Para empezar, decir que es una película no apta para mentes cerradas a cierto grado de fe en el destino, por llamarlo de alguna manera, mentes negativas.
La cinta nos sumerge en un mundo donde no todo tiene por qué tener su explicación razonable (sólo para el espectador, y porque está detrás de la pantalla), es un mundo en lo que todo puede pasar y detalles insignificantes pueden dar lugar a acontecimientos clave.

La internacionalmente conocida serie protagonizada por Melissa Joan Hart, Sabrina, fue también llevada al universo de las series de dibujos animados.
Mantiene la idea original pero orientada a un público infantil. Por eso mismo el argumento cambia, como es lógico, pero es algo bien compensado por una libertad de la que carece la serie original.
Desde mi punto de vista el resultado es ampliamente satisfactorio. Diversión y entretenimiento para los espectadores (no todos, evidentemente, pero recuerdo que la ve quien quiere), apoyándose en la imaginación, la magia, sin necesidad de recurrir a la violencia ni a otras malas artes.

Otra película de sobremesa que narra las aventuras de un grupo de turistas que de repente quedan abandonados a su suerte en una isla desierta. Allí surgen “problemas” que les complicarán la existencia, cómo no. Nada nuevo.
¿Qué interés tiene, entonces?
El interés se llama Anne Caillon. En España es una actriz desconocida, aunque en Francia no tanto. Ha participado estos años en diversas series de TV y si continúa con los proyectos que tiene programados terminará la década participando en una docena de películas.
Su interpretación más conocida (desgraciadamente, dada su calidad) internacionalmente fue en Instinto Básico 2, de Michael Caton-Jones.

St Trinian´s, es la sexta entrega de una larga serie de películas inspiradas en las aventuras de la famosa escuela para chicas, y que da nombre a la serie. La dibujante Ronald Searle fue la que ideó el trabajo, inspirándose en unos acontecimientos particulares y curiosos de una escuela que intentaba poner en práctica unos métodos de enseñanza digamos, poco disciplinados. Eso fue antes de la Segunda Guerra Mundial, y no fue hasta después de la contienda cuando los libros de Ronald Searle comenzaron a ver la luz. Los publicó en el periodo comprendido entre 1948 y 1953.
Las películas aparecieron poco después, en 1954 la primera, y en 1957, 1960 y 1966 completaron las dirigidas por Frank Launder, todas ellas de notable éxito en Reino Unido.
El mismo director dirigió tiempo después (1980) la quinta entrega, pero ésta no tuvo tanto éxito como sus predecesoras. Tan duras fueron las críticas que recibió que ya no pensaron en hacer nuevas partes.
Hasta nuevo milenio, con una década marcada por las “segundas partes”, adaptaciones y demás, decidieron retomar el proyecto y darle nuevos aires, dotarlo de nuevas “armas”, actualizarlo para que las jóvenes generaciones actuales lo vean como el equivalente al atractivo producto que cautivó en la década de los 50.
Era un trabajo difícil, porque en otros tiempos el Trinians tenía menos “competencia”, pero ésta entrega ha sabido renovar la escuela y además manteniendo las señas de identidad de la saga. Muy meritorio.
Señalar, a modo de comentario personal, que es una comedia, efectivamente, pero no es humor del que algunos pueden esperar. Contiene un humor “muy inglés”, esperar una comedia “a la americana” es un error grave. Además, contiene multitud de referencias a la propia cultura británica, difícilmente comprensibles para alguien ajeno a ella. Aventurarse en un terreno que no gusta, tiene las consecuencias que todos sabemos: Pasar hora y media de soberano aburrimiento, y poner la cinta “a parir”. Por eso no siempre, pero generalmente es mejor informarse un poco sobre qué nos vamos a encontrar. Aquí mi crítica.

(Comento algo sobre Gemma Arterton, quizá la interpretación más notable, en Spoiler, por falta de espacio)

Aquí tenemos otro intento de vender una película de limitados recursos con un resultado pobre. Bueno, además de limitados recursos, con limitadas ideas.
El planteamiento, la idea inicial, es buena. El edificio, su entorno, su historia, los personajes, etc. Lo malo es no haber logrado trasladar esas buenas intenciones ni saber adaptarlas para llegar a hacer una película medianamente decente.
Lo fundamental, que deberían ser los paseos por el laberíntico interior del edificio, pasan a un segundo plano. Tan decepcionante es, que llegué a la conclusión que la única escena “salvable”, con cierto nivel de miedo, la hicieron para el tráiler. Lamentable.
Mischa Barton (The OC) hace una interpretación fría, apática, ofreciendo su peor cara. En cambio, Cameron Bright y Deborah Kara Unger (Una canción del pasado, Sin vuelta atrás) me gustaron, aportando las mejores interpretaciones de la cinta.