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España España · Tarragona
Críticas de Luigi
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Críticas 420
Críticas ordenadas por utilidad
7
30 de enero de 2009
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas sobre la Segunda Guerra Mundial son un filón inagotable. Más de 60 años después de su finalización, son un reclamo para jóvenes y mayores, como da testimonio la concurrida sala cinematográfica de la sesión a la que he asistido para ver el último estreno de Tom Cruise. En esta ocasión se trata del último gran atentado que hubo contra Hitler, nos aporta el testimonio de la Alemania nazi poblada de seres humanos diversos y complejos, y no con la simplificación con la que muchas veces se describen.

No estamos ante una gran película, hasta la fecha ningún film de Bryan Singer lo ha sido, pero sí ante una buena película, que aporta bastante más que otras muchas. No entiendo las críticas que vayan en el sentido de que la película no analiza las motivaciones últimas de los actores del golpe de estado; históricamente no están claras, y no creo que se pueda pedir a una superproducción de Hollywood que se decante por si los implicados tenían una discrepancia esencialmente estratégica con los nazis o si la discrepancia era mayor, es decir, ideológica; pero por las mismas razones tampoco se las pediría a los protagonistas del golpe, bastante hicieron arriesgándolo todo, otros muchos no hicieron nada.

El film es una lección de Historia. Se cuenta con detalle y rigor el intento de derrocar a Hitler y los suyos en el verano del 44. Cuando salimos de la sala, quizás es cierto que no nos hemos emocionado, -y que conste que había historia para ello-, pero tampoco nos hemos aburrido y sabemos muchas más cosas que cuando entramos, en especial, todo lo que supone la realización de un golpe de estado, con sus miedos a perderlo todo, las dudas, las traiciones, la incertidumbre; de hecho, cuando la película brilla a mayor altura es a partir del momento del atentado y se produce la puesta en escena del golpe.

El elenco de actores es notable y no puedo acabar sin señalarlo. El siempre notable Kenneth Brannagh, los eficaces Terence Stamp y Tom Wilkinson, todos ellos ingleses, y Tom Cruise, cuya interpretación está a la altura de su asombroso parecido al heroico y para siempre joven coronel Claus Von Stauffenberg. Decían los griegos: "A quienes los dioses eligen, les hacen morir jóvenes", quizás también pensaban en él.
Luigi
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8
16 de mayo de 2017
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente el cine francés da gusto. Vi esta película en la simpática, como dicen los franceses, ciudad de Montpellier. La sala estaba casi repleta para un film que trata sobre la llegada de un mujer a los cincuenta años. La mayoría de los asistentes eran mujeres de edad madura.

Se respiraba un ambiente agradable ante un film también agradable lleno de humor. Como casi todos las películas francesas de los últimos años el film parece banalizar asuntos serios a base de humor y de un punto de vista aparentemente intranscendente, pero es un cortina de humo para algo más profundo. No esperemos dramones o historias desgarradoras; tampoco, quizás, historias muy profundas. Esperemos, en todo caso, un film amable al tiempo que digno.

En la historia que se nos cuenta asistimos a los conflictos con los que tiene que lidiar la protagonista, Aurore, que llega a los cincuenta y que pierde su trabajo de camarera, ve a su hija irse de casa, va a ser abuela de otra hija, y reencuentra un amor de instituto, para ser más exactos de liceo. Todo ello interpretado por una magnífica Agnes Jaoui, que es la salsa de la película; ella y su alocada amiga.

No pude entender todo el film, mi francés no da para tanto, pero a pesar de ser esencialmente una obra dialogada, la fuerza de las imágenes es tan poderosa que en muchas ocasiones suple a las pérdidas ocasionales de los diálogos, lo que es todo un mérito. En definitiva, un film muy recomendable.
Luigi
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7
14 de enero de 2012
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Álex de la Iglesia no siempre es garantía de buen cine, pero dentro del presente panorama cinematográfico nacional es una de las apuestas más seguros que tenemos. En la presente ocasión el director vasco ha estado atento a la realidad y ha rodado un film de plena actualidad, es decir, una película que gira entorno a ese drama descarnado que está representando para muchos esta terrible crisis y su consecuencia más terrible, el dejar a tanta gente sin un trabajo donde poder sujetar su dignidad.

José Mota es un humorista diferente. No sabría explicar muy bien porqué. Hace un humor ácido sin mostrar una mueca de apoyo. No es ajeno a la realidad en la que vive. No siempre te ríes con él, pero siempre le ves las intenciones. Elegirlo como protagonista, más allá de sus dotes actorales, que las tiene, es toda una declaración de intenciones por parte del director a la hora de encarar una obra de denuncia.

Su historia en este film es la de otros muchos. Un profesional, en este caso de la publicidad, de mediana edad expulsado del mercado laboral que representa un muro infranqueable. La suerte o, quizás mejor dicho, la mala suerte le ponen en bandeja de plata la ocasión de volver al primer plano de la palestra. A partir de ahí los protagonistas de la historia, él y su mujer, una estupenda en todos los sentidos Salma Hayek, tendrán que debatirse entre elegir el dinero o la dignidad, aunque esta última sea entendida de manera muy distinta por ambos.

Quizás sea esta diferente intepretación del término dignidad lo más interesante de este ya de por si interesante largometraje. No quiero acabar estas líneas sin dar cabida a la escena de la entrevista, realmente conmovedora, y más si se tienen hijos. Por último, ¿Quién, pudiendo, no irá ahora a ver ese teatro romano de Cartagena, donde se desarrolla gran parte de la acción?
Luigi
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9
19 de septiembre de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay palabras en mi vocabulario para describir esta preciosa e intimista película que nos regala el afamado director chino Zhang Yimou, por una vez alejado del cine de bellas escenas de acción y de lucha; hay que decir que tampoco es la primera vez que lo hace, pongo como ejemplo, la ya lejana en el tiempo “La linterna roja”, entre otras.

Dos jóvenes de condición social muy diferente: -él, hijo de un importante dirigente del partido comunista chino; ella, hija de una familia represaliada por el régimen-, confluyen durante la revolución cultural china en un pueblecito chino a donde han sido enviados para quitarles todo atisbo de capitalismo y burguesía. Vivirán una historia de amor casi clandestina, una de las historias de amor más hermosas de todas las que se han visto en la gran pantalla en las últimas décadas, y no exagero.

Amor puro, amor químicamente puro, sin casi contacto físico a causa de la represión y opresión en la que viven. Y con ello no querría decir que no se puedan construir historias potentes a partir del amor puramente físico; ahí tenemos los ejemplos de “El último tango en París”, y “El imperio de la pasiones” sin ir más lejos. Pero, así como el amor puramente químico tiene esa posibilidad de contener a raya el amor físico en unos cauces que nos pueden llevar a lo conmovedor, en el amor exclusivamente carnal este raramente contendrá y mantendrá un amor puro pugnando por hacerse un hueco. Por todo esto, el film de Zhang Yimou es de una belleza sin igual; porque lejos de rozar la ñoñería y el puritanismo sin sentido, se instala en una poesía visual que acabará estallando en la escena final de la historia que se nos cuenta. Y no cuento más para que el deleite en su visionado de los futuros espectadores sea tan intenso como el que yo viví.
Luigi
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7
11 de julio de 2008
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película, y tengo que decir que si me lo llegan a decir a mitad de su visionado no me lo hubiese creído. La primera parte de la película refleja una Ibiza casi contemporánea, que se mueve y baila alrededor del protagonista. Un mundo estéril y sin moral que el film muestra sin tomar partido, casi como un documental, salpicado de primeros planos de personas que conocieron a Frankie Wilde y nos cuentan sus recuerdos, como mandan los cánones de los documentales.

A pesar de la amoralidad y de escenas estéticamente muy desagradables, no por ello, la película cae en derroteros de imposible vuelta. Es en la segunda parte, en la lucha de Frankie contra la droga y la sordera que el film alcanza sus mejores cotas. No diré que se invente nada nuevo o que no se cuente algo ya mil veces contado, pero si que destacaré la honestidad y la sencillez con que se hace, unido a una agradable falta de grandilocuencia que te deja un buen sabor de boca, o mejor y por seguir en la lógica de la película, un regusto en los oídos cuando abandonas la sala de proyección.

El título de la película en castellano es confuso, utiliza la palabra leyenda, que realmente sobra, y que crea la apariencia de la realidad de un disc jockey que es pura ficción. El título en inglés es más correcto, y hace referencia a una frase de cockney (slang) que utiliza la rima del nombre de un disc jockey que sí que existió de verdad, Pete Tong, con la palabra inglesa “wrong”, equivocado.
Luigi
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