Queda todo bastante natural y huyendo de didactismos, falsedades, mensajes politiqueros o sexistas de moda, y ñoñerías. A esa edad, como entre ocho y doce años, es imposible que los chicos sientan interés por nada que no sea intentar divertirse y autoafirmarse con pequeñas gamberradas o como sea, hasta el punto de que la sociedad evita hablar de este asunto y el Estado, y hasta miembros de la Iglesia, consideran a estos niños un gasto y algo que no se sabe qué hacer con ello.

El fútbol es de lo poco que tiene la suficiente fuerza para darles alguna motivación. Buena creación de Carmen Machi y los demás en sus papeles. El cine ha dado algunos buenos ejemplos de colegios o centros con alumnos difíciles, como "Semilla de maldad" o las que protagonizó Sidney Poitier, pero en aquellos films ya eran chicos mayores y de clases sociales propensas a la marginación y la delincuencia. Aquí son más pequeños y la película se sigue bien, con sus toques también de desenfado, pero de un humor triste, como es el humor de los pobres.

Me ha gustado el momento en que uno de los chicos huérfanos del centro de acogida hace una pequeña pero profunda reflexión sobre los del colegio normal de niños no pobres ni huérfanos que les han goleado, algo así como "...¿te has fijado?... eran todos guapos, y sus papás y sus mamás también eran guapos... eran guapos todos..." Desde el mismo principio ya hay quien parte con todas las ventajas, y hay quien parte con todo en contra. Otra buena película, aunque diferente en su tratamiento, fue "Los chicos del coro".

La historieta es tensa y hubiera tenido sentido de haber estado íntegramente basada en hechos reales, pero es todo inventado y poco creíble en los detalles dramáticos y más en los técnicos (lo pongo brevemente en Spoiler por si acaso, aunque otros usuarios que también los han visto no los han puesto en spoiler, y no pasa nada; no se deberían leer críticas antes de ver las películas).

Peripecias así se pueden inventar muchas. Luego está la obediencia a los clichés que nos están imponiendo. Yo antes no me fijaba en esta cosas, sólo en los personajes, sin importar si eran hombres o mujeres, pero como han conseguido machaconamente obsesionarnos con el sexismo, es imposible no fijarse en que, de nuevo, el mando policial obtuso es un hombre, y la jefa experta, honesta, fría y superlista, es, cómo no, una mujer. Eso sí, los de a pie que se juegan el pellejo desactivando los explosivos, siguen siendo hombres grises y anónimos.

No conocía, o no recordaba nada de esta serie TV, accesible en la página de RTVE. A Garci le respeto como crítico y cinéfilo, y de su extensa obra me gustan los tres "Crack". El resto no lo conozco todo, pero cada vez que he intentado conectar no he podido.

En esta serie de 13 episodios, no están mal los dos primeros. El tercero "Delirium" tiene una primera mitad muy buena, con su atmósfera enrarecida y de misterio, y curiosos personajes que todos son "el doctor Ponce". Culmina lo bueno con la estupenda aparición del verdadero doctor Ponce, a cargo de José María Pou, un actor que siempre me ha gustado, y acaba siendo una variante del tema más de una vez tratado de que los locos han tomado el manicomio, pero la segunda mitad es farragosa y arruina lo anterior. El guion está tratado con poca habilidad pero podría haber sido muy bueno.

Luego llega el único episodio realmente decente, que es "El hombre medicina", con un buen guion basado en las leyendas del vudú haitiano y una Maribel Verdú desatada. Y ahí se acaba la serie. He intentado ver el resto, pero sólo era soportable dándole continuamente a avance rápido entre bostezos, vacío todo, sin la menor imaginación y sobrecargados los insufribles diálogos con esas frases lapidarias grandilocuentes de presunta filosofía profunda a las que el autor es aficionado para rellenar la falta de un argumento fluido e interesante: La soledad es como la nieve... Toda historia de soledad es triste..., etc., etc. Luego está el hecho curioso de que, siendo una serie íntegramente española, los personajes suelen tener nombres no españoles, los periódicos que leen están en inglés... Delirium dice que transcurre en Alemania, pero el nombre del doctor es Ponce... Casi todo bastante vacuo e incoherente.

Una ciudad, una sociedad de acero y cemento que necesita cobrarse su tributo en forma de "hermosos derrotados". La tangible existencia del Destino, de la Mala Suerte. Film de inflexible precisión. Personajes inolvidables. Extraordinario reparto con un magnífico Sterling Hayden, un actor cuyo estilo siempre me encantó, y Sam Jaffe, uno de esos grandes secundarios, como varios otros que también salen aquí, aunque en esta película es más principal que secundario, y donde seguramente hizo su mejor papel.

Qué maravilla algunas sesiones de aquellos llamados Cinestudios, al menos en Madrid, hace ya, donde en un mismo programa doble te podías encontrar por ejemplo, con "La jungla de asfalto" y "Atraco perfecto" de Kubrick, aunque fueran copias un poco de batalla, no como los estupendos remasters que vinieron luego, desde que salió el sistema blu-ray.

Sobre la forma, alegra ver una película bien dirigida y montada, donde la cámara está siempre donde debe estar, donde los planos duran lo que deben durar y donde cuando la cámara se mueve es con sentido, lo mismo que cuando son planos generales o más cercanos, perfectamente hechos en función inteligente de lo que se está contando. Esto podría parecer una perogrullada pero no es así desde el momento en que siguen haciendo algunas películas (y la verdad es que no veo muchas nuevas: las selecciono mucho), filmadas todas a base de primeros planos, con una cámara que parece que tiene el baile de San Vito, donde no hay la menor noción de equilibrio ni ritmo ni nada más que mareo y vacío total de ideas y de todo.

Por eso es de agradecer una película como ésta, que cuenta, además, con los medios adecuados, gran localización de exteriores, vistosidad y buenos actores a los que, además también, se entiende lo que hablan, otra cosa infrecuente en el cine español desde hace ya tiempo.

Sobre el fondo, se nos cuenta algo interesante y emocionante, lejos de clichés y refritos siempre lo mismo, lo que ya es más raro aun en la actualidad. Y son datos objetivos los que indican que, efectivamente, vienen ocurriendo desapariciones de jóvenes occidentales en lugares remotos, gente que olvida que el mundo puede ser un lugar peligroso y de mucha maldad.

El protagonista, uno de esos turistas ingenuos aficionados a lo exótico, acaba realizando un viaje no sólo en el espacio, sino también en el tiempo, que acaba siendo de intento de redención y se consiguen momentos emotivos en el contraste de culturas tan distantes y diferentes, que se va viendo que tampoco son tan diferentes. Muy interesantes hallazgos los de los personajes de la mujer tuerta, el chico aprendiz de guía...

Por último, leyendo algunas críticas en este portal, me entristece comprobar cómo han conseguido estropear la forma de entender de alguna gente a la que no interesa nada ni entiende nada y sólo busca en el cine lo que ellos creen que es “acción”, o dirán que la película es lenta y soporífera. Pues bien, el cine de verdad no es sólo acción física, y, por ejemplo, un silencio de Lino Ventura o un breve diálogo entre Anthony Quinn y Ana Magnani tienen más emoción y acción que mil millones de persecuciones y porrazos de tebeo barato: eso sí que es lento y soporífero.