La crítica profesional mundial se está moviendo por estos términos: "obra maestra", "el despertar de una raza", "eleva el escapismo cinematográfico al nivel del arte", "100 % de críticas positivas en tal página".... SEÑORES!!! o me han puesto un corte de la película montado con todos los descartes, o os han untado de billetes hasta las gafas de pasta, malditos vendidos.

Vayamos desgranando poco a poco esta película que no es ni 'sociológica', ni de 'aventuras', es una simple y mejorable película de origen del personaje tan prescindible como que La Viuda Negra y Ojo de Halcón tuvieran su propia presentación, pasado, motivaciones, si en el colegio les quitaban el bocadillo o si su viejo se los ponía bien puestos a su madre con la babysitter...

En primer lugar hay que destacar lo flojísimo que es el protagonista como interprete, Chadwick Boseman carece de carisma, no aguanta un primer plano y es incapaz de llevar la primera hora de película hacía ninguna parte, una hora que se hace eterna y aburrida, un tostonazo terrible que solo consigue salvar el personaje que interpreta Michael B. Jordan, actor fetiche del director, un robaescenas en toda regla desde su niñez en The Wire y que desearás que salga vencedor final.

Luego tenemos unas escenas de acción realmente mal rodadas, ninguna setpiece quedará en el recuerdo al salir del cine, y un guión repetitivo (¿en serio otra vez el recurso del combate por desafio? ¿otra vez en el monte de los olivos para hablar con los muertos con ese croma de power point? Pero sin duda lo más llamativo es esa falta de humor en toda la película, no es dramática, no es oscura, tampoco flower power, no tiene aventura, ¿acción? poca y mal rodada, intenta ser un panfleto propagandístico anti-Trump, pero está hecho con brocha gorda y cero sutileza.

Para terminar esta "Obra Maestra Publicitaria", está incluido el aliado feminista y racial en el papel de Martin Freeman, realmente vergonzoso el arco argumental de este personaje al que se le dispone de una misión final que intenta ser heroica realmente para echarse a llorar, a tope de feminismo con Lupita Nyongó (lo único salvable junto al ¿villano?) y Danai Gurira (haciendo de ella misma como en The Walking Dead y con otra escena final junto a Daniel Kaluuya para fusilar la pantalla de cine), y solo nos falta para bingo de lo que hay que meter hoy en día en una película para que no se ofenda nadie la integración sexual, la relación homosexual entre las dos últimas interpretes nombradas completamente rodada pero que fue quitada en montaje.

Hay que reconocer el gran trabajo de recopilación de documentos y programas de la época, la clara estructuración cronológica de los hechos, entrevistas en tiempo presente y la visualización de imágenes hasta ahora inéditas, pero a la hora de mostrar su visión de forma objetiva, es decir, que no hay blanco y negro, todo es gris, en la batalla entre la versión oficial y la de esta especie de padre coraje que acaba devorado por su propio personaje, la producción no es justa a la hora de contar hechos de pasada, explicarlos a medias o que directamente no los cuenta.

Empecemos: no se cuenta que, coincidiendo con que el padre estaba en Londres, los cuerpos se encuentran el primer día que libraba el equipo de la guardia civil que llevaba el caso tras 75 días ininterrumpidos. Esto provocó la chapuza en el levantamiento de cadáveres, ya que fue realizado por especialistas en delitos económicos. Si que se narra el tema de los apicultores que encontraron el percal y que desde entonces huyen despavoridos ante cualquier pregunta del tema protegidos por sus familias.

De largo, lo más sangrante está en la autopsia, que en el documental despachan con un: "es demasiado escabroso y poco ético contarlo", y yo lo entiendo viniendo de Netflix, no quieres hacer un Nieves Herrero, pero esos detalles cambian la película por completo, la película, el cine y la forma de arte, detalles que de forma irremediable da alas a la teoría conspiranoica, y que pongo en zona spoiler por si alguien no quiere leerlos.

En los últimos capítulos, oprimen los datos escabrosos y se encargan en desacreditar a Fernando y Juan Ignacio, y hacen bien, porque claramente se les ha ido de las manos y han pasado a monetizar todo el asunto en interés propio, pero dejar pasar las chapuzas de la guardia civil con un "lo siento, era de noche y estábamos cansados" y de la versión oficial: "Antonio Anglés sigue prófugo escapando a lo Tarzan"... También es increíble como el investigador privado que abandona cuando se les va la pinza a padre y periodista, relata que es asaltado por tres coches cuando estaban tirando de la manta, y todo eso queda ahí...

Todo empezó en 2008 en Francia, el monologuista, actor, humorista y director de cine francés Dany Boon, presentaba 'Bienvenidos al Norte', una comedía muy humilde que cuenta la historia de un funcionario al que destinan, contra su voluntad, a un pueblo del norte de Francia con todas las diferencias culturales que eso supone, pues bien, esta historia simplemente rompió la banca en el país vecino, con 148 millones de recaudación se convirtió en el mayor taquillazo de la historia en Francia (sólo superado por Intocable en 2011 y nada más que 7 millones de diferencia).

Este éxito absoluto encendió la bombilla de dos guionistas españoles, Borja Cobeaga y Diego San José, cuando no tienes nombre y es casi imposible lanzar el proyecto que tu quieres sobre todo en la España actual, el mayor error que puedes cometer es intentar crear un producto para el que no tienes medios, ni apoyo de nadie, si lo que quieres es conseguir dinero rápidamente la mejor fórmula siempre es utilizar algo que ya ha funcionado, esto era Bienvenidos al Norte, adaptación a la España cañí mediante, se aseguraron gracias a Telecinco la mayor campaña de promoción de la historia de España (aunque tampoco nos flipemos, que la segunda mayor es Santiago Segura pateándose todos los platós con camiseta...). Ese canal de telebasura que conseguirá que vuestras madres, tías, vecinas y abuelas que no pisan un cine ni por equivocación lleven consigo a toda la familia consiguió que todo habitante de este país hablara de esta comedia protagonizada por el monologuista de moda en España, Dani Rovira, al que desde la presentación de la película hasta este día en el que escribo lo tendremos hasta en la sopa. El resultado copió el del país vecino, es la película española más taquillera de la historia con 50 millones de euros de recaudación.

Hasta aquí todo bien, en realidad la película francesa era una comedía simple que llegaba al aprobado de milagro, mientras que la española era una copia que ni siquiera aprobaba, pero bueno, habían triunfado y sabían muy bien como lo habían logrado, y de hecho no podían presumir de ello con sus compañeros cineastas, es más, parecen esconderse directores y guionistas cuando les preguntan por 8 Apellidos Vascos, hicieron caja y a seguir con sus proyectos particulares, pero llegamos a 8 Apellidos Catalanes.....

La falta de respeto al espectador es tan grande que deseo que en sus proyectos particulares a Borja Cobeaga, Diego San José y Emilio Martínez-Lázaro les vaya tan mal como grande es la mierda de película que han perpetrado, aburrida, sin ritmo alguno, saliendo del paso, tan sin ganas, tan mal rodada, interpretada, nunca había sentido tanto la necesidad de abandonar un cine, y es la sensación más horrible que alguien puede sentir viendo una película, al menos la primera era regular con sus gags a cada momento y una historia de amor que aunque mil veces vista parecía coherente con la trama, pero aquí las relaciones son una vergüenza y los 3 gags que hay ya estaban más que machacados por la cansina e infinita promoción de Telecinco.... sólo queda sentarse y llorar porque si, amigos, ya es la película española más taquillera del año, para que luego digan de la democracia, que la mayoría tiene la razón, se vienen elecciones, vayan preparando las cuevas...

Nos encontramos en un periodo alarmante de falta de ideas originales en el mundo del cine y la televisión, a la vez que hay más oferta (mil plataformas distintas con producción propia) y demanda (¿a smartphone por habitante mundial salimos? pues casi...) que nunca. Pero han encontrado una mina que van a explotar más que el Unabomber, la historia criminal americana que puso de moda el siempre hype necesario que fue 'Making a Murderer' y que después replicó con grandeza el díptico documental/serie sobre O. J. Simpson.

Manhunt: Unabomber bebe mucho de esta última ya que también trata sobre un personaje muy arraigado a la cultura popular americana, pero la forma de contar la historia se acerca mucho a Hannibal, (que recomiendo muchísimo) donde la identificación héroe/villano es sospechosamente similar aunque sin la imaginería visual inigualable de la serie del impresionante Mads Mikkelsen, y la más reciente Mindhunter, creación de David Fincher que va calando poco a poco hasta que irremediablemente te llega a los huesos. En este caso Unabomber es adictiva y es muy probable que la veas en dos días pero no consigue dejar el poso de las anteriormente menciionadas.

Uno de sus grandes problemas es el arco argumental del protagonista y del actor que le da vida, un Sam Worthington, que es incapaz de expresar un solo sentimiento ni de mover un músculo de la cara, es muy difícil empatizar con este personaje por lo que todas las pérdidas que sufre en familia, trabajo, amistad, orgullo, no las sentimos como nuestras, no nos importan absolutamente nada cuando lo que todos estamos deseando es ver cada segundo al Unabomber, interpretado esta vez si, con gran acierto por Paul Bettany. Ni sufrimos con nuestro protagonista y mucho menos nos alegramos cuando consigue su propósito, nos quedamos con ganas de más minutos para el villano, de saber más del manifiesto, y no tanto de cómo está escrito, creo que esto no han sabido explotarlo nada bien, también a destacar un montaje a base de fundidos a negro que es realmente molesto.

Estoy seguro que tendrán material para producir un documental mucho mejor que esta serie, que aunque es adictiva y se consume rápido pasa pronto al olvido y no deja poso, al dar tanto protagonismo a este 'antihéroe' pero no haberlo dibujado bien como si hizo Fincher en Zodiac y Mindhunter, con grandes secundarios que le aportaban infinidad de matices al protagonista, cuando en Unabomber tanto el protagonista como los secundarios (familia, compañera, jefes, interés romántico) dejan mucho que desear.

José Mota sigue creando personajes icónicos uno tras otro, es decir, personajes que niños, adultos y mayores de toda España conocen e imitan. Eso es tan grande cómo difícil y no tengo ningún miedo en decir que José Mota está ya entre los grandes del humor de nuestro país.

Junto a su excompañero en Cruz y Raya, Juan Muñoz, ya crearon varios de estos personajes: Blasa, Tomás, Repu la Cerda, Bartolo, el morito Juan, el gitano Juan de Dios, Canduterio, Ramón, etc. La separación del dúo no trastocó su imaginación y creatividad, ya que volvió por sus fueros con otro icono más: El Tío la Vara, al que le adjudicó un villano, El Capitán Fanegas.

Y esta última temporada nos vuelve a sorprender con: La Vieja del Visillo.

A sus creaciones propias de personajes de la nada, le añadimos sus imitaciones de multitud de famosos, sus parodias de películas, series y programas de todo tipo, su gracia natural (es decir, que el si no tuviera que leer un guión seguiría siendo gracioso improvisando, como Santiago Segura), etc.

También destacable su crítica a la sociedad, gobierno, injusticia, y mundo en general, siempre de una forma que no humilla al personaje imitado, algo muy difícil de conseguir, ya que siempre se tiende a la hora de imitar a exagerar a la máxima potencia cualquier tic del imitado, mientras que José Mota se queda con la esencia del personaje y no trata de humillarlo.

Y para terminar iba a ponerle un 8 porque hay gente a la que se le puedan hacer repetitivos los sketches, y a mí personalmente no me gustan todas las parodias de canciones, peeero su "Especial de Nochevieja", no me deja más remedio que ponerle un 10, sobre todo el del año pasado que he visto varias veces y me parece una obra maestra del humor, así sin más, basada en la película de Tarantino "Pulp Fiction".