Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de J C
<< 1 4 5 6 10 16 >>
Críticas 76
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
11 de febrero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tómese un globo, llénese bien de aire y, una vez cerrado herméticamente y convenientemente empaquetado, véndase como un cofre lleno de oro. Tan recurrente símil podría servir perfectamente para definir “La gran estafa americana”, una película inflada de vanidad que, inexplicablemente (al menos para este humilde cronista), ha cosechado un montón de nominaciones a los Oscar.

Yendo un poco más allá de la decepción que me ha provocado, puedo decir que la película cuenta la historia de unos timadores, así, a grandes rasgos, de una gran estafa con la que pretenden remover los cimientos del país y de una especie de triángulo amoroso cuyos vértices andan un tanto descolocados. A lo largo del excesivo metraje no conseguí acabar de enterarme del todo de qué iba la estafa, de una complejidad ciertamente farragosa, aunque probablemente tampoco le importe mucho a los guionistas, más empeñados en ofrecernos un recital de diálogos pretenciosos a cargo de unos actores que, dada su solvencia, consiguen sacarlos adelante no sin cierto hastío.

Una película absolutamente fallida que, sin llegar a espantar, deja una sensación de vacío similar a la de quien ha visto todo un carnaval de piruetas trucadas en las que nada resulta auténtico, sino más bien un intento desmesurado por vender humo camuflado de perfume caro. Una suerte de reiteración de cosas ya vistas y mejores que no logra trascender su condición de remedo sin empaque alguno.
J C
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
11 de febrero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alan Rudolph ha alcanzado sus cotas más altas como cineasta cuando ha sabido imprimir a sus películas un toque de sofisticada atmósfera que las convierte en experiencias muy agradables para el espectador. Ese punto álgido de elegancia lo alcanzó en “Elígeme” a mediados de los ochenta y lo reafirmó en otros títulos de su filmografía como la notable “Afterglow”.

“Amor perseguido” es otro ejemplo de esta forma de hacer tan personal: una película que se plantea con una estética de cine negro clásico, pero que pronto deriva hacia otros cauces muy reconocibles en la obra de Rudolph. A todo ello el cineasta le añade algún toque de comedia, sazonando el conjunto con esa música nocturna y de aires “jazzy” que logra sumergirnos en ese aterciopelado paisaje de bares rurales, frágiles mentiras y amores no siempre correspondidos. Un largometraje éste que, sin ser de lo mejor del autor de “Elígeme”", se ve con agrado y complacencia.
J C
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
30 de enero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todos es sabido que en un divorcio entre dos adultos que tienen críos la peor parte la llevan éstos, pues a menudo se ven obligados a lidiar con las neuras de sus padres sin comerlo ni beberlo. No sólo han de afrontar lo que tiene de incómodo una separación, sino que a menudo se convierten en el arma arrojadiza de sus progenitores, en el instrumento que utilizan para joderse el uno al otro.

Pues de esto más o menos va “¿Qué hacemos con Maisie?”, una de esas películas pequeñas que se asoman de cuando en cuando y como de puntillas a la cartelera, generalmente con retraso, pero que a pesar de su discreción suelen gustar más que otros filmes que gozan de todos los beneplácitos de los distribuidores y de espectadores que acuden al cine en busca de emociones rápidas y fácilmente olvidables. Inspirada, según leo, en un texto del escritor Henry James, cuyo paso por la gran pantalla nos ha dejado títulos memorables como “La heredera” o la turbadora “Suspense”, “¿Qué hacemos con Maisie?” es la historia de un divorcio y las consecuencias que ello acarrea en su hija de seis años.

Y es que de algún modo es la cría la que nos va contando la película a través de su mirada perpleja y asombrada ante el comportamiento de sus padres, ella una cantante de rock que parece vivir únicamente para su trabajo, y él un marchante de arte a quien sucede tres cuartos de lo mismo. Estando así las cosas, el único consuelo lo encuentra la pequeña Maisie en las respectivas parejas de uno y otra, curiosa pirueta del azar que alumbrará también el comienzo de otra historia.

Lo más notable de esta película sencilla es la naturalidad que impregna toda la narración, desprovista de artificios baratos y donde la interpretación de la cría, Onata Aprile, brilla con una luz intensa que se proyecta a lo largo del metraje. Con ella vamos asistiendo, atónitos, a todo cuanto sucede, y de su mano comprobamos una vez más la necedad de los adultos cuando olvidan que tienen hijos, lo que por otro lado han decidido ellos mismos, y sólo piensan en su persona. Aunque lo sabemos, no está de más que el cine nos lo recuerde de vez en cuando.
J C
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
28 de enero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que los Coen estrenan una película, uno se pregunta qué harán ahora estos dos hermanos, que se han paseado con soltura y elegancia por el humor más corrosivo, el western o el género negro. Y debo decir que salvo dos o tres “pinchazos” sin importancia, apenas me han decepcionado con su manera tan particular de concebir el cine.

Por eso, cuando escuché que andaban metidos en una película sobre las vicisitudes de un cantante de folk en los años sesenta, las expectativas fueron elevadas y halagüeñas, fomentadas posteriormente por su buena acogida entre la crítica especializada. Pero como uno tiende a no confiar demasiado en los críticos, aunque les preste cierta atención, decidí esperar a ver la película para salir de dudas.

Y resulta que “A propósito de Llewyn Davis” me ha gustado, y no poco. Es muy interesante esta aproximación de los Coen a la sordidez y el desencanto, territorios ya frecuentados en obras como “Barton Fink”, con la que ésta tiene cierto parentesco emocional. Si en aquélla el motivo era el cine, a través de la mirada atónita de un guionista contratado para escribir una película, del oeste para más señas, en ésta es la música, merced a los desesperados intentos de un cantante que, tras perder a su compañero artístico, decide seguir carrera en solitario sin sospechar que no va a ser tan fácil remontar los turbios cauces de la soledad y el desarraigo.

Los Coen escarban en la mugre de una Norteamérica intrincada y desatenta, donde el periplo de Llewyn Davis en busca de una oportunidad constituye una huida hacia adelante que no parece llevar a sitio alguno. Una bajada a los infiernos de la incomprensión y el abandono a golpe de folk, con parada y fonda en casas ajenas y poco a lo que agarrarse. El mérito de estos peculiares hermanos es saber transmitir esa desazón con los recursos justos, sin incurrir en el exceso o la gratuidad de lo superfluo.
J C
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
8 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No debería ser complicado hacer una buena película cuando se dispone de un material literario de calidad con el cual armar un guión que pueda satisfacer tanto a los amantes del libro en cuestión como a los aficionados al cine. Sin embargo, no siempre llueve a gusto de unos y otros y la historia del séptimo arte está llena de ejemplos que, por diversas razones, han suscitado el malestar de quienes habían disfrutado previamente de la fuente literaria.

Sin entrar, pues eso sería harina de otro costal y daría para un debate que alargaría innecesariamente esta reseña, en que hay películas que han superado en calidad a su antecedente bibliográfico, “El juego de Ender” cumple las expectativas de fiel adaptación de su original y además es un filme muy correcto de ciencia-ficción, donde las piezas de su pirotécnico engranaje encajan con una precisión bastante aceptable.

Al igual que el acierto de Orson Scott Card, autor de la novela, fue crear una historia futurista que huyera de los tópicos para internarse en terrenos más intrincados, su adaptación al cine sigue esa tendencia y logra salir airosa con una acción bien dosificada y nada gratuita, donde prima la reflexión sobre la adrenalina.

Dicho lo cual, también debo apuntar que “El juego de Ender” no entusiasma como película, si bien es de esas obras que se deja ver bien y te hacen pasar un buen rato. Nos devuelve también, pasando ya al terreno interpretativo, a un Harrison Ford encarnando con solvencia uno de esos personajes oscuros que a veces han salpicado su filmografía, al margen de otros que, aunque seguramente le han llenado el bolsillo, es mejor no recordar.
J C
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 10 16 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow