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España España · Santa Margarida i els Monjos
Críticas de Víctor Baylach
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Críticas 58
Críticas ordenadas por utilidad
9
25 de enero de 2023
27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos somos conocedores del cuento popular de Charles Perrault sobre el felino que vestía un par de botas y que gracias a su astucia y sus engaños, conseguía amasar una fortuna y la mano de una princesa para su pobre amo. Pero no nos engañemos, fue gracias a la segunda entrega de la fantástica saga de aventuras del ogro verde y el asno parlanchín cuando nos enamoramos de los ojos redondos y la voz ronca española de nuestro querido gato. Fue con “Shrek 2” y su maravillosa subversión del clásico cuento de hadas cuando conocimos a nuestro Gato Banderas preferido, y viendo la tirada que tenía el personaje se decidió, en 2011, realizar un spin-off bastante fallido sobre el gato con sombrero, botas y espada. Y aquí nos encontramos, más de una década después con su falsa secuela que viene dispuesta llegarnos al corazón una vez más.

En esta nueva aventura, Gato se da cuenta que ha gastado 8 de sus desenfrenadas 9 vidas. Obligado al retiro y a vivir una última y tranquila existencia, pronto se negará a renunciar de su leyenda, y decidirá salir en busca de la estrella de los deseos para pedir tener de vuelta sus 9 vidas y así volver a disfrutar de la grandeza de su fábula. Todo mientras se encuentra al acecho del lobo feroz, un terrorifico, mortífero e indestructible cazarrecompensas que sigue su pista pisándole fuerte los talones de sus botas.

Junto a Joel Crawford y Januel Mercado como co-directores, DreamWorks Animation (dueña de sagas cómo "Madagascar", "Kung-Fu Panda", "How to train your Dragon" o su gallina de los huevos de oro, "Shrek", entre tantas), viene dispuesta a pisar fuerte, y ya en su magnifico primer acto, enfrentando a Gato con un colosal enemigo, despliega su nuevo abanico y casi revolucionario diseño de animación en 3-D mezclada con la animación más tradicional, y que en su acción recuerda tantísimo al anime "Shingeki no Kyojin" y a “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, ésta última reconocida en la industria y producida por Sony Pictures Animation. Pero mucho más allá de su maravillosa animación, ésta nueva aventura de nuestro gato espadachín, contiene mucho más que una simple historia con la que entretener un rato a los más pequeñines.

Pudiendo llegar a ser tan creativa como lo permite la jugosa mezcla entre los cuentos de hadas más populares, convierte su historia en un viaje más que festivo, con un humor satírico y diferentes gags y chistes divertidos con los que sacar alguna tímida sonrisilla y hacerte reír a carcajada limpia, sin tampoco llegar a morirte de la risa. Pero si el gato con botas solo se vistiera de una buena animación y unos cuantos chistes bien elaborados, tampoco lograría destacar tanto como lo hace; y es que su historia no viene vacía de sentido ni profundidad. Cargada de valores, Gato se enfrentará a un cambio personal, para hacer frente a varios miedos que todos poseemos y que nos eriza el pelo como a nuestro felino. Junto a esta lucha interna, tendrá que hacer frente a un muy temible antagonista, que como personificación del mismo miedo y toda la oscuridad que esconde tras su escalofriante silbido, consigue destacar como uno de los mejores puntos de la película y como a uno de los mejores villanos del estudio, que no es decir poco. Pero sus personajes secundarios, impossibles de obviar, tampoco se quedan atras. Por ahí andan Kitty Zarpas Suaves, Perrito, Ricitos de Oro con sus tres ositos y un avaricioso Jack Horner, que a parte de su gracia y carisma, cada uno de ellos está escrito de manera que no solo suponga una pequeña molestia para nuestro protagonista, sino que, en menor o mayor medida, aporten sus historias y motivaciones, evolucionando y negándose a quedar cómo unos simples y planos personajes de uso fácil e irrelevante, logrando un mayor desarrollo de nuestro amigo peludo y una trama más sentida y madura, con una innegable y mayor cercanía con el espectador, tenga la edad que tenga.

Engañándonos como a una secuela, consideraría “Puss in Boots: The Last Wish” como una especie de reboot del que solo mantiene lo mejor de su precuela y desecha casi todo lo demás, sin ser necesario ver su primera parte para disfrutar de ésta nueva aventura y dirigiéndose esta vez por el buen camino al destacarse de nuevo por el trato del clásico cuento de hadas tan característico de la saga de "Shrek", negándose a ser lo mil veces ya contado y aportando un granito de originalidad tan singular de las mejores películas de la saga. Pero nada de esto sería lo mismo sin la voz tan áspera como sedosa de nuestro querido Antonio Banderas, que una vez más, sin ninguna decepción, vuelve a asombrar con su felina interpretación que nos resulta ya tan familiar. Sin desmerecer a las demás voces del elenco, quienes encontramos nombres como las queridísimas Salma Hayek y Florence Pugh, entre otras.

Así pues, DreamWorks lo ha vuelto hacer. Siguiendo su tradición de hacer segundas partes tan o más memorables que sus precedentes, hace de "Puss in Boots: The Las Wish” una estupenda y encantadora película de aventuras, repleta de creatividad, atractiva, divertida, con un colorido y enérgico lenguaje visual, una notable evolución de personaje, y mucho más cargada de madurez y profundidad de lo que parece a simple vista, pués se atreve a tocar de cerca temas como la falta de identidad, la ansiedad o incluso la depresión. Consigue posicionarse como una de las mejore películas de animación del año y del estudio, capaz de hacer disfrutar a los más pequeños y, como a un ronroneo, tocar la fibra sensible, en más de una ocasión, a los ya más mayores.

Y yo que pensaba que la reinvención del cuento de Pinocchio de la mano de Guillermo del Toro lo iba a tener fácil para llevarse la estatuilla al mejor largometraje de animación… el duelo está servido. ¡Que gane el mejor!
Víctor Baylach
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8
11 de enero de 2020
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiempo lleva sonando el nuevo proyecto de Sam Mendes, quien en su día nos trajo películas como “Revolutionary Road”, “Road to Perdition” y su más renombrada película “American Beauty”. Esta vez, Mendes prometió un drama bélico con el que adentrarse en lo más profundo de las trincheras de la I Guerra Mundial, en un ambicioso trabajo de dirección, al usar solo dos falsos planos secuencia. En ella cuenta como dos jóvenes soldados británicos, Schofield y Blake, son encomendados por el general Erinmore, a una misión aparentemente imposible. Deberán dejar la trinchera y cruzar territorio enemigo para enviar un mensaje urgente al coronel Mackenzie. Si no llegan a tiempo, 1.600 soldados británicos, entre ellos el hermano de Blake, perderán la vida en un ataque estratégico alemán.

Con el pretexto de una misión imposible, el cineasta se adentra a un viaje en lo más crudo y desgarrador de la guerra. Un viaje que el espectador deberá afrontar recorriendo duras imágenes y violentas escenas que quedarán en su retina. Un recorrido entre barro, cadáveres y ratas, que aumenta la impresión del realismo gracias a dos falsos planos secuencia, gravado con gran habilidad, y junto a los calculados movimientos de cámara y su elaborada fotografía consigue que las imágenes hablen por si solas.

Para basarse en las anécdotas e historias de los soldados que no perecieron, Mendes explora los recursos que presta el belicismo con un guión sencillo y afectivo, con impactantes secuencias con las que expone al espectador ante un sentimiento real de tensión constante reflejando un ambiente de miedo y angustia.

El drama se intercala en secuencias de gran intensidad, alternadas por otras de falsa calma, tristeza e incluso belleza. Apoyadas por una banda sonora que brilla tanto por sus momentos de ausencia como por su fuerte y potente composición. Las detalladas escenografías y el diseño de producción son un gran aporte, al igual que las técnicas de sonido, que en conjunto hacen el relato más asfixiante, intenso, desolador, escalofriante y aterrador.

Las momentáneas aportaciones de Colin Firth, Mark Strong, Benedict Cumberbatch i Richard Madden engrandecen el círculo actoral, pero son George Mackay y Dean-Charles Champan quienes sustentan todo el peso del drama con actuaciones espléndidas y verosímiles.

Concluyo afirmando que “1917” entra en lo más alto del género bélico, junto a “Dunkirk”, ”Apocalypse Now”, "Full Metal Jacket", "Paths of Glory" o “Saiving Private Ryan” entre otras, aúnque es difícil evitar comparar la cinta de Sam Mendes con las ya dichas, ya que, en mayor o menor medida, bebe de todas ellas al recorrer y reflejar el horror de la guerra y su cruda realidad. Aun así logra ser una de las mayores apuestas de este pasado 2019, un año fabuloso para todo amante del cine gracias a películas de gran calidad, como es el caso de “1917”.
Víctor Baylach
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6
9 de septiembre de 2021
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oh amado y odiado Shyamalan, amo y señor del Plot Twist, e imposible de indiferencia. Tocaste el cielo al rompernos la cabeza con “The Sixth Sense” y desde entonces has intentado numerosas veces rozar un poco de ese cielo que ya no volviste a acariciar. Te acercaste bastante con “Unbreakable”, "Signs" y The Village". Te quedaste en un limbo medio (algunas más arriba y otras más abajo) con "Split", Glass, "Lady in the Water”, y “The Visit”, " Y te alejaste demasiado con “The Happening”, “After Earth” y “The Last Airbander “. Pero no te das por vencido, tus originales proyectos no cesan y a día de hoy nos traes tu nuevo intento: “Old”. Y bien, ¿Que será esta vez?

La nueva propuesta de M. Night Shyamalan es bien digna de su turbada cabeza. Una aparentemente feliz familia viaja de vacaciones a un paraíso tropical, alojados en un lujoso y seguramente costoso hotel. No tardarán en ir a una playa paradisiaca y recóndita, perfecta para encontrar un rato de bienestar. Pero no todo puede ser felicidad, y poco después de adentrarse en el paraje se verán envueltos en una más que extraña anomalía. Sin poder salir de allí, a medida que pasan las horas, cada uno de ellos irá envejeciendo más y más, hasta el punto que una vida se verá reducida a un día.

Bien, ya adentrados en el asunto, la curiosidad está servida. ¿Cómo lo hará el Sr. Shyamalan para desarrollar esta perturbada idea?: Apropiándose de un conjunto de situaciones e ideas tan eficientes como triviales. Su premisa le permite explorar a niveles fascinantes como afectaría un rápido transcurso de la vida a diferentes personas de distintas edades y personalidades, y si en algunos casos logra profundizar, ingeniar e incluso intrigar, en otros aspectos sólo logra ser papel mojado y quedarse en una floja premisa. Cabe añadir que sus ideas siempre irán acompañadas por una destacada puesta en escena y dirección hipnóticas que ayudan en la fluidez de su tiempo.

A pesar de ser una declaración de terror y suspense, no se puede ignorar su falta de consistencia y tensión. Shyamalan es un genio en tratar la sugerencia, pero en este caso, más por pasiva que por activa, no logra dar en el clavo. No puedo negar que en ciertos aspectos, aún por lo mínimo, me intriga lo que veo, pero en ningún momento me llega a inquietar o a sobresaltar. De todos modos, eso viene a gusto del consumidor.

Y llega el tercer acto, donde más se deshincha la historia. Parecía que Shyamalan tuviera prisa para contarnos el tan ansiado Plot Twist de semejante ida y acabarla a toda prisa. Lo que le interesaba contar ya estaba contado y, si en lo personal la idea me persuade ya que contiene cierta crítica y metáfora, las prisas nunca son buenas compañeras, y la historia termina de la manera más torpe posible con un falso clímax y flojo desenlace con el que deja mucho que desear. Una lástima.

Así pues, en estos tiempos dónde la originalidad es escasa y la calidad queda relegada a la cantidad; en mi injusto e insano juicio, con sus vaivenes y sus rarezas, “Old” es tan original cómo imperfecta, se deja ver y, a ratos, con cierto interés. Se posiciona junto a sus compañeras en su acomodado e intermedio limbo, siendo una película centrada exclusivamente en su atrayente nudo, pero que, desgraciadamente, sin quitar merito a los riesgos de Shyamalan, deja un sabor agridulce al no desarrollar todo su potencial y que, cómo a los personajes de su historia, no le sienta bien envejecer, sin lograr convencer del todo y mucho menos en su tramo final.
Víctor Baylach
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7
22 de enero de 2023
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo ver el trailer de la opera prima de Parker Finn como antesala de alguna de las muchas películas vistas en cine. Mi primera idea de la película “Smile” fue como la mayoría de las cintas del género de terror: otra de más. Llegó su estreno, y para mi sorpresa la película, respaldada por la crítica, era todo un éxito en taquilla, ambas cosas difíciles tratándose del género del horror. Fueron pasando los meses y el pequeño boom que vivió la película, se disipó rápidamente, pero se seguía manteniendo como una de las inesperadas sorpresas del año pasado dentro de su género. Así que ¡a la m*erda!, tras leerme varias críticas y alguna recomendación personal, encontré una de las poquísimas salas que, a tardes horas de la noche, todavía emitían la película, así que decidí meterme de lleno en la oscura sala de cine para poner a prueba si realmente “Smile” consigue hacerme reír o temblar.

En ella, seguimos a Rose Cotter, doctora en psiquiatría quien, después de presenciar un trágico y extraño incidente con una de sus pacientes, comenzará a experimentar sucesos aterradores que no puede explicar. Rose, deberá hacer frente a su inquietante pasado para intentar sobrevivir a esta nueva realidad que le acecha y le sonríe.

Después de un par de cortometrajes, “The Hidebehind” y “Laura Hasn’t Slept”, sin más pista de su creador, Parker Finn, se pone a prueba en el mundo de los largometrajes sin pretender innovar ni convertir “Smile” en una de las grandes películas de terror de la historia; y precisamente en eso radica su encanto. Siendo consciente de su más que convencional y trillado argumento, consigue destacar al identificarse como una obra moderna pero con el corte clásico de aquellas películas que mejor funcionaron en su pasado. Recordando a “It Follows” de David Robert Mitchell, sin llegar a su nivel, explora de nuevo la desesperación de un ente maligno inexplicable que te persigue sin piedad, dispuesto a acabar con tu vida sin mucho que tú puedas hacer.

Creando un atmosfera con la que solo podrás parar a respirar en determinador momentos, “Smile” promete ser un viaje inquietante al mantener una tensión constante gracias a su música escalofriante, a ciertos encuadres donde dirige el peso visual a un lado, para equilibrar el plano con desenfoques oscuros que sugieren al espectador para que en todo momento te esperes lo peor, y por sus jumpscares bien diseñados y en su mayoría efectivos. Con un buen ritmo trepidante, si durante su inicio y nudo la película funciona, es en su previsible desenlace cuando más se me deshincha, sin llegar a ser un mal final pero si dejándote con la sensación de haber podido ser algo mejor. Más allá de su terror, si algo le agradezco a la película es su lucha por llegar a ser algo más. A pesar de hacerlo con muy poca sutileza, “Smile” viene cargada con un fuerte e importante mensaje de la alegoría de la sonrisa y lo que escondemos tras ella, dándole significado a su historia y que gracias a ello consigue hacerse tridimensional para no quedarse en la típica película de terror al uso.

Acompañada por un correcto elenco de actuación, la película se apoya por completo en la destacada Sosie Bacon, quien consigue darle un toque de mayor credulidad a esta terrorífica historia.

Sin llegar a ser demasiado original, gracias a sus siniestras imágenes, su inquietante atmosfera y su fuerte mensaje, si consigue destacar y trascender al ser un viaje con el que poder llegar a pasarlo realmente mal, traduciendo eso en que cuanto peor lo pasamos más lo disfrutamos. Llegando a irme de la sala con una tímida sonrisilla y con ganas de hacer la sonrisa más macabra posible para asustar a todo el que se me cruce.
Víctor Baylach
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8
13 de abril de 2021
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hecho de perder de forma brusca uno de nuestros sentidos más vitales es un miedo que a todos nos ha rondado alguna vez por la cabeza. ¿Cómo reaccionarias tú, amante del cine, si perdieras la vista?, ¿Cómo afrontaría el catador una pérdida del gusto?, o ¿Cómo reaccionaría un músico a una perdida total de su escucha?. “Sound of Metal” nos adentra en la pesadilla de Ruben, un joven baterista de una pequeña pero prometedora banda de Black Metal que de manera repentina pierde casi su total audición.

Con el guion de “The Place Beyond the Pines” a sus espaldas, Darius Marder da el salto a la dirección de largometrajes en este profundo drama de discapacidad, nada típico, al que no se regodea en la propia desgracia del protagonista. Des de su inicio, Ruben, interpretado por un increíble e inmejorable Riz Ahmed, se batirá en una lucha consigo mismo para recuperar su audición o aceptar su hipoacusia, un proceso al más parecido duelo que dota la película de gran naturalidad y autenticidad, con un desarrollo donde nada se siente forzado, explorando la psicología ex adicta del protagonista, pasando por la negación, la ira y la negociación, e incluso por el aprendizaje, la solidaridad y la unión que le brindan sus semejantes.

Si bien Riz Ahmed hace una interpretación completamente sentida y emocional con la que engrandece enormemente la película, ésta, a la par que a su intérprete, se entrega a la pura magia y al brillante uso del ruido y el silencio. Los diferentes y complejos diseños de sonido complementan la aterradora experiencia con sentimientos y emociones que se nos cuelan por el oído, pasando por suaves y profundos sonidos de percusión, hasta por distorsionantes chirridos metalizados.

Una magnífica opera prima, cargada a los hombros de Ahmed y de las técnicas de sonido, que junto a una buena dirección y un notable guion que no decaen en clichés ni romantiza la sordera, hacen de ella mucho más que un drama de aceptación, causándome conmoción, y colándose en lo alto de las mejores películas del pasado año. “Sound of Metal” una obra de adaptación, intimista y a momentos angustiante, que hace del sonido enfrentamiento y evolución para encontrar belleza y paz en el silencio.
Víctor Baylach
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