Qué fotografía, qué montaje, qué onirismo, un viaje perturbador a los recónditos y oscuros recovecos del alma humana... una mierda pinchada en un palo.

No diré que la película no tiene nada de bueno, pero me gustaría recordar al director de esta bazofia fílimica y a sus seguidores que cuando una película no se entiende y se mezclan secuencias y planos sin ningún orden aparente no siempre es porque sea una película inteligente. A veces simplemente es una película mal hecha, que intenta aparentar tener más contenido del que tiene desorientando al espectador con ese caos fílmico sin sentido.

Tarantino ha puesto el piloto automático. Cualquier cosa que haga, aunque sea un excremento fílmico, va a ser aplaudida y calificada de obra maestra por algunos. Incluso haciendo homenajes y películas retro se supone que es original.

Lo único que vale la pena de la película es desde la primera conversación de Kurt Rusell hasta el accidente; y el paleto que vende el coche.

El resto de la película son unos diálogos, que aunque bien interpretados, tienen poco o ningún interés, salvo para los que se sientan muy "cool" o muy "in" por entender las referencias a películas de los 70, o crean que 4 tontainas hablando de sus azañas sexuales es transgresor y/o divertido(pero es que eso ya lo inventó Sexo en Nueva York). Aquí no acaba la cosa, lo peor no es el contenido sinó la extensión, puesto que los diálogos se alargan hasta que deseas ver a las protagonistas empaladas. La persecución final, podria ser una muy buena escena si no compartiera con los diálogos un mismo defecto: demasiado larga.

A ver si Tarantino, al que considero muy sobrevalorado, se olvida un poco de homenajes a setenteros y japoneses locos con katanas y empieza a acordarse de una palabra: GUIÓN. Y a los que les gusta tanto, les propongo que vuelvan a ver la película (y ya de paso tambien Kill Bill) y se planteen que críticas hubiera recibido si no estuviera dirigida por él.