Perfecta reflexión sobre el tópico oriental de occidente y de paso uno de esos complacientes ejercicios de ironía que tan bien vienen de vez en cuando. La hija de la nº2 nos hace soñar con Kill Bill 3 nada más comenzar esta primera parte.

Excelente película que entrega lo que anuncia su cartel. Brutal y onírica como una de Kurosawa.

Cierto que Karl Urban no es precisamente Charley Boorman.
Ni tan siquiera Rudy Youngblood.
En realidad está más cerca de Van Damme que de Gerard Butler, pero ni mucho menos tanto como Russell Crowe, que tiene un oscar.

Las espectaculares localizaciones parecen extraídas del catálogo de "Planeta Tierra" y la ambientación roza lo barroco, como a mí me gusta. ¿Verdad, Händel?

No es una "revelación" a lo Mel Gibson, pero yo firmaba que en la cartelera hubiera una así cada 15 días en lugar de cada 9 meses.

Ante todo se trata de una película, y como tal creo que funciona. Como la entrada bélica, anticipando lo que significa el adjetivo "feo" utilizado por Grant. Las argucias legales y los chascarrillos de abuelo cebolleta(*) pueden responder o no a la verdad, pero retratan a un personaje (un abogado) un tanto insondable, lo cual cuadra con todas las lecturas, que es lo que más le conviene a cualquier político. Las caracterizaciones, las interpretaciones y la ambientación superan con creces a muchas películas sobre la época. Si además hubiesen traslucido las motivaciones socio-económicas de la aprobación de la decimotercera enmienda con (por ejemplo) una conversación de mesa camilla al estilo de "La solución final", tendríamos un peliculón. Pero ¿desde cuándo al CINE hay que bajarle la nota por mentiroso?

Perfecta reflexión sobre el tópico oriental de occidente, incluído el pequeño saltamontes. Para los amantes del comic en general.

Exacta como una constante, la película acaba como debe. Una banda sonora que nos hace soportable el tedio de unas vidas a las que la droga les viene hasta bien, no puede impedir que la indiferencia pese como la losa que nunca llega a cubrir sus cuerpos. Eso sí, recomiendo prescindir de cualquier tipo de drogas para su visionado, porque el ritmo de la película arruinaría su disfrute. ¡Oh, Drugstore Cowboy! ¿Quién osaría compararte?