En Hollywood y en cualquier cinematografía seria que se precie, hay lugar para todo tipo de géneros y subgéneros. Y no se desprecian. El cine español, que fue pionero en Europa y estableció varias factorías, con personalidad propia, de cine fantástico, con Paul Naschy, Juan PIquer Simón o más recientemente la Fantastic Factory, parece renegar de este género y sus profesionales y lo desprecian profundamente, reflejo de las frustraciones y sentimiento de inferioridad que sufren alguna gente del gremio, muchos críticos y gafapastas.

"Tuno negro", vilipendiada al máximo, es una película que bebe de las fuentes del cine slasher y el de asesinos psicópatas con disfraces, como Leatherface, Jason, Scream y Freddy Krueger. Obviamente tiene su punto ridículo si se lo buscas, pero en un filme donde lo irreal y lo fantástico es predominante, "Tuno Negro" cumple con creces sus expectativas. No es un film demasiado brillante, pero su desparpajo lo disculpa. No aspira a nada salvo a que te diviertas con las hipérboles y exageraciones propias de este tipo de películas: el disfraz, los asesinatos imaginativos y cruentos, los secundarios pecaminosos, los sospechosos y el punto sobrenatural.

Y francamente, resulta muy divertida.

Saga maldita, como la de "Los Inmortales", que pervive gracias a la animación, tras unas secuelas fílmicas bastante olvidables, al igual que su serie de animación. Sin embargo, estos filmes de animación tampoco convencen, y eso que está Aramaki detrás. Centrándonos en este filme, la historia es flojilla. Un remedo de "Aliens el regreso" mezclado con las aventuras de "Halo". Aunque la animación es apabullante, se trata de una serie B y faltan muchos escenarios, quizá demasiados. Se supone que los bichos invaden Marte, pero no vemos ni una ciudad, ni civiles ni rastro de civilización, tan solo un desierto rojo. Mal vamos, pasamos de un armaggedon marciano a un picnic en el Gran cañón. Serie B hasta el final, en el ADN. Apenas 10 personajes, sin atisbar la organización social y administrativa de la distopía en la que viven.

El resultado es un film discreto, con buenas escenas de acción, que asume su rol de serie B y de cine de animación directo a DVD o a alquiler. Es lo que hay.

En los años 70 se emitía una serie de relatos terroríficos que se titulaba "Galería Nocturna", en ella el presentador, creo que Rod Serling, se paraba frente a un cuadro tétrico, y lo utilizaba como presentación de la historia de terror que venía a continuación. Ni más ni menos es lo que ocurre en este episodio de Black Mirror; varias historias deprimentes y desagradables presentadas a partir de objetos con los que tienen relación. Y es un buen episodio, porque las historias muestran como la mezquindad y el egoísmo humano puede sobrepasar a todo lo bueno y desinteresado que tenemos dentro. Incluso el final no deja de ser una parte más de este mal rollo que se nos presenta, en absoluto es liberador.

Intrascendente peliculilla de jóvenes espabilados en búsqueda de un tesoro, como tantas y tantas que se han realizado desde la maldición fílmica que supuso la aberración de la saga "Crepúsculo", auténtico vertedero del buen gusto cinéfilo. Aquí podemos reconocer a los filmes de "Percy Jackson", "Yo soy el número 4", "cazadores de huesos" y otras muchas así comoa teleseries horrorosas como "The librarians", también con jovencitos con iniciativa.
Tenemos de protagonista al primo de "Arrow" (en el sentido literal), a la niña de Spy-kids (convenientemente teñida) y a alguna cara televisiva más. No se puede negar, que aunque previsible, el telefilme es entretenido, muy plano en cuanto a trama y esfuerzo intelectual, pero, al fin y al cabo, cumple el objetivo previsto, pero no esperéis mucho más.

Publirreportaje turístico de la bella isla de Guam, antaño colonia española y perla del Pacífico, este extenso "documental" nos muestra las hermosas playas de la isla, con aguas cristalinas y azuladas, sus competiciones de canoas, su fascinante mundo submarino, con naufragios de la WWII, sus bellos atardeceres, sus bares, las costumbres nativas, sus museos y las magníficas infraestructuras hoteleras, con salones de reuniones para empresas y amplias habitaciones con espectaculares vistas al mar. Ah! también hay una intrascendente historia entre dos despampanantes chicas en bikini, un tío con camisa de flores y chanclas y un japonés calvo con tirantes, pero no tiene la mas mínima importancia.