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Críticas de Cinemagavia
Críticas 4.269
Críticas ordenadas por utilidad
7
30 de abril de 2024
45 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Basada en un libro

La idea de tenerte es una agradable sorpresa. Basada en la novela homónima de la escritora y actriz Robinne Lee. La cinta es una bonita historia de amor que reivindica el género. Brindando una historia encantadora de amores improbables. En este caso entre Solène (Anne Hathaway), una madre divorciada que acaba de cumplir los cuarenta y Hayes (Nicholas Galitzine), el líder veinteañero de una banda de pop mundialmente conocida. Dos almas un tanto faltas de confianza, que fruto del azar y del mítico Coachella, se darán una oportunidad para explorar esa conexión que parecen tener.

Un inicio prometedor que se nutre, innegablemente, de la presencia de un director como Michael Showalter, experto en tratar eso tan universal del amor y las relaciones desde perspectivas muy interesantes y originales. Él estaba detrás, entre otros, de la loca serie Love (2016) y él cuenta en su filmografía como director en solitario con la encantadora y diferente La gran enfermedad del amor (2017). Ejemplos de que es posible acercarse a estos territorios sin fórmulas fáciles y monótonas. Sabiendo lo que al fin de cuentas busca el espectador en este tipo de historias, pero dotándolas siempre de una voz propia y un pulso verdadero.

*Reivindicación del disfrute sin importar la edad

Siendo, en La idea de tenerte, el placer uno de sus temas principales. El placer para decidir hacer con tu vida lo que quieras, sin importar si tienes veinte o cuarenta. El placer para disfrutar de aquello que la vida te brinda. Aquí y ahora. Sin ese miedo a lo que los otros puedan decir o pensar. Simplemente dejarse llevar y sobre la marcha decidir. Sin importar si tienes una hija de dieciséis años o de doce. Porque, ¿acaso se es peor madre por desear? Esta es una interesante reflexión, ya que en la película el personaje interpretado por Anne Hathaway tendrá que hacer frente a bastantes miradas entrometidas. Miradas y lo que no son miradas.

Ya que este peculiar romance a la diferencia de edad habrá que sumar el anonimato de ella y la inmensa repercusión pública de él. De hecho en algunos momentos puede llegar a recordar a la inolvidable Notting Hill (1999), aunque en este caso el conflicto o dificultad aparente es la diferencia de edad. Así como la vertiente absolutamente pública que tienen hoy en día las personas públicas. Con esta era digital que ya no permite a las estrellas entrar de extranjis en una pequeña librería con una gafas de sol oscuras y una boina. Aquí Hayes, el cantante que podría estar influenciado por bandas como One Direction, es perseguido allá donde va por una nube de paparazis. Con lo que su amor deberá pasar la prueba del ojo público y de las consecuencias que ello puede provocar en las personas cercanas.

*Anne Hathaway y Nicholas Galitzine trasmiten mucha complicidad

Aunque más allá de conflictos inevitables, La idea de tenerte destaca por el inmenso atractivo que desprende su pareja protagonista. Anne Hathaway está maravillosa como una madre divorciada y sensible que se arriesgará a lo desconocido. Una mujer real, que la americana desde una adorable sencillez. Ella llena cada plano. Incapaz de resignarse ante aquello que a nadie puede hacer daño. Y Nicholas Galitzine está también estupendo. No debe ser fácil no desentonar ante la experiencia y naturalidad de Hathaway, pero el británico se muestra atractivo, vulnerable y entrañable. Al tiempo que demuestra sus habilidades musicales.

Dos interpretaciones cautivadoras y muy convincentes fruto de un guion que sabe moverse armoniosamente por los derroteros de la comedia romántica. Muchas veces divertida y tierna. Siempre real y pegada a la tierra. Ni tan siquiera sus casi dos horas parecen un lastre. Ya que la cinta sabe lo que quiere. Siempre tomándose muy en serio a su público, cosa que es de agradecer.

*Conclusión

En definitiva, La idea de tenerte es una estupenda comedia romántica. Una adaptación muy, pero que muy digna de una novela del mismo nombre. Un romance de esos inesperados, entre una madre divorciada de cuarenta años y un veinteañero líder de una banda de pop. Un romance que con originalidad y simpatía consigue una bonita historia, muy creíble e inteligente. Con una Anne Hathaway realmente cautivadora y muy cómoda, que consigue brillar con fuerza en un papel mucho más profundo de lo que pueda aparentar. Estando a su lado un Nicholas Galitzine que le aguanta el tirón con mucha solvencia. En un ejemplo de comedia romántica bien hecha y de reivindicación del placer. Del ahora. Aunque a algunos les pese.

Escrito por Laura Tabuyo Acosta
Cinemagavia
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8
26 de octubre de 2021
39 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una película en forma de pequeñas cápsulas

Lina (Nadia de Santiago) y Nico (Álvaro Cervantes) formaron una bonita pareja, que ya no existe. Poco a poco iremos descubriendo algunas de las razones que les hicieron separarse, aunque eso poco importa. La vida es una sucesión de ciclos y Lina intentará en El tiempo que te doy, afrontar esta nueva etapa. Una realidad que ella vivirá focalizando su existencia en su trabajo como enfermera, en sus amigos y en otras pequeñas cosas. Pero pasar página y olvidar a alguien con el que fuiste muy feliz no es sencillo. Así que Lina intentará que cada día, sus pensamientos se detengan menos en Nico.

En un juego con el tiempo, ya sugerido en el título, en el que seremos conscientes como poco a poco la presencia de Nico va perdiendo peso. Desde esos primeros capítulos evocativos, con una pareja de enamorados en mitad de una ciudad vacía. Un territorio nocturno y exclusivamente de ellos dos, por el que ambos irán depositando pedacitos de su ser. Sembrando una memoria protagonizada únicamente por ellos dos, de la que después Lina se nutrirá. Hasta transitar hacia unos capítulos en los que el presente va arrinconando, poco a poco, ese pasado conjunto.

*Estamos hechos a base de recuerdos

Y es que, después de todo, los seres humanos nos definimos por aquello que hemos vivido, sentido y que nos ha hecho feliz o triste. Una idea que El tiempo que te doy sabe plasmar muy bien en la pantalla. Momentos que no tienen que ser grandilocuentes y que quizás para otra persona no son más que una tontería. Pequeños instantes que algunos guardan en su memoria y que les acompañarán siempre. Puede ser una canción de Julieta Venegas o la evocación de ese bizcocho degustado cada domingo por la mañana.

Un conjunto de recuerdos que, muchas veces, compartimos con otras personas que queremos. Personas que en un momento dado pueden emprender otro camino, quedándonos nosotros en una posición de incertidumbre. ¿Debemos deshacernos de esos recuerdos compartidos? ¿Recordar aquello disfrutado con el otro nos hace daño? ¿O simplemente nos hace daño pensar que quizás no podremos generar más recuerdos junto a esa persona? Preguntas que cada uno gestiona como puede y que Lina aborda primero desde la negación. Llegando posteriormente a alcanzar una mayor claridad, fruto de diferentes situaciones y un viaje retratado con una sensibilidad extrema.

*Muy real, muy viva

Una sensibilidad extrema y una verdad que está muy presente en cada capítulo de El tiempo que te doy. Porque contándonos una historia romántica de amor y ruptura, mil veces vista ya, la ficción creada por De Santiago, Pintor y Santidrián consigue una voz propia. Un hecho digno de alabar, que se sustenta en varios aspectos. En primer lugar, la novedosa duración de sus capítulos, de once minutos, siempre está al servicio de lo que se cuenta. Nunca se percibe como una excentricidad o algo que nos distancie de la trama. Algo que podría haber sucedido, al estar armada su estructura a base de dos líneas temporales. Sin embargo, el presente y el pasado van surgiendo armoniosamente en pantalla con una gran habilidad.

También destacar la naturalidad y lo vivo de su guion. Es difícil encontrar una frase que desentone, siendo constante la sencillez y viveza de los diálogos. Con momentos como cuando Lina recuerda cuando su madre le despertaba por las mañanas y "sus manos olían un montón a tabaco". Junto al guion, un gusto cinematográfico presente en secuencias esteticistas, sin pretenderlo en exceso. Con una primera parte protagonizada por la noche y algunos hermosos amaneceres. Para posteriormente habitar más el día, siempre con los primeros planos como seña distintiva.

Y para que todo brille un poco más, la química de su pareja protagonista. Empezando por la sencillez de una Nadia de Santiago desprovista de maquillajes y demás máscaras. Y un Álvaro Cervantes cada vez más acostumbrado a brindar interpretaciones profundamente sencillas.

*Conclusión

De modo que se puede definir a El tiempo que te doy como una bonita sorpresa o un descubrimiento tranquilo. Una historia de amor y desamor, construida a base de recuerdos y con el tiempo como supuesta arma sanadora. Todo en ella resulta verdadero, por lo que el proceso de identificación con los personajes fluye sin esfuerzo. Con Nadia de Santiago y Álvaro Cervantes capaces de hacer de lo cotidiano algo extraordinario.

En esta serie no se perciben trucos e incluso su original premisa, de contárnoslo todo a través de capítulos de once minutos, consigue ser una anécdota más. El pasado y el presente nos abordan con gran acierto y nuestro gusto estético disfruta, gracias a la sensibilidad de los creadores.

Escrito por Laura Tabuyo Acosta
Cinemagavia
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5
24 de abril de 2023
63 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un club anclado en el pasado

El club del odio, es una película que resultará incómoda para mucha gente. El tema que aborda es delicado, y en los tiempos que vivimos aún más. Su directora, Beth de Araújo, mitad china, mitad brasileña, para su debut no se anda por las ramas y toca un asunto candente. Una profesora de primaria, crea una especie de club donde gente afín ha su ideología se van a reunir por primera vez. En el, un grupo variado de mujeres debaten y cambian impresiones sobre la sociedad, y más concretamente sobre el estado de las etnias, el problema laboral y las ayudas que están recibiendo. Hastiadas de que todo esté empeorando para la gente blanca, y como afecta a sus ideales de la típica familia americana. El desarrollo de la trama tendrá otro desencadenante al toparse la líder del club, con una antigua amiga.

*Una obra complicada de tratar

Beth de Araújo con esta, su ópera prima, no ha podido escoger un tema más conflictivo en los tiempos que vivimos. Hacer una obra como esta requiere tener las cosas muy claras de como querer contarlo. El club del odio, nos presenta un hecho que a nadie se nos escapa hoy día, y es que vivimos en una sociedad donde casi cualquier tema es tabú. Hay un y mil colectivos de toda índole, y como tal, hacer algo que toque alguno de esos palos, es tener que hilar muy fino para no herir sensibilidades. La primera escena del film, en las afueras del colegio donde imparte clases la protagonista, ya deja claro el tono de la película. Al final la bola es tan inmensa, que solo puede acabar como lo hace, y la directora se desmelena para ofrecer un final lleno de vísceras.

El club del odio tiene un ritmo que va crescendo a cada conversación. El guion se me antoja poco desarrollado, y hace que la trama pese a su inicio, nudo y desenlace, me deja la sensación de un episodio piloto de alguna serie. Stefanie Estes, me parece lo mejor del film, una actuación maravillosa, y un personaje (todos), pero especialmente el suyo, al que solo se le puede coger odio y tirria. Otro aspecto a destacar en que todo se desarrolla a tiempo real, lo que le da un enfoque más invasivo a la trama.

*Conclusión

Como última reflexión sobre El club del odio, decir que como película se me ha quedado algo corta. No deja de darme la sensación de que falta desarrollo en los hechos en sí, y la forma abrupta en los momentos finales no me ha gustado. De ahí que no deje de compararla con algún primer capítulo de una serie. Su directora creo que sabe tener mano para provocar, y eso está bien, pues hoy día todo es demasiado políticamente correcto, y el cine arriesga poco. Contar este aspecto de la sociedad creo que es necesario, así como ya hace décadas obras como Adivina quién viene esta noche (1967), Arde Mississippi (1988) o American history X (1998) lo hacían con otras armas. En definitiva, este debut es un film interesante, pero que queda algo corto, pero sin duda una directora a seguir.

Escrito por Víctor Vega Cuervo
Cinemagavia
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9
16 de marzo de 2020
59 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El silencio de los corderos

Esta extraordinaria película comienza con un plano de la protagonista, desde atrás, mirando al horizonte desde su lujosa casa de muñecas. Ella está desenfocada y, poco después, entra en foco. La vemos entre tonos azules y rosas. El tratamiento del color es básico en Swallow. Ese momento, ese simple plano, resume gran parte de lo que habla la película.

Poco después veremos una escena en la que tres corderos se agolpan asustados en el rincón de una granja. Las manos del granjero agarran al cordero más débil, al que queda rezagado. Después veremos como lo desollan y descuartizan, como son cocinados unos bistecs y como son servidos para la cena. En la mesa, gente rica saborea la carne.

Entre esos individuos está Hunter (cazadora en inglés), nuestra protagonista. En ese momento, ella aún es un cordero, pero pronto encontrará una forma propia de expresar sus necesidades básicas como ser humano. Se convertirá en una cazadora de emociones y sentimientos reprimidos.

*La esposa (im)perfecta

Hunter es la esposa perfecta. Preciosa, elegante, ama de casa, prudente, complaciente… Una chica florero ideal para su marido, director general de una importante empresa. Pero ella no es feliz en casa. Está sola, jugando con el móvil, limpiando y cocinando, buscando ser la chica que su marido espera que sea. Pero siente que nunca es suficiente. En su vida nunca ha sido suficiente para nadie, ni para su madre, ni para sus hermanas, ni para su marido, ni para los amigos y la familia de su marido.

Swallow significa golondrina en inglés, pero también es el verbo tragar. Es por eso que empieza su afición por tragarse cosas. Un acto compulsivo que le otorga poder sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre sus deseos íntimos. Su primer arrebato será masticar un cubito de hielo en un restaurante de lujo ante la atónita mirada de toda su familia política. No es algo anecdótico, se produce justo después de saber que se encuentra embarazada y de ser ninguneada por su suegro.

*La culpabilización de la víctima

El sentir la sensación fría del hielo en su boca le hace querer más. Se vuelve una extraña adicción. Lo siguiente será una canica. Es su secreto. Se siente orgullosa de sí misma. Sin embargo, poco a poco, su trastorno polifágico le hará tragarse todo tipo de objetos, algunos peligrosos para su propia salud y la del bebé que espera, como pueden ser una chincheta o una pila. Para ella, cada objeto es un nuevo trofeo que conservará con esmero en el tocador de su dormitorio.

Cuando su marido se enteré de lo que hace, no lo entenderá. Nadie lo hará. La chica arrastra sus propios problemas psicológicos de un pasado trágico del que no se ha sabido desprender. Swallow nos habla de un tema tan importante como la culpabilización de la víctima como castigo social. Cuanto más le exigen que pare, más seguirá con su afición a tragarse cosas. Lo único que busca es comprensión, cariño, un abrazo sincero.

*Los estados de ánimo a través de los colores

Swallow es el maravilloso retrato psicológico de una mujer herida. Carlo Mirabella-Davis realiza una ópera prima soberbia, impactante y polémica. Es un drama absorbente y conmovedor que por momentos se tiñe de thriller y te mantiene en tensión por el sufrimiento físico y emocional que sufre la chica. Además, está rodada con una exquisitez sublime.

La fotografía de Katelin Arizmendi es de una belleza arrebatadora. Emplea colores primarios para definir los estados de ánimo. Tanto la luz como los encuadres son armónicos y elegantes. La banda sonora de Nathan Halpern le otorga el misterio hitchcockiano que requieren algunas secuencias, mientras que otras se aderezan con canciones pop de The The, Molly Drake o Alana Yorke, bien escogidas.

El director ha comentado en diversas ocasiones que para escribir su guion se inspiró en la vida de su abuela. Una mujer que en los años 50 se obsesionó con tragarse pastillas de jabón y que terminó siendo ingresada en un psiquiátrico, donde le practicaron terapia de electrochoque y una lobotomía. Ese homenaje le da cierto toque retro a la propuesta, pese a lo moderno de su tratamiento escénico.

*Un clímax tan arriesgado como emotivo

Mención aparte merece la protagonista, Haley Bennett. Aunque la actriz ya había aparecido en algunas películas importantes como La excepción de la regla (Warren Beatty, 2016) o La chica del tren (Tate Taylor, 2016), es en Swallow donde se doctora cum laude, con una interpretación maravillosa y llena de matices. Perfecta.

La película afronta una parte final arriesgada y controvertida, pero Mirabella-Davis sale majestuosamente del entuerto. El clímax es una secuencia complicadísima donde se podría haber caído en el telefilm barato o el melodrama más tontuno, pero no. El director nos regala una secuencia emotiva y tensa con la colaboración de Bennett y el actor Denis O’Hare, que es para quitarse el sombrero. Luego ya solo le queda ese sencillo plano final de reivindicación feminista que cierra el ciclo vital de Hunter.

Conclusión

Swallow es un drama psicológico con elementos de thriller que plantea una reflexión interesante sobre las expectativas de género. Escrita y dirigida por Carlo Mirabella-Davis, es una ópera prima sorprendente, audaz, impactante y conmovedora. Tampoco elude la controversia.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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9
11 de abril de 2024
45 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un gran documentalista español

José Luis López-Linares es uno de los mejores documentalistas españoles, en su larga trayectoria comenzó siendo director de fotografía de películas dirigidas por Víctor Erice, Carlos Saura, Fernando Trueba, Emilio Martínez Lázaro, Jaime Chávarri, Basilio Marín Patiño y Alain Tanner. Consiguió el premio Ondas 1997 por “Asaltar los cielos” y galardonado con el Premio Goya al Mejor Documental 2004 por “Un instante en la vida ajena”, y Premio Goya a la Mejor Dirección de Fotografía 2006 por “Iberia”.

Desde 1997 dirige documentales, entre los que destacamos A propósito de Buñuel, El pollo, el pez y el cangrejo real, El Bosco. El jardín de los sueños, Altamira. El origen del Arte, Formentor, el mar de las palabras y Goya, el ojo que escucha. Tras el éxito de su documental realizado en 2021, España, la primera globalización, profundiza en el tema de la presencia de España en América con su nueva obra Hispanoamérica, canto de vida y esperanza. Está planteada para recordar y valorar la gran importancia de la influencia española en gran parte del sur, centro y norte de América durante trescientos años. Frente a la tergiversada versión de la mal llamada colonización española en el Nuevo Continente, el documental aporta luz, testimonios y ejemplos que rebaten esa interpretación maliciosa interesada divulgada hasta la actualidad.

*No sabemos quiénes somos si no conocemos América

A través de sus 115 minutos de duración, el guion de José Luis López-Linares y Víctor Escribano, apoyado en la amplia documentación de Pedro Otero y Elisa Menéndez-Pidal, desarrolla Hispanoamérica, canto de vida y esperanza. Para la elaboración del argumento se han consultado ocho importantes Archivos de instituciones culturales y entrevistadas sesenta y ocho especialistas de distintas materias y nacionalidades. Las localizaciones de rodaje durante 2023 se realizaron en Argentina, Bolivia, Estados Unidos, España, México, Perú, República Dominicana y Venezuela.

Lo más destacado del documental es la nueva visión que se aporta apoyada en amplia documentación y opiniones de destacados historiadores iberoamericanos y españoles, especialistas de arte y música, además de en otras materias. Se explica el origen interesado de la versión difundida de la mal llamada colonización de Hispanoamérica, por los intereses políticos franceses y anglosajones, con sus actitudes antiespañolas. El documental resalta la labor dirigida por Isabel La Católica procurando el fomento del mestizaje entre los expedicionarios españoles y la población indígena, para unificar en igualdad y dignidad a todas las personas.

Muestra la gran diferencia de los descubridores españoles que progresaron su despliegue en los territorios uniéndose a distintas etnias indígenas, favorecida la unión por alianzas y emparejamientos destacados, como el caso de Hernán Cortés y Malinche. Según los especialistas entrevistados de diferentes países, Mundo no hubo sino Virreinatos del Nuevo Mundo, con relaciones fluidas con España. El periodo histórico español en Hispanoamérica de trescientos años, fue más largo que el anterior de doscientos años previo a 1942, y que el posterior a las revoluciones alentadas por otras naciones ajenas a América.

*En Hispanoamérica somos víctimas de un relato…

Al igual que en su anterior documental ya citado, desmonta las mentiras elaboradas por intereses políticos de otras naciones han interiorizado hasta los tiempos actuales, por la manipulación e ignorancia de españoles e iberoamericanos. La nueva lectura de aquel brillante y largo periodo histórico de la presencia de España en América, pone luz frente a esa tergiversación interesada por la codicia de otros países.

Hispanoamérica, canto de vida y esperanza, además de la argumentación histórica, añade el testimonio documental de las influencias españolas arquitectónicas, científicas, escultóricas, lingüísticas, musicales, pictóricas y urbanísticas. Hay una magnífica dirección de fotografía de José Luis López-Linares y Andrés Recio Illán con los equipos técnicos colaboradores en Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos, Perú y Venezuela. El montaje de secuencias por Pablo Blanco Guzmán y Víctor Escribano hace que el documental de casi dos horas sea entretenido y fluido.

La parte musical coordinada por Jorge Magaz, también resulta muy interesante con la aportación de veintidós temas muy diferentes, donde se ven las influencias mutuas entre las folías, los fandangos, boleros, bailes, taconeos y el cajón peruano. Hay un brillante colofón final con opiniones sobre los enriquecimientos mutuos culturales surgidos del mestizaje hispanoamericano, con el sueño de la unidad en la diversidad de la gran Casa Común Hispánica y su patrimonio cultural compartido vigente hoy en día.

*Conclusión

Hispanoamérica, canto de vida y esperanza, es la nueva obra audiovisual del gran documentalista español José Luis López-Linares, continuación de su anterior realización España, la primera globalización. A lo largo de 115 minutos con una amplia argumentación desmonta muchos errores y mentiras aún persistentes, sobre la obra y las huellas de España en América durante trescientos años desde 1492.

Hay una extensa e interesante colaboración de casi setenta historiadores y especialistas culturales de países americanos y españoles, además se revisan las aportaciones españolas en artes, ciencias, arquitectura y urbanismo. Es un documental imprescindible para comprender, conocer y valorar la auténtica labor de desarrollo durante tres siglos en América.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez
Cinemagavia
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