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Críticas de Cinemadeus
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
7
5 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tantos años peleando entre nosotros Charles..."

Las películas de la saga X-Men siempre han sido las más esperadas por mi parte de toda la franquicia Marvel. El universo mutante con sus conflictos morales y humanos es lo mejor que nos ha dado el género (si, ya es un género por si mismo) de superhéroes.

Bryan Singer regresa a la saga que él mismo dio vida en 'X-Men' (2000) y la sobresaliente 'X-Men 2' (2003). Después de su "ligero" traspiés en 'Superman Returns' (2006) quizás quedaban dudas de lo que se podría esperar de esta película, a mi ninguna en absoluto.
'X-Men: First Class' de Matthew Vaughn (2011) ya dejó buen sabor de boca y el listón muy alto en la saga, pero Bryan Singer lo ha vuelto a hacer, lo ha dejado aún más alto en unos fugaces 131 minutos de entretenimiento, acción, comedia, drama y suspense.

La trama está basada en la famosa saga 'Days of future past' de los cómics de X-Men.
En la película se muestra un futuro post-apocalíptico en la que no solo los mutantes están al borde de la extinción sino también los humanos. A diferencia del cómic, en la película es Lobezno (Hugh Jackman) quien debe viajar al pasado -a los años 70, concretamente 1973- y detener los acontecimientos que provocarán la extinción inminente de mutantes y humanos, transfiriendo su mente a su yo del pasado mediante los novedosos poderes psíquicos de Gata Sombra (Ellen Page) -claro guiño a su verdadero rol en el cómic-.

Unos de los puntos más satisfactorios de la película es que deja bastante "limpia" la saga después de la catástrofe de 'X-Men Orígenes: Lobezno' y los desaciertos de 'X-Men 3: La decisión final' gracias a un guión bien elaborado de Simon Kingberg que tapa ciertos agujeros que dejaron anteriores entregas.
No es frecuente ver un alto nivel en interpretaciones en este tipo de películas, sin embargo en esta destacan las actuaciones de Michael Fassbender (Magneto del pasado), James McCavoy (Charles Xavier del pasado) y Jennifer Lawrence (Mística) -quien se roba el show con mucho protagonismo en esta entrega-.Vemos a un Magneto que se establece como el mejor villano de Marvel, de lejos, y sobre todo si es interpretado por los grandes Ian McKellen y Fassbender, también a un Charles Xavier del pasado bastante diferente, dejado, sin esperanza, interpretado notablemente por McCavoy, y una Mística a punto de convertirse en la fría máquina de matar de la trilogía original, y como desencadenante del futuro apocalíptico. En el ya conocido "amienemigo" entre Xavier y Magneto, ahora se une Mística como un nuevo aliciente entre el conflicto moral y ético de los dos líderes mutantes. El desarrollo sentimental -iniciado en 'First Class'- y el enfoque dramático que se da a estos tres personajes es crucial en la película y profundiza aún más en sus caracterizaciones.
También cabe destacar el "segundo plano" que adquiere Lobezno, es parte importante de la historia pero sin llegar a los monólogos de entregas anteriores, y el interesante papel de Peter Dinklage como Bolivar Trask, un científico obsesionado con el gen mutante y el creador de los centinelas.

Como ya demostró en la secuencia del asalto de Rondador Nocturno en la Casa Blanca de 'X-Men 2' a Bryan Singer se le dan bien las escenas de acción, y aquí nos otorga una de las mejores secuencias en una película de superhéroes al principio de la película, además de otra a ultra velocidad protagonizado por el personaje revelación de la saga: Mercurio, una maravilla al que veremos de nuevo en 'X-Men: Apocalipsis' (2016).
Me surgían dudas de como se iban a realizar los centinelas, y a pesar de que los centinelas del pasado dejan un poco que desear, los centinelas del futuro son una pasada, unas máquinas que dan hasta miedo, intimidan, enorme trabajo creativo en ese aspecto.
La música corre a cargo de nuevo por John Ottman, que ya compuso la BSO de X2 con una intro muy poderosa que aquí se vuelve a repetir, y es de agradecer.

En definitiva, 'X-Men: Días del futuro pasado' es un soplo de aire fresco entre el universo Marvel que nos brinda la saga mutante. Lo tiene todo, acción, suspense, drama, a Bryan Singer... Es la película de superhéroes definitiva, es la mejor película de la mejor saga de Marvel, es X-MEN.

@ciprianobanks
Cinemadeus
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7
22 de noviembre de 2020
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ‘Lover’s Rock’, la nueva entrega de su antología ‘Small Axe’, Steve McQueen se aleja de ataduras y convencionalismos para adentrarnos en una experiencia cultural. Sin tener una trama específica la historia gira en torno al desarrollo de un romance entre una chica, Martha (Amarah-Jae St. Aubyn), y un extraño joven (Micheal Ward) al que conoce en una fiesta a principios de los 80 en West London.

Mientras en ‘Mangrove’ se mostraban los estragos del abuso policial y la lucha contra el racismo institucional, en este capítulo McQueen se centra en la idiosincracia de la cultura negra en West London y en retratar un momento, una música y una atmósfera concreta en el tiempo. Y ya como hizo en la anterior entrega, McQueen consigue una autenticidad admirable. A momentos recuerda a la trilogía ‘Antes de…’ de Richard Linklater, pero ‘Lover’s Rock’ se desenvuelve con un estilo más sensorial, casi voyeurístico, y visualmente estético. Es un registro nuevo de Steve McQueen que no había mostrado antes, alejado del drama seco o el thriller, y también es muy posible que sea lo más cercano que le veamos haciendo un musical.
Cinemadeus
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7
16 de enero de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut de Regina King como directora es una cautivadora y profunda reflexión sobre el racismo, la fama y el activismo en los Estados Unidos durante la época de las leyes Jim Crow. Basado en una obra teatral escrita por Kemp Powers (quien también escribe el guión de esta adaptación cinematográfica), la historia se centra en una reunión ficticia entre Malcolm X, el cantante Sam Cooke, el jugador de fútbol americano Jim Brown y el boxeador Cassius Clay, a raíz de la victoria de este último contra Sonny Liston el 25 de febrero de 1964 (antes de que se promulgara la Ley de Derechos Civiles). El núcleo de la historia se desenvuelve en una noche, en una conversación anecdótica entre amigos que acaba en un acontecimiento transformador que cambiará no solo el resto de sus vidas sino también el de millones de afroamericanos, para siempre.

Para sumergirse completamente en los problemas que plantea esta película y en la intrahistoria de sus personajes, quizás es necesaria una comprensión genérica del contexto político y social de los afroamericanos durante el período en el que se ambienta. Pero creo que el fantástico guión de Kemp Powers hace un gran trabajo en transmitir de una manera muy concisa y efectiva las preocupaciones y los principales argumentos que envuelven a los personajes. Plantea brillantemente las muchas contradicciones de la experiencia del hombre negro afroamericano en un contexto racial opresivo en el cual daba igual lo famoso o aclamado que fueras, siempre te verían como un negro antes que como un ser humano. La película se encarga de mostrarnos las emociones, los conflictos y las dudas de unos personajes icónicos de la historia estadounidense y la lucha por los derechos civiles.

Una de las cuestiones más interesantes que plantea es la responsabilidad política y social que acarrea el éxito popular, de cómo e incluso de si se debe utilizar la influencia de la fama para fines más allá de los puramente económicos. Un tema especialmente candente en la actualidad. Esta dicotomía se representa muy bien en el conflicto principal que hay entre Malcolm X (Kingsley Ben-Adir) y Sam Cooke (Leslie Odom Jr.), que otorgan los picos más altos de tensión y emotividad en la película. Tanto Kingsley Ben-Adir como Leslie Odom Jr. están sensacionales en sus papeles y manifiestan una humanidad que engloba tanto las flaquezas como los anhelos de unos personajes tan conocidos como lo son Malcolm X y Sam Cooke. Eli Goree y Aldis Hodge, en sus papeles de Cassius Clay y Jim Brown respectivamente, ofrecen menos profundidad psicológica. La interpretación de Goree, especialmente, está a punto de caer en el caricaturismo, pero ambos acaban siendo bastante decentes y completan un reparto principal magnífico a pesar de ser poco conocido.

La ópera prima de Regina King se encarga de avivar una discusión en torno a la raza y el activismo que yo personalmente no había visto tan esclarecedoramente verbalizado en el cine. Más allá de ser una denuncia contra el racismo (que por supuesto lo es), ‘Una noche en Miami’ es muy crítica con las actitudes de aquellos afroamericanos cuya fama les ha concedido una plataforma en la que podrían ayudar muchísimo más en las luchas sociales de su colectivo, pero no lo hacen tanto como deberían o con el mejor criterio. Una meditación de como el éxito profesional y el ascenso de clase puede distraer a los negros de su verdadera lucha que es la racial. De visionado obligatorio para unos tales Kanye West o Barack Obama, por decir algunos.
Cinemadeus
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9
19 de enero de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas palabras tengo para expresar lo que me pareció esta monumental película, te engancha desde el principio y no te suelta por lo que mas quieras. Nadie quiso producir ese guión de Damien Chazelle que entró en la Black List 2012 de los mejores guiones no producidos. Se hizo un cortometraje que pasó por el Festival de Cine de Sundance de 2013 y convenció a productores para definitivamente volcarse a hacer esta maravilla y aquí esta, una de las mejores películas del año.

Andrew Neyman (Miles Teller) es un baterista que se matricula en el mejor conservatorio de música de Nueva York donde sueña con alcanzar la grandeza bajo las enseñanzas de Terence Fletcher (J. K. Simmons) , un conductor de música perfeccionista y rudo en sus métodos.

La obsesión por la perfección de un profesor, la búsqueda de grandeza de un joven músico y lo que serán capaces de arriesgar uno y otro, los límites físicos y psicológicos que están dispuestos a sobrepasar y lo que ello conlleva. Todo eso se trata en la película y se transmite de tal manera que sientes esa presión en ti mismo. La fuerza y energía que se desprende de la pantalla es desbordante, fruto de la asombrosa dirección de Chazelle sumado a las interpretaciones de unos espectaculares J. K. Simmons y Miles Teller. El guión es simple, pero tampoco necesita más, el poder audiovisual que tiene supera y maquilla sus carencias. Es la mejor película que he visto en una sala de cine. Sublime.
Cinemadeus
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