Me ha gustado Splice, dentro de su rareza. Precisamente por eso debe ser por lo que me ha gustado, porque sin esa rareza y esos giros de guión retorcidos, se hubiera parecido más a Especies. Incluso alguna secuencia es ridículamente perturbadora. Brody y Polley son el alma de la película, a parte del bichejo, claro. ¿Bicho? ¿O persona? Ahí está la clave moral de la película.

De todas maneras, a parte de lo bien conseguido que está el engendro, me ha dado la sensación de que la película parecía más bien el debut arriesgado y muy bien hecho de un nuevo director, y no el esperado boom de Vincenzo Natali. O al menos, es lo que yo espero, que algún día el creador de la genial "Cube", la interesante "Cypher" y la curiosa "Nothing", llegue a explotar como lo han hecho compañeros suyos de generación como Christopher Nolan o Darren Aronofsky.

No había visto esta película, de hecho, casi no había oído hablar de ella hasta que leí que era un cinta de culto dentro del género informático/geek. La busqué, leí el argumento y vi el cartel de protagonistas y empecé a salivar. ¡Qué buena pinta!

Me pongo a verla. La introducción está muy bien, con esa escena de los dos amigos adolescentes. Pero una vez arranca la película, el interés no para de decaer hasta el punto de que, para el final, ya ni te interesa. Es una lástima porque Robert Redford está bastante bien, saca punta de un personaje totalmente soso y sin interés alguno. Es personaje de Sidney Poitier es un poco ridículo, desperdiciando todo su talento. Ben Kingsley casi ni aparece en toda la película. Los que están más a su altura son Dan Aykroyd y David Strathhairn, que están graciosos en sus papeles, lo que me lleva a pensar por qué no les dieron más protagonismo ya que habrían hecho más amena la película.

Pues nada, bastante aburrida y con un argumento que, a priori es interesante, pero el desarrollo y la ejecución es soporífera. Una lástima.

Todo en "Noi albinoi" es peculiar. Desde el idioma en el que está rodada, la escenografía con esa montaña gigantesca de nieve presidiendo el pueblo, el personaje principal, los personajes secundarios. Eso sí, la película conmueve porque los sentimientos son los mismos aquí, allí y en cualquier parte del mundo. La soledad, la incomprensión y el amor no tienen mayores diferencias que en los matices. Para mi gusto, podrían haberle dado algo de más juego a la historia de amor. En cualquier caso, una bonita película, original y diferente.

Los griegos, o el griego. Giorgos Lanthimos reinventa la tragedia familiar griega con "Canino", una obra arriesgada, sincera, diferente, fría... y divertida. El humor negro se cuela en una historia que, de convertirse en realidad, sería de lo más aterrador y polémico jamás visto. Con un estilo un poco Haneke, Lanthimos nos muestra el CÓMO de esta familia griega. Aquí el POR QUÉ no es importante, de hecho llega un punto en el que ni interesa al espectador. La ausencia de interpretación de la narración es clave para aportar una visión externa, casi documentalista, del día a día de la familia. Mostrar la razón o el sentido de ello le quitaría ese halo de frialdad que desprende. Ni siquiera el CUÁNDO y el DÓNDE son importantes, a pesar de interpretar que describe una familia de clase media-alta griega en el siglo XXI.

Totalmente recomendable para aquellos que quieran ver algo diferente, arriesgado y, en algunas escenas, duro. Es curioso como se mezlca el asco y la repugnancia con el humor, en un resultado serio y con clase.

Coincido con los comentarios expuestos: lo mejor de la peli son las interpretaciones. Pero no es que sea lo mejor, es lo único que hay. Así que por ausencia de contenido, ausencia de mano creativa en la dirección, ausencia de fotografía, la película se hace monótona y aburrida. El argumento es de lo más sencillo que hay, pero los personajes lo retuercen exprimiendo todo el jugo y dotándolo de su punto de vista canalla, machista y vengativo. Una genial apuesta para el teatro pero un aburrimiento ante la pantalla.