Me encanta. Engancha desde el inicio - lo mejor del film, y en eso coincido con el resto-;
después el ritmo se acelera. Tras intrigarte, te ofrece un despliege de acción, sin renunciar por ello a los acertijos que te mantienen enganchado a la trama. Y hay diálogos memorables, con referencias históricas y literarias de esas que te llaman la atención y logran quedarse en el fondo de tu mente. Yo, al menos, no las he olvidado.
Tal vez lo mejor de la película sea lo extraído de la novela; no lo sé, pues no la he leído. Las transiciones - con letras blancas sobre fondo negro, como los capitulos de un libro - es prácticamente seguro que las tomaron de la novela. La atmósfera opresiva, también. Que me encanta, vaya.
Leyendo estas lineas llegar a pensarse que soy un publicista, o no tengo pensamiento crítico. Nada más lejos. Pero esta película, con su argumento, diálogos, interpretaciones - soberbio Samuel L. Jackson y Liev Schreiber- me enamoró. Es tan buena, para que te hagas una idea, que no se ve ni una banderita americana, y la presencia de Queen Latifah pasa totalmente desapercibida. ¿Qué más se puede decir?

Esta es una película de un líder que no está preparado para serlo. De unos soldados que no son sino chavales con uniforme, perdidos en territorio enemigo, allí donde la confusión multiplica el miedo. De una tierra hermosa que la guerra ha convertido en un infierno, aún sin dejar de ser hermosa.
Esta es una película que tiene efectos especiales, pero no lo parece. Que te hiere, pero no te deja llorar. En la que los personas – no los personajes; las personas- se dedican a sufrir antes de que llegue el dolor, y a sobrevivir cuando este llega.
Esta película, con todos sus defectos y limitaciones, es el punto y final a los Chack Norris, Van Damme y Stallones. Esta película es la guerra. Sin héroes.
No recomendable para los que simplemente quiera pasar un buen rato.

Hay dos posibilidades: que conozcas la saga literaria en la que supuestamente se inspira la película, o no. En este último caso, la película es entretenida, pero muy típica; la ves, te distraes un rato, y luego la olvidas.

Pero ocurre que yo SÍ he leído toda la saga - al principio con fascinación, luego con creciente desencanto, y al final con pereza, pues a partir del cuarto libro va empeorando-, y lo que permite entender hasta qué punto se han meado en la obra de Sr. King. Y además con deleite.

Quiero decir que hay veces en que los productores, la dirección artística, los actores, ect, intentan plasmar el original lo mejor que pueden, pero no dan la talla. No este el caso. Lo que yo he visto no es un "quiero y no puedo", sino un "voy a profanar la obra, y además voy a GOZAR con ello. No, no te vayas. Quiero que mires..."

Cierto es que no esperaba otra cosa, pues había visto el trailer. Cualquiera que conozca el libro, y vea el trailer, SABE que eso no es La Torre Oscura. Así que al menos tienen la decencia de ponernos sobre aviso a los lectores, fuese o no esa su intención.

Ello no obstante, algunos detalles son simplemente espectaculares. Ver en pantalla a Rolando Deschain diciendo, con todas las palabras, que le da igual la Torre, es... joder... Dios... ¿en serio?.. ¡Pero qué par de huevos!

Sé que te da igual todo, Ron Howard, señor productor. Vas a coger el dinero y a salir corriendo, ¿verdad? Bien, hazlo. No se puede esperar otra cosa de alguien que ha olvidado el rostro de su padre.

Acertada película que clava la daga en la fisura abierta entre la necesidad de creer en Algo superior que tenemos todos y la incapacidad de seguir confiando en las Iglesias – por sus reiteradas falsedades y corruptelas - que desean aprovecharse de esa necesidad. Aunque la lista de las víctimas – en este caso, culpables- que deja su afilado sentido del humor es mucho más larga (capitalismo, machismo, racismo,…).

Volviendo al tema central de la película, quiero que conste que no soy anticlerical – ni la película tampoco-, pero cuando alguien se coloca en un pedestal tan alto - ¡la voz de Dios en la tierra!- es difícil que no se caigan. Al fin y al cabo, la Iglesia la forman seres humanos, ni mejore ni peores que el resto. Ni más sabios.

Por lo demás, es una comedia (como se encargan de advertir al principio) y la verdad es que durante su proyección rara vez te arranca la carcajada, pero logra dibujarte una sonrisa cómplice, y el interés no decae en ningún momento. Dicho esto, lo cierto es que no carece de ingenio y buenas dosis de humor a distintos niveles – una veces más sutil; otras simplemente pueril –. Pone en duda todo lo que nos rodea, desde lo más sagrado a lo anecdótico, pasando por lo mundano. Sin embargo, al igual que La Vida de Bryan – obra muy superior, por cierto – te deja al final con esa misma sensación reconfortante y positiva.

Allí arriba hay Algo, aunque no sepamos qué es.

Coge una serie norteamericana que hayas visto. Una cualquiera: CSI Miami, Flashforward, Caso Abierto, Miénteme... Recita mentalmente los nombres de los personajes secundarios. ¿Cuantos recuerdas? ¿Tres? ¿Cuatro? Ahora rememora una serie manga japonesa. Bola de Dragón, por ejemplo. O Naruto. ¿Cuantos personajes secundarios te vienen a la memoria? En serio, haz la prueba. Verás que sorpresa.

Dicen los directores de teatro que no hay papeles pequeños, solo actores mediocres. Traducido a la animación eso significa que no hay personajes irrelevantes, solo malos personajes. Y en Japon saben como hacerlos importantes a todos. Tienen ese don. Es lo que les permite hacer una serie de doscientos episodios sin perder el interés, sin gastar la historia, porque cuentan muchas historias entrelazadas.

En esta segunda temporada de "Hajime no Ippo" nos dan lo que más deseábamos: atar cabos. Porque queremos ver el asalto al titulo mundial de Eiji Date. O el regreso de Miyata (¿a nadie más le recuerda a Kaede Rukawa, de Slam Dunk?). O el gran desafío de Takamura, al que le ha llegado la hora de la verdad. Y, por cierto, ¿no os preguntabais como le iría a Geromichi, el tímido alumno de Ippo?

En Saint Seya (Los Caballeros del Zodiaco) acababa cansando el perenne protagonismo de Seya, que siempre, siempre, era el que resolvía la lucha. Esta vez no han caído en el mismo error. No habrá empacho de Ippo, que se ha quedado en el banquillo esta temporada para arrasar en la siguiente.

Por supuesto que aparecen algunos personajes nuevos que apuntan maneras, pero yo digo:

¡Viva Miyata!
¡Arriba Geromichi!
¡Que grande eres, Eiji Date!
¡¡GÁMBARE, GÁMBARE, TA-KA-MU-RA!!