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Críticas de Carlos Muñoz Muriedas
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Críticas 21
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
21 de junio de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Biografía poco convencional de Tchaikovski que tiende al exceso durante todo su metraje, algo típico por otra parte en su director. Bastante irregular, muestra algunos buenos momentos incluso para quien no le guste su cine, su primera media hora es impecable, todo un buen ejercicio. Russell sabe utilizar la interpretación del "Concierto para piano n. º 1" para situarnos bastante en el personaje, en sus neuras y obsesiones, en sus amores y en su personalidad. Los cambios de planos son geniales, el seguimiento y fijación que hace de los dedos tocando el piano resulta insuperable y el uso de técnicas como el travelling hacia atrás atrapa al espectador.
Sin embargo la película va decayendo, la historia del músico va perdiendo interés por culpa del tratamiento que le hace su realizador, quizás a Russell le interesaba más mostrar una historia aparte con el pretexto de la vida del compositor ruso. La música, aunque suena en toda la película, no acaba de pegar en bastantes escenas, y se echa a en falta más lirismo en la historia así como una mayor profundidad en su historia amorosa que se muestra bastante confusa y desconcertante.
Carlos Muñoz Muriedas
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7
20 de junio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A partir de una situación inverosímil y difícil de explicar, el realizador Jacques Demy consigue una aceptable comedia que encierra mucho más de lo que en un principio pudiera parecer. Convencer al espectador de lo que le pasa al protagonista no es fácil, sin embargo hay mucha naturalidad a la hora de tratarlo (la buena química Deneuve-Mastroianni ayuda bastante) y se huye de la vía cómica en general, lo cual no significa que no haya más de una escena graciosa, pero se opta más por la comedia sentimental e irónica.
Tienen bastante interés los diálogos en la peluquería de la protagonista en los que se habla de la liberación de la mujer o los que tiene la pareja con su hijo, estos constituyen una parodia de ambos sexos. Otro punto a incidir y quizás el tema predominante de la película es la manipulación, la crítica a que no sabemos lo que podemos estar comiendo o qué medicamentos nuevos se están fabricando son un serio toque de atención a la sociedad de consumo que se va deshumanizando y que tal vez provoquen situaciones a la inversa como la cadena de embarazos en hombres y al descontrol que podría haber. No se salva de la crítica tampoco el negocio y marketing que se hace con esta situación y el poder de la prensa.
El estilo visual característico de Demy con su combinación y juego de colores están muy presentes en la peluquería, lo cual indica cierto gusto y trabajo de elaboración en la película, señal de que no estamos en una simple comedia.
Carlos Muñoz Muriedas
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8
19 de junio de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente film de terror cuyo visionado supondrá una sorpresa para más de uno. Con un presupuesto modesto, algo corriente en la AIP, el realizador Gordon Hessler sabe aprovechar muy bien el material y regalarnos una hora y media de excelente terror. Por una parte está la habilidad de no hacer una mera adaptación de la obra de Poe "Los asesinatos de la Calle Morgue", sino que el director nos la sitúa desde un teatro donde se está representando. La película es más un visionado de temas constantes de la obra de Poe como el de los muertos enterrados, con el añadido de recurrir también a "El fantasma de la ópera" de Leroux y al terror gótico y sensual, a partir de esa función se van difuminando las barreras entre la ficción y la realidad. Otro acierto es que podemos ver la reacción del público ya sea desde su caracterización física o psíquica. Las callejuelas de alrededor del teatro también sirven para incrementar la sensación de suspense y están sabiamente iluminadas. Otros aspecto a destacar es también la utilización de esa singular feria con algún que otro toque a "Freaks"
Por otro lado, tenemos las pesadillas de Madeleine (Christine Kauffman) que irán "in crescendo" y que nos ayudarán a ir completando las piezas. En estas es notable la utilización del paisaje, esos parques otoñales con abundantes hojas caídas, troncos rotos y luz grisácea.
La utilización de la cámara es inteligente, abundan la variedad de planos desde diversas perspectivas y encuadres, la fotografía de Manuel Berenguer también merece destacarse así como la gama cromática de los vestidos y los objetos, elementos muy bien confeccionados. Todos estos ingredientes, más la música característica de Waldo de los Ríos, la convierten en una pequeña joya a redescubrir.
Carlos Muñoz Muriedas
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7
18 de junio de 2014
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sinatra" es de aquellas películas que o bien pueden agradar o por el contrario, decepcionar. Todo depende de las expectativas que se crea uno antes de verla. La mezcla de drama y comedia no acaba de cuajar como debiera, lo primero funciona sobre todo por la gran interpretación de Landa y su papel de perdedor eterno en una contraposición curiosa con el Sinatra de verdad, la excelente caracterización de ese mundo de las porterías (geniales Manuel Alexandre y Luis Ciges), los bares de mala muerte, las azoteas de ese barrio chino barcelonés de antes del 92...
Sin embargo, cuando a la historia se le quiere dotar de cierto humor falla, algunos personajes resultan demasiado cargantes como el "Hermano Blanco Sol" o el hijo de la viuda, que resulta del todo inverosímil y prescindible. En cuanto el personaje de Ana Obregón cumple, a pesar de que se le critique su forma de actuar. Algo más desubicado es el personaje de Maribel Verdú del cual uno esperaba más. La película también falla en presentarnos de forma tan elíptica el personaje de Sinatra en su cabaret, apenas lo vemos aunque bien es cierto que lo poco que sale es bueno, sobre todo gracias a esa caracterización que hace Joaquín Sabina de Groucho Marx.
Pero la película resulta aceptable en su conjunto, la elección de la noche resulta del todo acertada para poder seguirla de forma más convincente con ese mundo de los bingos y las trampas, la prostitución, la inseguridad...Imágenes como la de ese Cine Coliseum barcelonés con el cartel de "Pal Joey" y Landa viéndolo nos atrapan y acabamos cogiéndole cierto cariño a él.
En definitiva una película fallida pero también con cierta dignidad hecha por un Betriu que demuestra sus dotes pero que le falta algo, ya sea porque se redujo metraje o se le obligó a incorporar escenas para desdramatizar la película.
Carlos Muñoz Muriedas
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8
30 de mayo de 2014
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Infravalorada película del siempre interesante Rovira Beleta con toques originales como la farola de Canaletas (lugar en Barcelona donde la gente se reúne para celebraciones o hablar de fútbol...) que hace de narradora.
Obviamente, estamos en una época muy distinta a la actual, y más en el terreno del fútbol, aquí los jugadores viven en una residencia, y no lujosa, más bien lo contrario...Ya no hablemos de los vestuarios pobres que tienen, sobresale un Ramallets presumido con fotos de chicas en su armario o peinándose en pleno entrenamiento.
La rivalidad entre clubes está bien servida, ya desde el comienzo, con esa guerra entre clubes para fichar a la estrella y el papel cómico de la chica, digno de la alta comedia, que concluye con ese beso que solo "vemos" al ver la cara del revisor. La directiva del club aparece bien caricaturizada, se les nota que comen bien y ya no hablemos de los puros....Aspectos dramáticos como la compra de un jugador o el sensacionalismo de la prensa también aparecen bien reflejados, así como las reventas o esas pastillas curiosas que toman para rendir más, algo así como un pre-dopaje.

Pero la película tiene algo especial, y eso es el retrato de las costumbres que comporta este juego, ahí vemos un Manolo Morán forofo que hasta se rompe las gafas al celebrar un gol, un cura (Pepe Isbert) que no le importa gritar en un estadio con el hábito o que le manda al monaguillo que ponga la vela a un santo o a otro, según sea el gol.
Por otra parte está la importancia de la radio, la película acierta bastante mostrándola de diferentes maneras, desde la narración del locutor con el anuncio insertado de la época, o la muestra de aparatos en diferentes espacios, ya sea en una casa como el centro de todo mientras se come, o en la casa del cura del pueblo con la gente oyéndola en la plaza.
Ya no hablemos de los tranvías que iban a los estadios, requetellenos de gente, o la manera de celebrar la liga que tiene la gente, sabiendo que al día siguiente volverá a la rutina diaria con ese taxista que aquel día no cobrará.
En fin,un gozo verla por mucho que le hayan pasado sesenta años, ahí es nada...Hay un momento en que la chica le enseña unas películas rodadas del futbolista cuando jugaba en segunda división y asistimos también a otra muestra de las costumbres de ver un partido en un pueblo con la ira hacia al árbitro incluida, "es una película de Vittorio de Sica" dice ella. Pero no, estamos ante la eficacia de un Rovira Beleta que perfeccionaría el estilo neorrealista en la trilogía policíaca que haría justo después.
Carlos Muñoz Muriedas
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