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Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de Daniel B
Críticas 533
Críticas ordenadas por utilidad
5
4 de mayo de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario

Es uno de esos típicos filmes basados en un concepto y en los giros narrativos y de género que conlleva. En este caso se trata del cambio del punto de vista. Pero el guion reduce a los personajes a meras piezas de un ajedrez narrativo y exhibe lagunas y situaciones forzadas e inverosímiles destinadas a mantener el interés del espectador pasada la primera sorpresa.

Reseña

La familia Harper vive en una enorme casa junto al mar. La madre, Jackie (Helen Hunt) es psicóloga, el padre, Greg (Jon Tenney) es policía. La relación entre ellos no anda nada bien y esto se refleja en la conducta de Connor, su hijo adolescente (Judah Lewis). Por otro lado, Greg toma a su cargo la investigación de la desaparición de un menor en un caso que recuerda a otros ocurridos 10 años atrás, cuyo culpable está preso. Pero en la casa comienzan a suceder inexplicables algunos sucesos inexplicables…

Todo esto parecería indicar el punto de partida de uno de esos buenos thrillers o películas de terror basados en un buen drama familiar. Pero lamentablemente no es así.

El de Adam Randall es de esos típicos filmes basados en un concepto y en los giros narrativos y de género que conlleva. En este caso se trata del cambio del punto de vista y la nueva información que eso suministra al espectador. Pero una buena idea no alcanza para hacer una buena película. En primer lugar, los personajes no se desarrollan y se convierten en meras piezas de la puesta en escena de un ajedrez narrativo. Pero el problema principal es que el guion presenta numerosos forzamientos, inverosimilitudes y lagunas (ver zona spoiler abajo) que malogran un planteo que era interesante, acaso con el objeto de sostener el impacto de la sorpresa que causa en el espectador.

De todos modos, la película (en definitiva más un thriller que una de terror), mientras va acumulando incoherencias, logra momentos de buen suspenso y luce una puesta en escena elegante, con una banda sonora por momentos efectiva para apuntalar la debilidad del relato.
Daniel B
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9
27 de noviembre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El joven director de culto Tadashi Kobayashi convoca a un casting abierto a principiantes para filmar su película Máscara, donde el cineasta se propone recuperar el espíritu "indie" de sus comienzos. La película alterna las numerosas audiciones con vistazos a las historias previas de las participantes, mayormente chicas muy jóvenes sin experiencia actoral.
RPOES es de esas películas en las que cuesta acomodarse pero una vez que uno lo logra desea que no terminen nunca. Me costó porque el universo es muy oriental, en este caso japonés: formalidad, gritos, reverencias, reacciones bruscas, desborde permanente, como si se tratara de personajes de Sailor Moon... pero que nos terminan fascinando. La película es una enorme comedia coral donde luego de cada secuencia de casting, en la que vemos reproducir como en rulo siempre la misma escena pero con diferentes aspirantes, la acción retrocede a las circunstancias previas de cada aspirante, lo que lleva a repetidos cambios de punto vista y solapamientos incluso para las mismas escenas. Los personajes son incontables y varias veces actúan en grupo (como el desopilante club de fans o los desternillantes extras). Luego van entrando en escena el equipo de producción, el productor, el financista, las divas, las bambalinas de la selección y de la elaboración el guión, las injerencias. No queda aspecto sin escudriñar de la preproducción de la película de la joven celebridad.

Algunas luminosas, otras historias se sumergen en el melodrama o en una poética melancolía. Con pocos trazos el director Sion Sono es capaz de pintarnos el universo de cada personaje.

La puesta en escena es de un virtuosismo y una belleza apabullantes, con travelings y planos secuencia nunca gratuitos. Cuando por fin llega la escena de la filmación de Máscara, aparecen TODOS los personajes de la película y el director logra darle lugar a todos ellos con un resultado portentoso, con una tremenda tensión entre la ficción y las circunstancias de cada uno y una redoblada apuesta a la libertad y al delirio.

En suma, una experiencia progresivamente inmersiva en la génesis de una película, en las vidas de las criaturas que la habitarán y en su liberación.

En exhibición hasta el 35 festival de Mar del Plata hasta ayer y participante de la Competencia Internacional.
Daniel B
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10
3 de agosto de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil reseñar esta serie extraordinaria y no quedarse corto.

Empecemos por decir que transcurre a principios de los 80s en un pueblito de Ohio que cuenta con un centro científico subterráneo, el "Loop", donde "lo imposible se torna posible" y toma a una familia como eje de la trama pero no como protagonistas excluyentes: el abuelo Russ, director del Loop (Jonathan Pryce), su nuera, quien también tiene un puesto importante allí (la gran Rebecca Hall), el padre, dos hijos (Jakob y su hermano menor Cole, un extraordinario Duncan Joiner) y la abuela Klara (Jane Alexander).

En cada capítulo sucede algo extraordinario, a veces relacionado con objetos, pero ese suceso funciona en realidad como un disparador de dramas centrados en la soledad, el desamparo, el desencuentro y los vínculos amorosos o familiares. Sin abundar demasiado, y sin agotar la lista, lo extraordinario se relaciona a grandes rasgos con el tiempo, la identidad y la muerte.

Cada capítulo es en cierto modo autoconclusivo pero deja sutiles secuelas que siguen operando en los siguientes de manera lateral pero a veces abrumadora: pocas veces he visto vincular episodios de una serie de este modo.

El ritmo de los capítulos es lento pero hipnótico: la serie nos hace respirar con ella y capturarnos con su climas, sus imágenes cautivantes (con una iconografía basada en el artista sueco Simon Stalenhag) y la banda sonora minimalista de Philip Glass. Están a cargo de diferentes directores.

Podríamos afirmar, entonces, que el género corresponde a una ciencia ficción existencial y combina de manera magistral lo cerebral con una emotividad melancólica, a veces triste o francamente desoladora.

En suma, una de esas series extraordinarias que saben crear su propio universo, elegante, inteligente, bello y paradójico, con unos personajes enfrentados a situaciones que ponen en juego toda su humanidad y la nuestra.
Daniel B
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7
29 de julio de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta comedia plantea que dentro de pocos años la gente podrá subir (upload) su conciencia, poco antes de morir a un mundo virtual... mediante diversas empresas que brindan ese servicio.
La serie presenta varios aciertos: la dimensión capitalista de este "servicio", los diversos niveles de comunicación e interacción entre los vivos y los "uploads" y otras facetas directamente relacionadas con la actualidad, como los sitemas operativos y la redes sociales.

Los protagonistas de la serie son el apuesto y fatuo Nathan Brown (Robbie Amell), un informático que pasa a ser un upload, su "angel", la bella operadora de la empresa de ulploads Horizen, a cargo de él, Nora Antony (Andy Allo) y la novia de Nathan, la millonaria Allegra (Ingird Kannerman), cuya relación con Nathan adquiere aristas interesantes. Se agrega a ello una subtrama policial intrigante.

Son invevitables los ecos de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Her y Black Mirror, por un lado y de The Good Place (una comedia sobre el Cielo), por el otro, en esta historia.

La serie funciona mejor en su tono de comedia a veces satírica (con algunas salidas brillantes en los diálogos) y en sus interesantes especulaciones técno-sociológicas sci-fi que en su costado de comedia romántica, momentos en los que la serie se estanca; pero en todo momento nos regala una muy buena y vistosa resolución visual de todos los mundos y situaciones que nos muestra.
Daniel B
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5
19 de junio de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luego de su presunta muerte en la T2 y su pase a la clandestinidad, Marcella aparece como Keira Devlin, una agente infiltrada en una tremenda familia mafiosa y millonaria de Belfast, los Maguire, conformada por la madre, Katherine (una hierática Amanda Burton) y sus tres hijos, dos varones (uno violento y el otro culto y fóbico) y una hija casada con otro tipo tremendo.

Ya habiendo dado pasos en falso en la Temporada 2, esta T3 constituye una total desilusión, una ficción totalmente remanida, una suerte de cruza entre La femme Nikita, Succession y película de mafiosos. Una trama estirada, situaciones que no se entienden o justifican (ver zona spoiler) y la apelación recurrente a la psicopatología de la protagonista (acá ya con rasgos esquizoides) para justificar o rellenar ciertos momentos o giros del guión. Y a esta altura, los traumas de Marcella no aportan nada y francamente aburren.

La temporada comienza "in media res", ya con la protagonista como Keira y plenamente integrada a la familia; más adelante, se nos muestra como Marcella Backland devino Keira Devlin.

La serie sigue presentando aquí y allá algunos destellos (como la secuencia con un chico Down, extraordinaria), pero casi todo luce rutinario y desganado.

Una serie que no da para más, me temo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Daniel B
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