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Críticas de La Taverna del Mastí
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Críticas 204
Críticas ordenadas por utilidad
8
9 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de la historia del séptimo arte, muchas son las películas que, para bien o para mal, han tratado el tema de la esclavitud humana, como por ejemplo la oscarizada "Ben-Hur" de William Wyler; "Mandingo" de Richard Fleischer; la inolvidable miniserie televisiva "Raíces"; "El Color Púrpura" y "Amistad" del rey midas de Hollywood Steven Spielberg; y la más reciente obra maestra de Quentin Tarantino "Django Desencadenado". El director británico Steve McQueen es el último en tratarlo con su tercera película detrás de las cámaras, titulada "12 años de esclavitud" ("12 years a slave" en su título original en inglés), y que viene avalada por el flagrante triunfo en los premios Oscar.

Esta premiada cinta (mejor película, guión, y actriz secundaria) adapta la terrible historia real de Solomon Northup, un músico culto y libre que en una entrevista de trabajo es drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en el Sur, en una plantación de Louisiana. Renunciando a abandonar la esperanza, Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia, al abuso emocional y a la desesperanza; mientras él lucha durante esos doce años por conseguir su libertad.

Huelga decir que McQueen, que con su anterior película (la recomendable "Shame") ya apuntaba maneras, dirige con brío y valentía, demostrando todas las tablas y oficio que atesora, y confirmando que es uno de los mejores realizadores en el panorama cinematográfico actual. Me encanta la forma en que el director nos introduce en la historia, con una primera hora verdaderamente brillante.

Destaca el gran trabajo del elenco actoral, tanto de los principales como de los más breves y secundarios. Así en pequeños roles podemos encontrar a Paul Giamatti y Paul Dano, que ambos están realmente espléndidos bordando sus roles de odiosos negreros. Benedict Cumberbatch, que interpreta al benévolo terrateniente Ford, está realmente bien (lástima que no tenga un rol con más peso); además de Sarah Paulson (vista en la serie "American Horror Story") que realiza una señora despiadada y resentida a partes iguales; y también el pequeño (pero muy importante) rol de Brad Pitt (que también ejerce de productor del filme).

En los papeles protagónicos encontramos a Chiwetel Ejiofor, que construye con solvencia el personaje de Solomon, y que posiblemente sea la mejor interpretación de su carrera. A pesar de que le falte algo de alma, quizás debido al propio enfoque que McQueen le ha dado al guión (algo que ya hizo y le funcionó a las mil maravillas con el personaje interpretado por Michael Fassbender en "Shame"), pero en esta ocasión no esté tan logrado. También encontramos a Michael Fassbender (actor fetiche del director), que está realmente descomunal construyendo al denigrante Edwin Epps. Viendo todo lo que hace este hombre, y la manera que tiene de justificarse (ante Dios porque así está reflejado en la Biblia) me pone realmente enfermo y me hace reflexionar en cómo ha sido capaz el ser humano de realizar tales barbaridades contra otros seres humanos, sin ser conscientes de ello. Aunque la mejor interpretación de todas, es la de Lupita Nyong’o, que bien le ha valido ganar su primer Oscar. Es impresionante la forma en que desempeña su personaje, con sus expresiones faciales, y esos matices. Sin lugar a dudas, es un debut en el cine por la puerta grande.

Hay tres escenas que me han marcado de sobremanera, poniéndome los pelos como escarpias: una es la violación sufrida por Lupita Nyong’o; la otra es la brutal paliza, látigo en mano, de Fassbender a Nyong’o; y la última (y para mí la mejor de todas) es la del ahorcamiento de Ejiofor, el cual en el transcurso de prácticamente un día, lucha con las puntitas de sus pies por su vida, mientras los demás, temerosos e impasibles, no hacen nada para ayudarle, siguiendo con sus tareas cotidianas impuestas. Me encanta como McQueen ha rodado esta escena, con planos fijos sobre Chiwetel Ejiofor colgado de aquel árbol y esos primeros planos de los pies luchando en el fango y ese rostro que muestra la intensa agonía padecida; es realmente sobrecogedora y sublime.

En menor medida me ha gustado la fotografía, que en ocasiones me ha recordado vagamente a ese estilo inconfundible de Terrence Malick, evocando belleza poética, pero solamente en momentos puntuales del filme. Y también, a pesar de ser algo mecánica y poco inspirada la banda sonora, hay determinados momentos que funciona; destacando las canciones que cantan los esclavos en los campos de algodón.

Por contra me gustaría decir que McQueen se centra en mostrar solamente la tortura física en detrimento de la emocional (por eso comentaba antes que al personaje de Ejiofor le faltaba alma), incidiendo demasiado en la segunda hora del filme con la finalidad de impactar en el espectador. Que ciertamente lo consigue, pero pienso que es algo excesivo y redundante; además de alargar en demasía la película, que con veinte minutos menos hubiera podido ser mucho mejor. Además me ha chirriado lo del hombre blanco (interpretado por Garret Dillahunt) que, de la noche a la mañana y sin explicación previa, se pone a trabajar junto con los esclavos. Me ha parecido un recurso forzado y metido con calzador utilizado por McQueen para hacer avanzar la historia.

En definitiva, a pesar de su gran triunfo en los premios Oscar, "12 años de esclavitud" no es una obra maestra; pero tampoco le hace falta, porque con todas sus virtudes (que son muchas) y sus defectos, es una película notable, y por supuesto, muy recomendable. Además que pasará a la historia (si no lo ha hecho ya) como una de las más brutales y desgarradoras películas sobre la esclavitud jamás filmadas.
La Taverna del Mastí
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8
26 de julio de 2014
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se puede afirmar que el simple hecho de ser padres muchas veces nos atemoriza, por la responsabilidad que implica serlo. La palabra responsabilidad significa la habilidad de responder ante una realidad, y ésta la consideramos demasiado grande y difícil, ya que siempre hemos escuchado que "nadie nos enseñó a ser padres". Esto es una falsa creencia limitante para justificar conductas nuestras, o de nuestros hijos, que no queremos afrontar. ¡Nuestros mejores maestros hemos sido nosotros mismos! Y no hemos caído en cuenta. A partir de haber vivido una infancia feliz o infeliz, yo sé qué es bueno para un niño, qué siente un niño, la perspectiva de un niño, qué lo puede dañar y cómo me gustaba a mí o me hubiera gustado que me trataran; así que es a partir de mi vivencia de mi infancia, por la cual yo aprendí a ser un buen padre o una buena madre.

Apoyándose en estos conceptos, José F. Ortuño y Laura Alvea han cimentado la película que nos concierne: "The Extraordinary Tale"; un cuento sobre una pareja un tanto especial y particular (debido a que sufren un grave trastorno mental derivado de una infancia difícil), y que tienen que afrontar la arduosa tarea de ser padres.

Para llevar a cabo tal historia, sus directores le han dado un toque especial, bastante original, con grandes dosis de humor negro, una estética fantástica deudora del cine realizado por Jean-Pierre Jeunet (responsable de la maravillosa "Amelie" [2001]), que la convierten en una de las más fascinantes, e ilusionantes, operas primas creadas en España en mucho, mucho tiempo.

Destaca el impresionante trabajo de su pareja protagonista, formada por el estadounidense Ken Appledorn y la actriz canaria de origen alemán Aïda Ballmann; que con sus múltiples gesticulaciones, y matices, llena la pantalla, apoderándose de ella, y que por momentos me ha recordado al cine mudo de los grandes Charles Chaplin o Buster Keaton, salvando las distancias evidentemente. La banda sonora compuesta por Héctor Pérez también me ha parecido estupenda, encajando como anillo al dedo dentro del contexto del filme.

En conclusión, "The Extraordinary Tale" se erige como una notable y atípica pequeña joya, que se desmarca del resto por su imaginativa estética, su propuesta fresca y entrañable, su premisa con calado, y el rebosante talento de sus directores y plantel de intérpretes; sin lugar a dudas, una verdadera maravilla.
La Taverna del Mastí
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7
25 de enero de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el término de la Segunda Guerra Mundial, de bien es sabido que las tensiones internacionales entre la Unión Soviética y Estados Unidos crecieron exponencialmente hasta el punto de dar paso a lo que se conoce como la Guerra Fría. Dentro de aquel conflicto, la carrera espacial se puede definir como una subdivisión dedicada exclusivamente al ámbito espacial. En ella, ambos países centraron sus esfuerzos en explorar el espacio exterior con satélites artificiales, de enviar humanos al espacio y de colocar a un ser humano en la Luna. Todo ello se inició debido al lanzamiento del Sputnik 1, el cohete que los soviéticos pusieron en órbita a finales de 1957, convirtiéndose en el primer satélite artificial en alcanzarla. Por sus implicaciones militares y económicas (cabe recordar que el Sputnik era una versión modificada de un misil ICBM) el cohete ruso causó miedo y provocó debate político en Estados Unidos, dando inicio a lo que se conoce como el 'Proyecto Mercury', que básicamente se trataba de llevar a una persona a la órbita terrestre, tan pronto como fuera posible.

Durante el programa Mercury, los ingenieros estadounidenses se vieron presionados ante los desafíos que implicaban la construcción de una nave segura, que permitiera a un astronauta llegar hasta la órbita terrestre sin ser destruido por las enormes aceleraciones que ello implicaba, así como las diversas situaciones extremas propias del ambiente espacial: el vacío, las bruscas fluctuaciones de temperatura y la recién descubierta radiación del espacio. Para lograr construir tales artefactos, y teniendo en cuenta que los ordenadores estaban prácticamente en pañales, todos los complicados cálculos matemáticos los tenían que realizar manualmente, y ahí es cuando entran Dorothy Vaughan, Mary Jackson y Katherine Johnson.

La película que nos concierne, titulada "Figuras ocultas", nos relata la fenomenal historia de estas tres mujeres matemáticas afroamericanas, que trabajaban en la NASA y cuyos cálculos impulsaron uno de los mayores logros espaciales de Estados Unidos, conseguir que el astronauta John Glenn girara en órbita alrededor de la Tierra. Ellas estuvieron en la vanguardia del movimiento feminista y por los derechos civiles, y su talento les hizo convertirse en verdaderas pioneras, propiciando que formaran parte de las mentes mas brillantes de su generación. En primera instancia, estas mujeres eran relegadas a enseñar matemáticas en las escuelas publicas segregadas del sur; sin embargo, fueron llamadas a servir durante la escasez laboral de la Segunda Guerra Mundial, cuando la industria aeronáutica de Estados Unidos se encontraba en extrema necesidad de alguien con conocimientos. Repentinamente, estas profesionales tenían acceso a un empleo digno de sus habilidades y respondieron a la llamada del 'Tio Sam', se mudaron a Hampton, Virginia, y pasaron a formar parte del fascinante mundo del Laboratorio Aeronáutico Langley Memorial. A pesar de que las leyes de Jim Crow de Virginia les obligaba a estar separadas de sus homólogos blancos, el grupo de mujeres afroamericanas (conocidas como las 'Computadoras del Oeste') ayudaron a los Estados Unidos a alcanzar una de las metas mas deseadas, tener el completo dominio de los cielos sobre la Unión Soviética.

El cineasta estadounidense Theodore Melfi es el encargado de dirigir la historia, basada en hechos reales recogidos en el libro homónimo de Margot Lee Shetterly, consiguiendo una película interesante, con buenos toques de humor, demostrando que se desenvuelve bien en la comedia, como ya evidenció en su anterior filme, la estimable "St. Vincent" que contaba con un divertido y canalla a partes iguales Bill Murray; asimismo, cabe indicar que destacan las interpretaciones de su excelente elenco, como la recientemente nominada a los Oscar, Octavia Spencer; también una brillante Taraji P. Henson, que bajo mi punto de vista es la mejor del reparto; además de unos solventes Janelle Monae, Kirsten Dunst, Jim Parsons y Kevin Costner. No obstante, a pesar de contar con un punto de partida muy bueno, Melfi no consigue profundizar demasiado, perdiéndose entre demasiada jerga científica, en vez de centrarse en la odisea racista que sufrieron estas mujeres para convertirse en las mentes mas brillantes de su generación.

En conclusión, "Figuras ocultas" es una cinta simplemente correcta, que plasma en la gran pantalla la crónica de aquellas "computadoras humanas", que con sus lápices, reglas de cálculo y máquinas de sumar ecuaciones cambiaron sus vidas a lo largo de casi tres décadas, enfrentándose a numerosos desafíos, alianzas y utilizando su privilegiado intelecto para cambiar el futuro de su país.
La Taverna del Mastí
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7
15 de marzo de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los zombies están de moda. Sí. Como si de un virus se tratara, el género zombie ha conseguido "infectar" a una gran parte de la población hasta convertirlo en todo un fenómeno de masas; no obstante, este fenómeno no es nuevo. El célebre intelectual estadounidense Noam Chomsky, en una teleconferencia que dio para el Massachusetts Institute of Technology, reveló la razón de porqué están tan de moda los muertos vivientes, afirmando que se debe a un reflejo del miedo y de la desesperación del ser humano. Sea como fuere, esté en lo cierto (o no) el ensayista, cabe decir que desde hace unos años, los zombies han asaltado masivamente todos los formatos y géneros que tiene el entretenimiento, como las novelas, los cómics, los videojuegos, los mangas, las series de televisión, las películas y hasta las obras de teatro.

Precisamente de un manga japonés parte esta película que nos concierne, titulada "I am a Hero", que llega a las carteleras españolas impulsada por la imperecedera moda zombie actual, el gran éxito de la serie de Robert Kirkman "The Walking Dead", y el estreno este año 2017 de dos cintas zombiescas muy potentes (que también pasaron y fueron premiadas en Sitges), como son "Melanie: The girl with all the gifts" (Colm McCarthy, 2016) y sobretodo "Train to Busan" (Yeon Sang-ho, 2016). El manga, de título homónimo, fue creado en 2009 por Kengo Hanazawa, que también se encarga de escribir el guión (junto con Akiko Nogi), siendo todo un éxito en el país nipón. Sería algo así como meter en una batidora metafórica la serie de "The Walking Dead" junto con el videojuego "Dead Rising", pero en un tono mucho más gamberro, sangriento y políticamente incorrecto; de hecho, hay una brillante pullita en el filme que define perfectamente este razonamiento, la cual uno de los personajes, tras reventar literalmente la cabeza de un zombie con un bate metalizado, alude que si tal acción se desarrollara en una película estadounidense, con un disparo en la testera hubiese bastado. El concepto queda más claro que el agua. Cuanto más bestia, bizarro y sanguinolento, mejor que mejor. Así que, con todo, conforma una de las películas más cruentas de los últimos tiempos.

Shinsuke Sato, un verdadero experto en la materia, ha sido el encargado en llevar a la gran pantalla el delirante manga de Hanazawa. Sato ya demostró su maestría cuando en 2010 encabezó la adaptación cinematográfica de uno de los mangas y animes más transgresores de las últimas décadas, "Gantz", y convirtió ambas películas en grandes éxitos de taquilla. Un éxito que ha repetido con "I am a hero", y que fue presentada inicialmente en España en el Festival de Sitges 2015, suponiendo una auténtica revolución dentro del certamen, siendo galardonada con el Premio del Público y a los Mejores Efectos Especiales.

La premisa se centra en Hideo, un mediocre dibujante de manga que dedica la mayor parte del tiempo a soñar despierto. Un auténtico "loser" con una realidad en la que es el héroe que siempre está dibujando. Un día una epidemia empieza a extenderse por Japón, convirtiendo a los infectados en unos monstruos hambrientos de carne humana y forzando a Hideo a huir de Tokio a toda prisa. Movido por su cobardía y el instinto de supervivencia, por el camino irá encontrando a nuevos compañeros que le mostrarán el verdadero rostro del ser humano, y obligándole a decidir si de verdad quiere ser el héroe que siempre ha soñado.

Sería pertinente reseñar que "I am a Hero" es mucho más que una simple película de "zombies", ya que trata el tema del fracaso en la vida y sobre las segundas oportunidades; sobre si te empeñas lo suficiente, puedes conseguir todo aquello que te propongas. Con perseverancia, fe... y las condiciones adecuadas (claro está). Nuestro protagonista se encuentra abatido por su fracaso profesional, en el que nunca ha dejado de ser la eterna promesa; y a esto hay que añadirle los problemas en su relación sentimental, mostrados a la perfección en la demoledora escena en que la novia le cierra la puerta en los morros, diciéndole aquello de que "Eres tan normal"... la misma novia que intentará, unas horas después, arrancarle la mano a bocados tras caer bajo el influjo del virus zombie de turno. Por si esto fuera poco, Sato se atreve a dotar a sus retornados (o ZNQ, como aquí se llaman) de un mínimo de consciencia, como ya hiciera el maestro George A. Romero en sus clásicos: "Zombi" (Dawn of the Dead, 1978), "El día de los muertos" (George A. Romero's Day of the Dead, 1985) y "La tierra de los muertos vivientes" (George A. Romero's Land of the Dead, 2005). El eco de la vida pasada; o dicho de otro modo, esa repetición de algunas acciones de su vida anterior, en el que incluso algunos hablan para expresar la metáfora de aquello que "ya estábamos muertos", que sin lugar a dudas se convierte en un auténtico y voraz reflejo de la sociedad actual, aquella que se encuentra en un estado casi mortal y vegetativo, marcada enormemente por los roles, el consumismo atroz con las nuevas tecnologías (sobre todo si cabe en la palma de la mano), así como la competencia entre clases sociales. Toda esa esencia subyacente entre litros de sangre, vísceras y acción a raudales, elevan por encima de la media una película de estas características, haciéndola una propuesta sugerente y sumamente interesante; qué no es poco.
La Taverna del Mastí
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6
4 de febrero de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Mecanoscrito del segundo origen" es una de las novelas que más me han marcado en mi vida. Escrita y publicada en 1974 por Manuel de Pedrolo, es uno de los libros más vendidos y posiblemente el más leído de la literatura catalana. Para quien desconozca la obra de Pedrolo, es necesario indicar que bebe directamente de algunos de los grandes clásicos de la literatura fantástica y de ciencia ficción, como el Richard Matheson de "Soy Leyenda", así como "La guerra de los mundos" de H.G. Wells; en el que se podría decir que comparte diversos puntos en común con su premisa, pero ambientada en tierras españolas.

Acorde con lo dicho anteriomente, efectuar una adaptación cinematográfica de una obra de tal envergadura es una ardua tarea. En 2007, la productora Antàrtida Produccions de Carles Porta adquirió los derechos del libro, y el gran director español Bigas Luna (responsable de clásicos como "Jamón, jamón" y "Huevos de oro", entre otros) mostró interés en dirigirla, ya que llevaba alrededor de 25 años intentando llevarla a la gran pantalla. Cuando todo parecía ir rodado, le detectaron leucemia a Bigas Luna, falleciendo posteriormente en 2013, hecho que propició parar en seco el proyecto. Así que, Carles Porta, dueño de la productora y amigo personal del director, decidió sacar adelante el proyecto y así rendirle homenaje. Con un largometraje de animación y un documental a sus espaldas, Carles se hizo cargo también de la dirección.

Llegados a este punto, y tras lo reseñado precedentemente, incido en la complejidad de llevar a cabo la adaptación de una historia de tal calibre, en el que los efectos especiales iban a jugar un papel importante en el filme, ya que su premisa nos trae a dos adolescentes: Alba, una chica blanca de 14 años, y Dídac, un niño negro de 9. Ellos son los únicos supervivientes de un holocausto de origen extraterrestre que ha asolado todo el planeta. Mientras se recuperan de la catástrofe, además de tener que adaptarse a un mundo devastado y plagado de cadáveres, se proponen como objetivo la misión de preservar la cultura humana.

Entrando ya en la valoración de la cinta propiamente dicha, diría que Porta no ha arriesgado demasiado con respecto al referente literario, que es verdaderamente demoledor, en el que sientes realmente esa soledad en un mundo en ruinas (un sentir parecido al protagonista de "Soy Leyenda"); y además, el miedo a lo desconocido, a esos seres venidos de otro planeta dispuesto a terminar con la existencia humana. Por otro lado, su factura técnica es bastante correcta, más sabiendo del escaso presupuesto con el que han contado. La recreación de una Barcelona reducida a escombros es realmente impactante, repleta de edificios ruinosos en llamas, coches malparados en las calles y cadáveres calcinados esparcidos por doquier.

Obviando a los extraterrestres como responsables de la hecatombe, los cuales no hacen acto de presencia en el transcurso del metraje, aunque se intuyen por algunos guiños y referencias, sirviendo como ejemplo el poster colgado en la pared de la serie "Expediente X" o las famosas palabras 'klaatu barada nikto' pertenecientes al clásico "Ultimatum a la Tierra" de Robert Wise; es conveniente decir que la premisa se centra en nuestra pareja adolescente, que serían una especie de Adan y Eva en el Siglo XXI, con el principal propósito de perpetuar la especie humana. Toda la acción se centra absolutamente en ellos dos, a través de una historia intimista, la cual muestra como sobreviven durante años en un ambiente alineado, además del proceso de maduración que una traumática experiencia conlleva, y el descubrimiento de la sexualidad. En contraste con lo anterior, es destacable el último tercio del filme, en el que un estupendo Sergi López hace acto de aparición, y pone en peligro la estabilidad (entre comillas) de nuestros jóvenes personajes. Es pertinente indicar que los actores son posiblemente lo más flojo del filme (exceptuando del veterano Sergi López), ya que tanto Rachel Hurd-Wood como los debutantes Andrés Batista y Ibrahim Mané, no transmiten muy bien toda la desesperación y rabia que deberían de sentir, tras encontrarse inmersos en un mundo totalmente destrozado y carente de esperanza.

En síntesis, aunque su resultado general es bastante digno, o incluso podría a aventurarme a decir que es interesante, este "Segundo origen" se queda a medio camino, ya que la fuente original mostraba una historia desgarradora y sin concesiones, calando hondo en el lector. Siempre nos quedará la 'espinita' clavada de saber que es lo que hubiera hecho Bigas Luna, si el maldito cáncer no hubiera hecho acto de presencia.
La Taverna del Mastí
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