Haz click aquí para copiar la URL
España España · OVIEDO
Críticas de ALESNAKE
<< 1 30 38 39 40 41 >>
Críticas 201
Críticas ordenadas por utilidad
8
12 de marzo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Enérgica radiografía social y delicado prisma observacional sobre la dicotomía tiempo-espacio y su relación con la identidad en base al estudio de un personaje maravilloso.
-Sonia Braga completa una de las mejores interpretaciones del año, sencillamente inmensa.

Llevaba bastante tiempo con esta película apuntada en la lista de pendientes de 2016. Había leído cosas muy curiosas sobre ella y además el anterior trabajo del director, “Sonidos del barrio”, fue fruto de mi interés, en especial por lo mucho que tenía que decir. El director y guionista tras estas dos películas se llama Kleber Mendonça Filho. Es curioso que el título de este nuevo filme cambie tanto -aparentemente- en la traducción de nuestro país. El título original es “Aquarius”, el edificio dónde transcurre la película, mientras que en España la película se titula “Doña Clara”, nombre de la protagonista a la que da vida Sonia Braga. Ambos personajes, edificio y mujer, forman parte el uno del otro. De eso precisamente trata esta película.
Lo material y lo personal irremediablemente unidos por la acción de la vida. Un mensaje que se mantendrá central en la historia de esta mujer, Doña Clara, a la que acompañaremos en tres capítulos titulados: “El cabello de Clara”, “El amor de Clara” y “El cáncer de Clara”. Nombres relacionados con la personalidad de la protagonista y como los hechos del pasado le han ido dando forma. El primer capítulo sucede casi cuatro décadas antes del presente de la cinta. En una playa, en los años 80, con una canción totalmente relevante para el personaje y el discurso. Después una fiesta que concluye con un fascinante fundido encadenado del salón a través del que pasan 36 años. Un retrato brillante del desarrollo de la vida así como el paso del tiempo sobre el espacio físico y su importancia. Si antes conocíamos a una joven Clara de pelo corto, ahora entra en escena más madura y extendiendo su larga melena. La entrevista posterior será solo el punto de partida de ese mensaje sobre el valor histórico, cultural y vital de los objetos y del arte; así como de las vivencias y emociones que surgen inherentes a los mismos. Si ésto fuera tachado de “materialismo” sería por una triste estrechez de miras.
En especial, porque lo que Mendonça Filho nos ofrece es una apasionante alegoría política y social que sorprende al decidir fijar su mirada en los detalles y los sentimientos, en el terreno humano, su personaje principal. Una mujer incomprendida, en su decisión, por todos a su alrededor; pero que defiende sus valores arraigados a lo largo de una vida. Una suerte de dualidad entre abuela y niña, entre su amor a cada recoveco del pasado y su rebeldía y libertad para afrontar el presente. Y al igual que el Aquarius, afectada o quizás reforzada, por el paso del tiempo; que puede haber hecho mella en su cuerpo pero también la ha convertido en una mujer llena de vida en cada gesto, como el edificio está lleno de historias y emociones en cada viga. Gran parte de ésto se lo debemos a la magnífica interpretación de Sonia braga, que aguanta la película con una sofisticación y vigor increíbles, a la par que construye un personaje repleto de matices y sensibilidad. La mayor pega de la cinta es su giro final, que seguramente generará debate, y un desenlace demasiado precipitado pero cuyo impacto es irreprochable.
“Doña Clara” profundiza en una historia en la que se podrían haber tomado muchas malas decisiones. Sin embargo el cineasta elige no tomar como centro la pelea entre individuo y sociedad empresarial, sino simplemente al individuo como narración de una vida, de sentimientos y experiencias que va acumulando de diversas maneras y le dan forma como persona. Por esa razón esta es una película genuina y a menudo extraordinaria. También porque Sonia Braga es el alma resistente y hermosa de la película. Al final no importa si hablamos de un apartamento, un vinilo de John Lennon o una obra cinematográfica, realmente hay cosas que no tienen precio.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
1 de octubre de 2016
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Una película empecinada en mostrar su admirada rareza únicamente a través de su CGI. Carente de espíritu, sentido de la maravilla, ansía de descubrimiento o historia. Burton sigue dando palos de ciego.
-El guión es plano, confuso y aburridamente simplón. El reparto no pasa de la mera competencia. Las ocurrencia de Burton no salen del terreno visual.

Voy a ir directo al grano con esta película. Desde 2007 Tim Burton no ha hecho ni una película que realmente merezca la pena. Son 9 años de falta de ideas y películas desastrosas entre las que se salva un poco “Frankenweenie”. Esa vuelta a los orígenes (su corto homónimo de 1984) en forma de homenaje animado al cine de terror, resultó tan lineal y poco sorprendente, como entretenida. Ahora con septiembre diciendo adiós y octubre entrando por la ventana, Burton nos trae su nuevo y peculiar proyecto, basado en la novela de Ransom Riggs. Niños inadaptados con poderes, bucles temporales, monstruos invisibles, etc. Parece un marco teórico prometedor para lo nuevo de Tim Burton. El guión corre a cargo de Jane Goldman (“Kingsman”, “X-Men First Class”) y en el reparto el cineasta reúne a un grupo de actores de renombre entre los que se encuentran: Asa Butterfield, Eva Green, Samuel L. Jackson, Terence Stamp, Judi Dench y Ella Purnell. Ahora veamos que ha hecho director de “Ed Wood” con su nuevo trabajo tras las cámaras.
La película comienza bien, su tramo inicial me mantiene interesado en ver como avanza la historia. Pronto se pone de manifiesto que Burton sigue tratando los temas pasados de su filmografía y las reminiscencias se hacen patentes. Los tintes de “Big Fish” están claros en un principio, aunque el director busca más el homenaje a la fantasía literaria y el cuento de terror. Los contrastes entre Florida y Gales o entre el orfanato y el mundo real, son herramientas para transmitirnos el desgastado y característico mensaje, que se muestra totalmente falto de pasión, rareza o cariño. Y así es como llego a dos factores paradójicos simultáneos, la frialdad y la vulgaridad. Burton nos vuelve a decir lo genial que es ser peculiar, pero lo hace con una película corriente y manufacturada, que no tiene nada insólito, sino fórmula común de la literatura fantástica adolescente. En la otra cara de la moneda está la frialdad. No hay emoción por lo que se cuenta, la película es fría y sólo en algunas ocasiones percibimos un destello de fascinante melancolía quejumbrosa y casi moribunda. Esto se refleja bastante bien en los personajes, no tienen el mínimo desarrollo y andan escasos de carisma, se definen por sus rarezas (cómicas y llamativas; nunca dramáticas, íntimas, ni humanas) y al ser numerosos, nunca tienen suficiente tiempo para gustarnos. La cosa empeora conforme pasan los minutos, puesto que los efectos digitales le ganan terreno a la historia. También cuadra que la dirección de Burton me gusta aún menos conforme avanza el filme. El director no consigue que me crea nada de lo que pasa y hay tantos momentos innecesarios que bien podrían haber reducido media hora el metraje para lo larga que se hace la película. No ayuda que el guión sea un cúmulo de chistes fáciles, situaciones aburridas de manual y resoluciones insípidas. La segunda hora directamente elimina el contenido y la narración, dejando los diseños de Burton como único elemento destacable. Aún así, la asfixiante extravagancia de su aparatoso CGI, no deja lugar para nada más y aumenta el tedio hasta llegar a un insoportable climax con momentos sonrojantes. El desenlace es tan típico como cabría esperar.
Tim Burton regresa con una película muy poco inspirada, corriente, de artificios vacíos y sin emoción. La inventiva, el espíritu, el corazón, la narrativa y el drama; parecen ser elementos secundarios escondidos bajo el CGI y un guión tan domesticado como insípido. Se ve sin problemas (salvo el tramo final) y se olvida en unos días. Sin duda Eva Green y su personaje son lo más reseñable de la película (obligatorio verla en VOSE). Y sí, se echa de menos a Danny Elfman.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
26 de noviembre de 2016
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Berg logra incrustar la llameante asfixia en el espectador, pero la falta de contenido convierte la propuesta en una película más de catástrofes. El aburrimiento se apodera de mí.
-A pesar de ser dramáticamente nula, el reparto hace un gran trabajo dándole humanidad a sus personajes. Estupendo Kurt Russell.

Voy a ser claro, en general me aburre el cine de catástrofes. Más concretamente la situación actual del género, que es una fuente inagotable de explosiones donde predomina la absurdez, la superficialidad, la inanidad y -a menudo- el sentimentalismo de telefilme. Cuadra que tampoco me gusta Peter Berg, pues en lo que a cine se refiere prácticamente solo le acepto “Hancock”. Y seamos sinceros, sus dos últimas películas (“Battleship”, “Lone Survivor”) son horribles, deplorables. Aunque siempre ha tenido cierta habilidad para recrear el infierno en la tierra a base de gruesos brochazos, así que esta historia podía funcionar bien en sus manos. De todos modos el punto que llama la atención es ni más ni menos que un reparto en el que, si bien la cara de cartel es la de Mark Wahlberg, interesa más el resto de actores de protagonismo coral que lo integran. Entre ellos: Kurt Russell, Kate Hudson, John Malkovich, Dylan O'Brien, Gina Rodriguez, Ethan Suplee y Brad Leland. Veamos si Peter Berg se apunta un tanto a favor o si con la ironía como enemiga, su película es una catástrofe.
La cinta tiene un inicio largo y muy bien planteado por parte de Berg. El director consigue que conozcamos a casi todos los miembros de la Deepwater y al mismo tiempo juega con los malos augurios. Este tramo puede hacerse pesado para los espectadores que vayan solo por los fuegos artificiales, los demás lo agradecerán a pesar de la verborrea. A lo largo de este planteamiento, el reparto consigue humanizar a sus personajes, algo necesario para que en el desarrollo de la acción actúe la empatía y nos preocupemos por su supervivencia. Wahlberg aporta algunos matices interesantes pero destacan los cara a cara entre Kurt Russell y el “malo” de la función, John Malkovich. A la hora de la verdad, cuando todo empieza a explotar, Berg consigue introducirnos en ese infierno de lodo y llamas en medio del mar. El ritmo de las escenas es el adecuado pero no puedo evitar aburrirme de forma considerable, probablemente porque la trama y el mensaje quedan reducidos a lo anecdótico y sin eso no es más que otra película de catástrofes reales del montón, que destaca por su forma de arrastrar una pesada tendencia al vocabulario técnico con la que remarcar su realismo. La intensidad por si sola, sin un contenido que la canalice, no puede interesarme. De ahí que el aburrimiento me saque de la película y dejen de importarme cualquiera de los personajes a pesar de la buena labor del reparto. Lo que queda es mirar las agujas del reloj, ver desde la desidia como sucede todo y esperar hasta la conclusión, en la que Berg prefiere derivar hacia el sentimentalismo antes que reforzar las posibles moralejas de la historia.
Puedo dar fe de la solidez de los apartados técnicos, de la buena labor del reparto, de la energía que tiene la cinta y de algunos detalles muy curiosos que engrandecen la propuesta. No obstante “Deepwater Horizon” es una película terriblemente soporífera en cuanto a que el contenido queda en último lugar, eliminando el mensaje y trivializando el drama humano. La furia que encontramos aquí no es la de una crítica a las grandes corporaciones codiciosas e incompetentes, es únicamente la de las explosiones. Y eso, al menos para un servidor, es mucho más aburrido.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
27 de enero de 2018
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Una película que respira a través de cada poro. Todo evoca, sugiere y suscita.
-Chalamet y Hammer son una de las parejas del año en una de las mejores películas del 2017.

No sé si alguna vez les ha pasado cuando deciden dar un paseo. En ocasiones mi rostro se topa con un repentino rayo de sol que me ciega por un instante. En un primer momento me resulta molesto, por inesperado. Sin embargo, una vez pasada la sorpresa, el tiempo parece detenerse, y ese rayo de sol se revela como uno de los mejores momentos del día. Algo semejante me ha ocurrido con esta película de Ivory y Guadagnino. En un principio mi percepción solo alcanza a reconocer a un puñado de peleles artificiales de clase alta, que se me atragantan por su moderna condescendencia, su forzada pretenciosidad y su plana artificialidad. Nada más lejos de la verdad, aunque cierto contexto social se mantenga cuestionable, pues “Call Me by Your Name” es una historia que florece, repleta de detalles extraordinarios, sentimientos complejos y hermosa imperfección. Ivory y Guadagnino han creado una de las experiencias cinematográficas más ricas y estimulantes del año.
Pocas películas son capaces de crear un significado tan palpable, relevante y sensual de cada uno de los elementos que forman su mundo ideal. Ahí está el albaricoque, como paradigma de todo, como metáfora central. Alrededor, la brisa, la humedad, el perfume, el calor veraniego y la distancia a modo de protagonista de un relato que enfrenta opuestos, que evoca con valentía y afronta con intensidad. Una historia de pocas palabras que prefiere prestar atención a las miradas y especialmente a los cuerpos de sus personajes. Chalamet (Elio) y Hammer (Oliver) realizan dos interpretaciones extraordinarias, orgánicas; su química en pantalla es sencillamente inolvidable. Sin embargo la cámara de Guadagnino no se detiene en la descripción prosopográfica de sus criaturas, sugiere y provoca con cada ladrillo de ese pueblecito italiano, repleto de sutiles surcos e interminables curvas que nos instan a desear. Todo lo que rodea a Elio y Oliver tiene una historia que contar, pero no pertenece al ámbito narrativo; esa es la grandeza de este grávido cuadro del cineasta. Una obra que no puede ser definida únicamente como un retrato del placer o una disección de la juventud y el descubrimiento sexual; al menos no después de su maravillosas escenas conclusivas, que llevan el filme hasta el clímax de su madurez.
Es una película que transpira fertilidad, belleza y sabiduría. Va floreciendo, creciendo, con el transcurso de los minutos hasta sus dos escenas finales, que suponen respectivamente una de las mejores lecciones paternales de la historia del cine y uno de los mejores planos finales de los últimos años. Mientras visionas “Call Me by Your Name” da la impresión de que el tiempo se detiene, de que estamos bajo el influjo de un luminoso hechizo de verano. Lo significativo viene después, cuando el hechizo termina y sales al frío del exterior, cuando se acaba el verano. Eres consciente de que permanecen en ti tanto valiosas lecciones como intensos recuerdos.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
19 de agosto de 2016
14 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Una película innecesaria, con dirección y guión desechables. Paul Feig mete el pie en un gran charco de lodo jugando con la nostalgia. Y adivinen qué, el reparto no tiene la culpa.
-La película es mejor que los horribles trailers y puede verse bastante bien. Junto con el enérgico reparto, las únicas cosas buenas que tengo que decir.


Antes de ponerme a hablar de la nueva “Ghostbusters” creo oportuno decir que el filme original de Ivan Reitman es para muchos de nosotros un clásico de la infancia. Entiendo que sea algo subjetivo, y que muchos vean risible tildar de clásico a esa película cuando el término (con matices variables) va ligado a otros filmes inolvidables como “La gata sobre el tejado de Zinc”. El que escribe estas líneas creció con las dos aventuras de los Cazafantasmas, aunque sólo le tiene gran aprecio a la primera de ellas. Cuando descubrí que se estrenaría una nueva entrega no fue el reparto femenino lo que me echó para atrás. Fue en primer lugar intentar asimilar que no estaría protagonizada por el reparto original, en segundo lugar que borraran los acontecimientos de las anteriores entregas (es decir que fuera un “reboot” en lugar de una secuela) y en tercer lugar unos trailers pésimos. Tras toda la polémica machista y las típicas tonterías típicas de las redes sociales, el “haterismo” y la correción/incorrección política de las nuevas generaciones que hace poco evidenció el maestro Eastwood; quedaba ir al cine a ver de que forma cogía el testigo Paul Feig (“La boda de mi mejor amiga”, “Spy”). El conocido reparto lo encabezan -entre otros- nombres como: Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Leslie Jones, Kate McKinnon, Cecily Strong y Chris Hemsworth.
El primer soplo de aire fresco lo da saber que los trailers cogían escenas muy poco inspiradas de la película. Aún con todos sus problemas y su tremebunda falta de ingenio, alma y guión; es una película mejor de lo que se entreveía en los trailers. Aparte de eso puedo decir que el reparto tiene la química habitual, y que Feig sigue sabiendo trabajar con ellas. La sorpresa de la película la da Kate Mckinnon, la actriz se come las escenas a bocados. Es fresca, alocada y fantástica en su rol de científica retro y chiflada. Quitando esas dos alegrías, hay poco que elogiar de esta película. Cumple la función de entretener, comienza con unos minutos bien planteados y deja un par de diálogos perspicaces (el humor visual es un fracaso permanente) a lo largo de 117 minutos de película. Por lo demás no hay nada. Escenas manufacturadas entre la acción y la comedia con breves toques de terror en los que la película gana enteros. Casi nada funciona como debería, más que una película sólida el producto parece una serie de sketches repletos de chistes propios de un primer borrador. Y con el paso de los minutos intenta convertirse en una especie de película de superhéroes con escenas de acción de manual, un villano inconsistente, la aburrida música de Theodore Shapiro y los típicos efectos especiales. Por último, me cuesta creer que la cinta se crea ingeniosa cuando no tiene ni pies ni cabeza. La mayor parte del tiempo es horriblemente infantil y en muchas ocasiones hace malabares con el patetismo más absoluto y sonrojante. Los cameos son perezosos y muy condescendientes, y lo peor de la película -con diferencia- es el irritante personaje de Chris Hemsworth. Si como un servidor pensáis que Ralph Wiggum pasó de ser un personaje entrañable, humano y complejo; a un idiota sin gracia, vais a echaros a llorar con la vergüenza ajena que llega a provocar este pertinaz secundario.
Llegamos al punto final. La nueva entrega de “Ghostbusters” no está a la altura de sus predecesoras, sigue la fórmula Feig al pie de la letra y no le funciona nada bien. Carece de perspicacia, pasión, comicidad o cierta novedad que la convierta en algo necesario. El reparto sigue haciendo gala de gran cantidad de recursos cómicos (aunque algunos empiezan a cansar), pero son incapaces de salvar la película del desastre. La inspiración, la agudeza o el humor son tan difíciles de encontrar en esta película, como un fantasma en la vida real.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 30 38 39 40 41 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow