es en general un más de lo mismo, con demasiados tramos aburridos, mejoras digitales en los efectos especiales pero que en definitiva, no cambia la historia de la saga en absoluto.
A pesar de esto, es una entrega que bien vale la pena un visionado por su espectacular inicio. El regreso de Godzilla, 45 años después, salido de la nada y atacando la ciudad en plena noche es de una ambientación y calidad técnica espectacular. Pero pasados estos 15 minutos iniciales, la trama no sorprende demasiado. Por un lado tenemos a un carismático y agradable dúo de personajes padre/hija que se dedican a investigar y predecir los movimientos de Godzilla.
Por el otro, los militares y científicos siguen haciendo de las suyas intentando buscar métodos para acabar con el saurio de marras, pero todo lo que sucede en torno a ellos es de interés nulo.
El diseño de Godzilla para esta etapa no me acaba de convencer por su aspecto demasiado irreal, demasiado puppet. Técnicamente, me rechina bastante por ese aspecto más cartoon y menos asalvajado que el espectacular Godzilla de la Serie Heisei (1984-1995). Además, aparece otra criatura de carácter extraterrestre y con fijación con Godzilla, llamado Orga, el cuál inicialmente es una especie de OVNI descomunal y no demasiado bien realizado técnicamente.
Una vez toma contacto con Godzilla y recoge su material genético, se convierte en una criatura enorme, la cual protagoniza una titánica lucha contra el saurio en pleno Tokio. Los efectos especiales siguen el camino dejado por la trilogía de Gamera; el de combinar cada vez más efectos digitales con las tradicionales maquetas y disfraces. Algunos momentos son de una excelente calidad técnica (generalmente planos nocturnos, ya que los efectos en momentos diurnos cantan que da gusto), las maquetas son excelentes pero en lo referente a estos nuevos efectos visuales y digitales, son de una calidad bastante baja y te sacan del film.
El film recoge influencia tanto de la nueva trilogía de Gamera de los 90 (el tratamiento de la destrucción, esa piedra enorme en medio del océano que es calcado a Gamera: guardian del universo (1995)…), como del Godzilla americano de Roland Emmerich (la escena al inicio del coche en el túnel y posterior persecución resulta calcada).
Pese a que en general es una entrega no demasiado destacable ni supone un punto y aparte en la saga, sí resulta muy correcta y se consiguen varios momentos de una calidad indiscutible (el ataque inicial y la manera en que acaba Godzilla con Orga es resultón y sorprendente), además de contener un plano final imprevisible y apocalíptico que reafirma la imagen eterna y destructora de Godzilla.
Godzilla 2000 Millenium (1999) supone un nuevo reinicio en la saga; un reinicio correcto, loable y con varios momentos muy destacables y espectaculares, pero adolece de falta de ritmo, sosería y repetición de esquemas. El film no obtuvo la respuesta esperada en Japón quedándose en unos correctos 2 millones de espectadores.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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7
10 de febrero de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Godzilla vs King Ghidorah (1991) fue un potente éxito para la Toho, por lo que se decidió seguir en la misma línea en futuras entregas, recuperar a monstruos clásicos para hacer hincapié en la nostalgia a la vez que se modernizaban las historias.
El siguiente monstruo de la lista no podía ser otro que la polilla gigante Mothra, la cual con el paso del tiempo se había convertido en uno de los monstruos más famosos de Japón, y además (como dato curioso) era el favorito entre las féminas, ya que es el único de la saga claramente hembra (y además por su carácter benefactor). Inicialmente, ésta no iba a ser una nueva entrega de Godzilla sino que se iba a convertir en un film de Mothra en solitario, pero la Toho no confió en última instancia en la mariposa gigante y su poder en la taquilla, por lo que se decidió meter (con calzador) a Godzilla en la trama. Más tarde y gracias al abrumador éxito de Godzilla contra Mothra, se inició en 1996 una trilogía en solitario de Mothra, eso sí, de carácter muy infantil y que ya analizaremos en el blog llegado el momento.
Volviendo al film que nos ocupa, Godzilla contra Mothra supone un cambio en la dirección. Takao Okawara releva a Kazuki Omori y eso se nota. Okawara realiza una dirección bastante más estándar y clásica, cortando por lo sano con los conceptos modernistas de anteriores entregas y ofreciendo una que abraza completamente aspectos clásicos, más tradicionales y nostálgicos.
En definitiva, Godzilla contra Mothra es tanto un remake del clásico Mothra (1961) de Ishiro Honda como de Godzilla contra los monstruos (1964). Este aspecto, ya más visto, pese a que funciona como modernización de los clásicos con unos mejores efectos especiales, causa que adolezca de falta de ritmo y cierto aburrimiento en según que pasajes del film.
Además, es evidente que Godzilla no estaba en los planes iniciales de esta entrega, ya que su presencia es bastante secundaria. El tufillo infantil en esta ocasión es más evidente y eso puede causar algún que otro resquemor, sobre todo con la presencia constante de la niña del film.
Los efectos especiales siguen siendo de buen nivel aunque por debajo de las dos anteriores entregas. No me convence esta reformulación en el diseño de Mothra (en versión mariposa), convertida en un peluche de tres al cuarto. Además, la batalla final se acaba haciendo larga, muy larga, y termina convertida en un festival discotequero de rayos y luces de colores (los monstruos no paran de cambiarse de bando una y otra vez, ahora malvado, ahora bueno... ).
No obstante, se consiguen grandes momentos; como la tremenda escena del renacimiento de Godzilla en pleno Monte Fuji en erupción. Impresionante.

Pese a los inconvenientes, nos encontramos con una entrega bastante competente y que se ha convertido en un pequeño clásico moderno por el descomunal éxito que obtuvo en Japón en su momento. Su mensaje concienciador respecto a la naturaleza y la crítica frente a los abusos y destrozos naturales es potente, y muestra al planeta Tierra como un ser vivo que se está tomando su venganza contra la Humanidad en forma de desastres naturales, y los monstruos no dejan de representar este castigo por los abusos al planeta.
En este sentido funciona bastante bien, y logra crear ya en su tercio final un clima apocalíptico y de fin del mundo muy conseguido. La nueva incorporación monstruosa es Bathra, que viene a ser como el reverso oscuro de Mothra. Un monstruo correcto, sin más.
La saga sigue fijándose en el cine americano de éxito del momento y en este caso, los 20 primeros minutos son un constante guiño/homenaje/plagio a Indiana Jones, divertido pero con un tono muy de Serie B.
Por suerte, la música de Akira Ifukube vuelve a estar presente y es una maravilla modernizando los scores de la original Mothra (1961) y Godzilla contra los monstruos (1964), a un nivel altísimo como es habitual. Además, y aprovechando que se retoman a las pequeñas gemelitas guardianas de Mothra (llamadas Aelinas en esta ocasión), se reinterpretan las canciones que éstas cantaban en las entregas de los años 60, pasándolas por una túrmix súper pop.
Las canciones, para el que las pueda aguantar, son un puntazo para el fan, y además el clásico “Mosura ya Mosura” se convirtió en un hit en las listas de éxitos japonesas. Godzilla contra Mothra es un film competente, más simplón que las dos entregas anteriores y con un tufillo infantil que puede causar urticaria al espectador, con algún que otro problema de ritmo y es más tradicional, pero sirve como reformulación noventera de los clásicos de la saga y sigue manteniendo intacto el nivel de espectacularidad.

El film se convirtió en el mayor éxito del año en Japón, (superando a Parque Jurásico en nivel de audiencia), con 4,2 millones de espectadores, siendo (hasta la llegada de Shin Godzilla en 2016) la entrega más taquillera hasta el momento de la saga.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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8
14 de enero de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Tiger (2016) viene dirigida por Park Hoon-Jung, director de la fascinante New World (2013) y protagonizada por el incombustible Choi Min Sik, uno de los rostros más reconocibles dentro del cine coreano y protagonista de ya clásicos como Old Boy o I saw the devil.
La historia viene ambientada en los años 20 durante la ocupación japonesa en Corea del Sur, Chon Man-deok, considerado en otro tiempo el mejor cazador de tigres de Corea, vive en la montaña de Jirisan con su hijo. Mientras, un militar japonés moviliza a un grupo de soldados para cazar al último gran tigre de la zona.
Un film espléndido que se beneficia de una ambientación montañosa excelente y con una capacidad abrumadora para crear momentos de tensión, acción y dramatismo. El tigre (un muy carismático efecto digital), más que un simple animal se le da una cierta divinidad, cosa que es muy de agradecer; además las escenas en donde protagoniza masacres contra el ejercito japonés son espectaculares.
El giro de guión en el último tercio del film es donde se explota argumentalmente este concepto divino de la naturaleza y presenta, tanto al tigre como al cazador (Choi Min Sik), como los últimos supervivientes de un mundo que cambiará para siempre y eleva al film más allá de la clásica película de aventuras animal vs hombre.
Quizás tenga un exceso de metraje en su parte central, elemento muy presente en el cine coreano y de un nivel de melodrama que puede atragantar al espectador no acostumbrado, pero The Tiger ha resultado ser una muy grata sorpresa.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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7
13 de enero de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras Los monstruos invaden la tierra (1965), se decidió dar un cambio de timón dentro del equipo creativo de la saga, algo arriesgado, ya que suponía sustituir al gran Ishiro Honda (cansado del rumbo que estaba tomando su criatura), por otro director con otras perspectivas.
El elegido fue finalmente Jun Fukuda, un director que había abordado el género fantástico con una propuesta interesante sobre la teletransportación y los asesinos en serie como The secret of the Telegian (1960). Fukuda era un director que además se manejaba bien frente a bajos presupuestos, no daba problemas y entregaba los trabajos dentro de los márgenes directivos de la Toho, algo adecuado para estos momentos de la saga.
Jun Fukuda es un director bastante odiado entre los fans de Godzilla, ya que fue director de algunas de las peores y más infantiles entregas de la saga ofreciendo films muy pobres, terribles y totalmente "Ed Woodianos".
Antes de eso ofreció "Los monstruos del mar", una entretenidísima entrega del saurio radiactivo llena de vitalidad, optimismo y ritmo, que es una de mis favoritas de la saga clásica.
En el film, una misteriosa isla ha sido colonizada por una extraña organización terrorista de tintes comunistas llamada Red Bamboo, que ha esclavizado a la población indígena y que se dedica a la fabricación de bombas atómicas. En esta isla vive la langosta gigante Ebirah, que se encarga de devorar a todos aquellos que intentan escapar del lugar, hasta que un rayo despierta a Godzilla, dormido casualmente en el interior de una gruta de la isla.
Un film que sorprende ya de primeras, ambientándola en un escenario totalmente nuevo alejado de las grandes urbes y metrópolis asoladas por la destrucción. El film tiene lugar en una isla paradisiaca perdida en medio del Pacífico, llena de criaturas monstruosas, lo que conecta aún más con clásicos como King Kong (1933); además, esta ambientación fue perfecta para abaratar costes y ahorrarse las enormes maquetas de Tokyo que debían ser destrozadas.
Los monstruos del mar fue originalmente un proyecto para una nueva entrega del King Kong japonés (el primer guión tenía por título Kingu Kongu tai Ebirah), pero fue descartada para incorporar en el último momento a Godzilla. De ahí varios detalles curiosos y simiescos de los que somos testigos en el film: Godzilla es devuelto a la vida por la electricidad (algo que conecta con King Kong contra Godzilla (1962) cuando el simio recoge energía de las tormentas), o cuando el saurio se queda embelesado con la nativa buenorra.
La película entra de lleno en los terrenos del cine de aventuras más juvenil, con un trío de adolescentes tardíos (presentados en el film en una psicotrónica competición de swing y rock and roll). Este tono más ligero lleno de playas paradisiacas, indígenas, ladrones con honor, villanos de medio pelo... acaba beneficiando a la película hacia un tono muy agradable de ver. Siguen las influencias americanas, esta vez de James Bond (que ya triunfaba en la época), con una organización llamada Red Bamboo (con reminiscencias del comunismo) y que es una Spectre de segunda.
Los efectos especiales, sin ser brillantes, consiguen buenos momentos en general, como esas apariciones de la pinza gigante de Ebirah entre los mares tormentosos y atrapando marineros. Los monstruos que aparecen en esta ocasión siguen un patrón más realista y lógico que anteriores criaturas; aquí aparece Ebirah, la langosta gigante, o un pajarraco desbocado; además vuelve Mothra en una escena final algo pobre técnicamente hablando.
En el apartado actoral volvemos a ver caras conocidas como Akira Takarada (4ª aparición en la saga), interpretando al anti héroe de la historia, o a Akihiko Hirata (también 4ª aparición en la saga), como gran villano, interpretando a una versión oscura y de serie B del profesor Serizawa del primer Godzilla (¡con parche incluido!).
No faltan los indígenas de saldo (actores japoneses pintados de marrón), donde destaca la atractiva Kumi Mizuno. Como desgraciada curiosidad, el héroe dentro del traje de Godzilla (y de infinidad de criaturas) Haruo Nakajima a punto estuvo de morir ahogado en las escenas acuáticas del film, ya que el tubo que le administraba oxígeno se separó del traje y no tenía manera de avisar al equipo de la película. Afortunadamente, todo quedó en un susto.
Los monstruos del mar es una muestra agradable y muy entretenida de la saga, que sorprende por su cambio de tono y acción y que obtuvo una decente respuesta del público, con 4,2 millones de espectadores. El film no se estrenó en cines de Estados Unidos y fue directa a televisión.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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