El director Jean-Marc Vallée, no corre riesgos a la hora de transpolar la historia real del señor Ron Woodroof. Toques justos de comedia, drama y crítica política. No esperen ver una joya cinematográfica, pero si dos actuaciones memorables. Por una parte, Matthew en el que, podría decirse, el mejor papel en cuanto a un film se refiere (no olvidarnos de su ilustre interpretación en la primera temporada de True Detective) y por otro lado, Jared Leto con un increíble abanico de emociones plasmadas ante la cámara que le llevan de la mano un carousel de sentimientos, fragilidad, amor, respeto...

Disfruten este regalo actoral.

Sacha Baron Cohen, qué decir de este hombre...Ha vuelto a hacerlo, quizás no con la misma fórmula de la precuela (2006), pero si con el mismo sentimiento punk del primer Mockumentary al que dio vida Sacha junto al director Larry Charles.

Totalmente necesaria en estos tiempos, en los que retrata unos Estados Unidos totalmente locos, asfixiados por conspiranoicos. Muy marcado sentido Anti-Trump que se deja ver durante todo el film.

Lo mejor del personaje, es que el propio Sacha Baron Cohen sabe de sobra que va a conocer a gente aún más burra que Borat, por lo que no tiene ningún problema en ser totalmente corrosivo, voraz con sus interlocutores para llevarlos hacia donde quiere.

Temas como el aborto, el feminismo, el covid, la incultura, las conspiraciones...incluso algún toque de nazismo...son tratadas de forma bestia, desgarrada...impresiona como la sociedad es aún más bruta y descarada que el propio Borat.

En cuanto al formato del falso documental, se puede apreciar el formato por sketches y si se nota una caída del ritmo al tratar el tema covid.

Magnífica escena con Rudy Giuliani. Disfrutarán de un Señor Cohen astuto, sagaz, yendo al punto de mira...

Necesaria totalmente. Muy necesaria.