Película hecha para el lucimiento de Andrea, que se llevará unos cuantos premios merecidamente, aunque solo sea por la calidad de sus muecas. En gran medida es como ver un accidente a cámara lenta, sabes que se va a estrellar, pero no puedes apartar la mirada.

Otro drama made in USA sobre superación, sobre cómo resurgir de las cenizas, al parecer basado en hechos reales, aunque adaptado al gusto del consumidor.

Sin llegar a la indiferencia boyerista, hay que decir que hay cierta impostura en esa tristeza, cierto exhibicionismo, y algo que no cuadra, pero bueno, esto es Hollywood y aquí hemos venido a ganar Oscars!

Efectivamente Sandra! La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo!

Interesante drama judicial que saca a relucir las miserias de un matrimonio poco convencional. A falta de pruebas concluyentes, los hechos pasan a un segundo plano donde predomina la ambigüedad del juicio moral. Está narrada con tal precisión que parece basada en hechos reales a pesar de lo rocambolesco de la situación.

Su principal problema es que se hace difícil empatizar con los personajes por lo que uno recibe el veredicto con cierta indiferencia…

Andrés Wood utiliza la amistad entre un niño indígena (Machuca!) y un lechoso (Gordito) para enseñarnos la realidad social del Chile de principios de los 70. A pesar de pertenecer a diferentes clases sociales (“Cuándo se ha visto que un blanco sea amigo de un indio?”), el bullying que ambos sufren en la escuela les vuelve inseparables.

Nos muestra la división social de la época dentro de esa utopía socialista de los estertores del gobierno Allende (escasez y buenas intenciones) y el vuelco provocado por el golpe de estado de Pinochet. Se ve un país al límite, desesperado, caldo de cultivo para los fanáticos y donde cada uno hace lo que puede para salir adelante.

Una historia entrañable a la vez que cruda y previsible, que intenta retratar antes que tomar partido (se agradece), pero que también cae por momentos en la caricatura.

No es tanto una película de terror como una crítica sobre la utilización del mismo dentro del show business. Los elementos de terror son pura parodia y la única intriga es ver hasta dónde están dispuestos a llegar por un punto más de audiencia.

Gran montaje y ambientación, probablemente lo mejor de la película, y un guion sin alardes pero efectivo. Te traslada temporalmente a los Estados Unidos de los años 70, alternando entre el sofa del salón y el backstage. Dastmalchian hace un papel notable a pesar de su cara de villano de comic e Ian Bliss se luce como escéptico racionalizador.

En definitiva, café para muy cafeteros y para nostálgicos de este tipo de telebasura. Le salva la realización pero se apaga con gusto.

Nada más llegar al pueblo te dan una pastilla psicotrópica para darnos una idea de por donde van a ir los tiros. A pesar de ello, el incio parece un drama social donde se reflejan los problemas típicos de un pueblo del pobre y olvidado noroeste brasileño. Se adivina una crítica a la despoblación y oda a la vida comunal pero, cuando uno empieza ya a mirar la hora, toma un giro radical conviriténdose en un western distópico con personajes completamente desquiciados.

Cuesta cogerle el punto y el desenlace decepciona por maniqueísta pero hay un puñado de escenas (gran Udo Kier) que merecen la pena (y sí, le sobran minimo 20 minutos).