Ang Lee es un director que nunca deja indiferente a nadie, ya lo hizo con su oscarizada recuperación del wuxia "Tigre y Dragón" y con su western rupturista "Cabalgar con el diablo".
Nada se le resiste a este gran director asiático, pero ante tanto género distinto siempre existe un elemento común: la familia.
Todas las películas de Lee denotan un interés por el núcleo familiar, las relaciones entre sus miembros, sus problemas y la vida en común; buena muestra de ello son la magnífica comedia "El banquete de boda" y el drama generacional "La tormenta de hielo".
De ahí que su adaptación del famoso personaje ver ideado por el genio Stan Lee no sea una más entre las muchas realizadas por Hollywood, es la más original (y también menos comercial) de las producciones Marvel; pero es que "Hulk" tampoco es un superhéroe al uso, no tiene un atractivo traje, ni una figura llamativa, es feo y superanabolizado.
Lo importante aquí no son las peripecias de la Masa, sino conocer los entresijos de una familia desestabilizada y la historia de un amor imposible.

En el momento de su estreno no tuvo una gran aceptación, esperemos que el tiempo ponga las cosas en su sitio y reconozca a "Hulk" como una película valiente y con mucha miga.

Una obra maestra. Así de rotundo me muestro con este maravilloso film de Spielberg. Una de sus mejores películas, denostada hoy en día por muchos pero amada y respetada por tantos otros que
nos emocionamos al ver a esa niña de abrigo rojo en medio de la inmensidad del Blanco y Negro: Todavía hay esperanza, no todo está perdido, aún pueden hacerse películas perdurables.
Esa niña simboliza un faro en mitad del océano, pero no sólo para los judíos de la película de Spielberg, sino también para el cine, para la industria y para sus máximos valedoreses decir, nosotros, los espectadores.

No la desechen sin más, vale la pena. No nos dejemos llevar por "esnobismos" y por falsas "modernidades", esta es una película para la eternidad, una auténtica Joya.

"El pacto de los lobos" es una ventana a la mente de director. Christophe Gans fue crítico de la revista fantástica francesa "Starfix" (en la que escribieron también posteriores realizadores como Olivier Assayas o
Matthieu Kassovitz), en la cual se daban cita el gusto por el cine de terror, la serie B, las películas de artes marciales, el wuxia y la figura de Tsui Hark. Por ello, el film del francés Gans significa diversión, aventura,
folletín clásico y mucho más; eso sí, un manjar no apto para todos los paladares.

Muy divertida y más cercana al "Jurassic Park" de Spielberg que al "Komodo" de Michael Lantieri. Cine de aventuras sin pretensiones, pero
bien rodado y con pedigrí de serie B.

No es casualidad que tres de las películas realizadas por este director hayan sido premiadas con el Oscar al mejor montaje ("Platoon", "JFK" y la que ocupa estas líneas") y es que todas ellas son virtuosos ejercicios de engarce, de conexión de historias. Los guiones de Stone se ven cumplidos en su totalidad en la sala de montaje, ahí es donde adquieren entidad.
"Nacido el 4 de julio" es la segunda película junto con la citada "Platoon" y "Entre el cielo y la tierra" dedicada a la Guerra de Vietnam, y para esta ocasión, Stone se sirve del tirón comercial de un actor puntero en Hollywood, el siempre correcto Tom Cruise (está muy bien en el papel del mutilado Ron Kovic) y de un plantel de secundarios de lujo (Dafoe y Sizemore a la cabeza).
La dirección de Stone se vió recompensada con el premio de la Academia, siendo olvidada la que hasta hoy es la mejor interpretación de Cruise (en favor de un Daniel Day Lewis magnífico en "Mi pie izquierdo") y dándole el mejor trozo del pastel al drama senil "Paseando a Miss Daisy". En resumen, una verguenza.